Las mujeres quienes integran el movimiento feminista o son parte de la comunidad sexualmente diversa, en Guinea Ecuatorial, son violentamente estigmatizadas y socialmente aisladas.

Al denunciar esa situación, la investigadora de temas de género ecuatoguineana Trifonia Melibea, advirtió que, en tal contexto, la violencia de género constituye una guerra, en ese país africano ubicado en el sector central de la costa oeste continental.

Al igual que en la mayor parte del continente africano, en Guinea Ecuatorial, “ser feminista es un estigma”, denunció Melibea, en diálogo con el diario español ABC.

“Si te declaras feminista, el primer sector de personas que te excluye es tu familia, porque representas un modelo de vida que no es acorde a lo que se espera de ti”, y “el estigma viene de tu familia, de tu pareja, del Estado, y la soledad es abrumadora”, agregó, para reflexionar que “no conozco, en Guinea, a una feminista que no esté sola”.

“Te tratan de pervertida, ‘blanquita’ o ‘neocolonialista’, en un país que no ha superado el trauma de su colonización”, siguió denunciando, además de aludir al hecho de que, tras haber sido colonia portuguesa (1741-1778), y española (1778-1968) Guinea Ecuatorial se convirtió, en marzo de 1968, en país independiente.

No obstante el contexto de fuerte machismo, Melibea aseguró que “sigo siendo feminista, pero asumo que ya no tengo familia”.

La violencia de género -en particular la antifeminista- presenta, en el país africano, característica de confrontación bélica, aseguró la experta.

“Veo los asesinatos de género como una especie de enfrentamiento”, expresó, además de denunciar que “hay una guerra, alguien la tiene que ganar”.

“Nos hemos acostumbrado a que las guerras consistan en el lanzamiento de un misil, pero la guerra contra el feminismo no es así, es una guerra ideológica”, precisó.

Esa confrontación seguirá, “hasta que la gente asuma que el feminismo no va a terminar, hasta que se interiorice que la mujer no pertenece a nadie”, pero “ese momento no ha llegado todavía”, indicó.

En cuanto a la violencia con las mujeres de la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales, transgéneros, e intersexuales (Lgbti), la experta explicó que, en Guinea Ecuatorial se considera que “la homosexualidad es una patología”.

”Cuando (…) descubren que tienen, en una familia, a una mujer Lgtbi, una de las estrategias de curación es la maternidad forzada, que implica una violación”, contexto en el cual “te imponen quién te tiene que violar, si no lo haces tú”, agregó Melibea, quien se encuentra en Madrid para The Equality Advocacy Project, iniciativa no gubernamental española dedicada a poner fin a la violencia homofóbica.

“La familia se deprime, se avergüenza”, y, “cuando la familia descubre que eres homosexual, se reúnen, los hermanos mayores te repudian, te dan palizas, incluso comunitarias”, siguió relatando.

Además, “los hombres pueden abandonar a sus mujeres, si el hijo es gay, y el estigma se hereda”, precisó.

En el caso de la homosexualidad femenina, “muchas chicas acaban en la prostitución”, lo que constituye “un drama silenciado”, denunció, además.

Al respecto, “retamos al Gobierno, desde las asociaciones (de sociedad civil), que averigüe qué está pasando con su ciudadanía, pero no lo hace”, informó.

La investigadora aludió así a la dictadura del general Teodoro Obiang Nguema, el segundo gobernante del país, desde la independencia, quien llegó al poder el 3 de agosto de 1976, mediante el cruento golpe de Estado que derrocó al primer presidente ecuatoguineano (1968-1976), Francisco Macías Nguema, quien fue ejecutado.

No obstante, Melibea considera, que, en el cuadro de situación nacional, el hecho de que esas organizaciones formulen tales planteamientos, al régimen, es alentador.

En opinión de la experta, en la marco de esa realidad, “hay visos de esperanza en algún país de los 54 que tiene África”, y ello “es todo un récord que hemos batido”.