La Liga Feminista Costarricense fue declarada, casi un siglo después de su fundación, Benemérita de la Patria, en reconocimiento a su aporte a la lucha por las garantías fundamentales de las mujeres, incluido el derecho al voto.

Establecida hace 98 años -el 12 de octubre de 1923-, se trata de la primera organización de Costa Rica que se declaró feminista, precisaron el Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu) y el Ministerio de Cultura, al informar sobre el acto de firma presidencial de la ley que otorgó el ben emeritazgo a esa agrupación.

Promotora de la ley, en la unicameral Asamblea Legislativa, la parlamentaria oficialista Nielsen Pérez dijo, al participar en la ceremonia -realizada el 12 de este mes-, que la distinción se enmarca, adecuadamente, en la conmemoración del bicentenario de la independencia de Costa Rica.

Por su parte, la ministra de la Condición de la Mujer y presidenta ejecutiva del Inamu, Marcela Guerrero, subrayó que, como consecuencia de la tenaz acción de esa agrupación, el país centroamericano registra efectiva participación femenina en el campo de la política.

En opinión del presidente costarricense, Carlos Alvarado, la lucha desarrollada por las integrantes de la liga, y por otras mujeres, contribuyó a fortalecer la democracia nacional.

“La Liga Feminista fue la primera organización nacional en proclamarse feminista y que asumió e impulsó la lucha por la emancipación a favor de las mujeres y el mejoramiento de la condición de vida de ellas”, indicaron el Inamu y el ministerio, en el comunicado conjunto que emitieron en esa fecha.

Respecto al benemeritazgo, Pérez, legisladora por el gobernante Partido Acción Ciudadana (PAC), dijo que, “una de las mejores maneras de conmemorar nuestro Bicentenario, es reconocer a las mujeres -tantas veces invisibilizadas- que dieron forma a los valores y cimientos democráticos que nos caracterizan hasta la actualidad”.

La parlamentaria hizo, así, referencia al 200 aniversario de la independencia de Costa Rica -así como de El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua-, que fue celebrado el 15 de setiembre.

“Con este benemeritazgo, estamos dando el lugar que merece, en nuestra historia, al importantísimo aporte de las mujeres que lucharon desde la Liga Feminista, no sólo por el sufragio femenino, sino también por el derecho a la educación y a la igualdad salarial, entre muchas otras demandas”, agregó.

Mediante esa labor, “abrieron camino, en medio de la fuerte oposición de aquella época, para todas las mujeres”, precisó.

En opinión de Guerrero, “la Liga Feminista fue más allá de la causa sufragista”, para lograr el derecho, de las mujeres, a votar.

Las integrantes de la organización, “se movilizaron por la igualdad, los derechos políticos, mejorar el acceso a la educación, la formación cívica, la participación de las mujeres en puestos públicos, así como la igualdad salarial, entre otros derechos”, agregó, al analizar la acción histórica de esas tempranas feministas.

“A esta Liga, hoy todas las mujeres en nuestro país, le debemos la participación política real, efectiva, y sustantiva, en la democracia costarricense”, subrayó.

También, “les debemos el derecho a elegir y ser electas, a ser protagonistas de nuestros destinos”, reflexionó, a continuación.

Entretanto, Alvarado aseguró que “Costa Rica no sería la democracia robusta que es hoy en día, sin las luchas, de muchísimas mujeres, por el acceso pleno de las ciudadanas a los derechos políticos, económicos y sociales, como lo hizo la Liga Feminista Costarricense”.

“El futuro de las democracias se fortalece y alimenta de la participación activa de todas las mujeres, en todos los espacios de decisión”, indicó.

La firma de la ley de benemeritazgo para la liga se concretó casi tres meses de que la Asamblea legislativa reconoció el esfuerzo de 14 mujeres históricas, y las declaró beneméritas.

Las catorce nominaciones fueron aprobadas por unanimidad, durante el debate del 21 julio, dedicado, en su totalidad, a la tramitación, en sesión plenaria, de esas propuestas.

Entre las nuevas beneméritas, figuran líderes feministas de final del siglo 19 y de todo el siglo 20, quienes se destacaron, en sus respectivas actividades, al poner de manifiesto la situación de las costarricenses, en diferentes momentos de la historia nacional.

Algunas de ellas, trabajaron, intensamente, intensamente, en la promoción del sufragio -el voto femenino en el país-.

Tres de las sufragistas se constituyeron, en 1953, en las primeras mujeres quienes ocuparon bancas en la Asamblea Legislativa.

Las vanguardistas en materia de derechos políticos de las costarricenses quienes fueron galardonadas son María Teresa Obregón, Ana Rosa Chacón, y Estela Quesada, las tres primeras diputadas en la historia del país -durante el período de 1953 a 1958-.

Obregón, una docente y líder política, se convirtió, asimismo, en la sesión inaugural de esa legislatura, en la primera congresista quien usó de la palabra en el plenario, además de que pasó a ser la primera prosecretaria del Directorio de la Asamblea Legislativa.

También rompió barreras de género a nivel de estructura política, al constituirse en la primera presidenta del socialdemócrata y varias veces gobernante Partido Liberación Nacional (PLN), y, simultáneamente, del Comité Femenino de la misma agrupación.

Por su parte, Chacón integró el liderazgo del movimiento promotor del voto de las mujeres en el país, además de que fue cofundadora de la Liga Feminista Costarricense.

En cuanto a Quesada, se trata de una abogada, activista, y dirigente política quien, al igual que Obregón, fue figura clave en la apertura de espacio político para el sector poblacional femenino.

Lo hizo, al ocupar, por vez primera, cargos gubernamentales y diplomáticos, como resultados de sus esfuerzos vanguardistas de combate a la desigualdad de género -cuando el fenómeno patriarcal no se conocía con esa designación-.

Además de su llegada a la Asamblea Legislativa, Obregón fue, en 1958, la primera costarricense quien ocupó un cargo en el gabinete ministerial.

La activista fue entonces designada ministra de Educación, al final de la administración (1954-1958) presidida por el derechista Mario Echandi, y, dos décadas después, se convirtió en la primera ministra de Trabajo, en este caso al inicio del gobierno (1978-1982) encabezado por el centroizquierdista Rodrigo Carazo.

Asimismo, fue embajadora de Costa Rica en Naciones Unidas.

También defensora de los derechos de las mujeres, y de los niños -además de haberse desempeñado como docente y escritora-, Luisa González fue distinguida, igualmente, por su labor como activista política y sindical.

González impulsó, simultáneamente, la creación, en 1948 de la Unión de Mujeres Carmen Lyra, organización feminista que tomó su nombre del seudónimo de la escritora María Isabel Carvajal (1887-1949) -una de las seis costarricenses a quienes se había otorgado, con anterioridad, el benemeritazgo-.

Entre sus acciones, la organización feminista participó, junto a otros sectores populares, en la guerra civil que durante 44 días, en 1948, tuvo lugar en Costa Rica, y constituyó el último conflicto armado con escenario en este país.

De esa agrupación surgió, en 1953, la Alianza de Mujeres Costarricenses, entre cuyas promotoras y líderes figuró, también, González.