El feminismo se define como una doctrina social favorable a la mujer, a quien concede capacidad y derechos reservados antes a los hombres.

El Dalai Lama, quien nunca ocultó su apoyo a la igualdad de género, dijo en varias ocasiones “Me llamo a mí mismo un feminista. ¿No es así como se llama alguien que lucha por los derechos de las mujeres?”

Así como en una columna reciente mencioné a los “célebres misóginos” de la historia, me parece justo destacar a hombres igualmente que han apoyado en forma consistente la lucha de género.

Platón fue uno de ellos. En algunas de sus reflexiones mencionó que “la mujer debe tener presencia en el Estado tanto como el hombre”.  Podrían imaginarse el síncope cardiaco que esta frase le pudo haber causado a Aristóteles, quien sostenía que las mujeres “no tenían alma”.

Poullain de Barré, considerado uno de los primeros feministas de la historia, argumentaba en uno de sus libros que la inteligencia no era un asunto de género y por lo tanto hombres y mujeres podían ser igualmente inteligentes. En el 1673 de Barré mantenía su hipótesis de que el trato desigual hacia las mujeres no tenía fundamento natural, pues procedía del prejuicio social.

El pensador británico John Stuart Mill habló y escribió acerca de la equidad de derechos entre hombres y mujeres y en su libro “El sometimiento de la mujer”, apoyaba el derecho al voto de las féminas, basado en su firme creencia de que ayudaría al desarrollo de sus capacidades intelectuales. Fue tan vehemente con esta posición que presentó al Parlamento inglés una demanda a favor del voto femenino, pero fue categóricamente rechazada.

El dramaturgo noruego Henrik Johan Ibsen, consideraba que la sociedad era masculina, y hasta que no entrara en ella la mujer no podría ser humana.

El filósofo y psicólogo John Dewey, contrario a su colega Sigmud Freud, impulsó la equidad de género en el ámbito educativo defendiendo públicamente el derecho de las mujeres  a estudiar en universidades mixtas.

Existen celebridades de la literatura y la farándula, como Gabriel García Márquez quien en su frase «En todo momento de mi vida hay una mujer que me lleva de la mano en las tinieblas de una realidad que las mujeres conocen mejor que los hombres y en las cuales se orientan mejor con menos luces», resumen el valor que él de otorga a la mujer.

Para el  John Lennon No podría existir una revolución que no involucrara y liberara a las mujeres.

Quino, el  famoso caricaturista argentino a través de Mafalta, empoderó a una niñita de apariencia ordinaria, inteligente, astuta y a veces mordaz, convirtiéndola sutilmente en una feminista que de manera inocente y graciosa cuestionaba el rol asignado a la mujer en la sociedad.

Barack Obama, cuando  firmó el “Lilly Ledbetter Fair Pay Restoration Act”,  que permite que las mujeres puedan presentar demandas exigiendo la igualdad de remuneración a sus empleadores, dijo: Todas las mujeres esperan a que exista la igualdad de pago. Y no voy a dejar de luchar para afrontar esta desigualdad”.

Señores y señoras el feminismo de hoy persigue la equidad de género, no la confrontación entre hombres y mujeres. El problema de la inequidad y discrimen  hacia la mujer, es indiscutiblemente un asunto de hombres.

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