La valoración de los atributos masculinos como menos importantes, puede causar problemas mentales y de comportamiento en los varones, que “no pueden desarrollar de forma óptima sus capacidades especiales”
El acceso de mujeres a los estratos superiores de la educación plantea, para Hungría, un riesgo de múltiples consecuencias, desde lo económico hasta lo demográfico.
Según el estudio emitido recientemente por una dependencia de la Asamblea Nacional titulado “Fenómeno de educación rosada en Hungría”, el componente femenino constituye algo más de 55 por ciento del estudiantado de nivel medio, lo cual implica la feminización de la educación nacional
El texto, producido por la Oficina de Auditoría del Estado, ha sido blanco de severas críticas por parte de dirigentes y organizaciones de la sociedad civil de esa nación centroeuropea.
En su sitio en Internet, la oficia se define como “la suprema institución auditora financiera y económica de la asamblea”, además de ente “guardián de los fondos públicos por 150 años”, y “garante financiero de la democracia”.
De acuerdo con la misma fuente, la misión de esa estructura consiste en “apoyar la rendición de cuentas de fondos públicos y contribuir a la buena gobernanza a través de sus bien fundamentadas y valiosas auditorías, y sus exhaustivas actividades de asesoramiento y difusión del conocimiento”.
No obstante, su alta autoevaluación, la oficina planteó, en el estudio que dio a conocer el 25 de agosto, que el hecho de que un 82 por ciento del personal docente húngaro está integrado por mujeres, y que el componente femenino constituye algo más de 55 por ciento del estudiantado de nivel medio implica la feminización de la educación nacional.
En ese sentido, señaló que, durante el período 2010-2021, el ingreso de mujeres a la educación universitaria fue superior al de hombres.
La entidad aseguró, asimismo, a manera de crítica, que “cualidades de las mujeres -como la madurez social, la diligencia, escucha de las palabras, tolerancia a la monotonía, buena expresión verbal y escrita-, son más importantes en las escuelas que el sentido matemático, técnico y espacial de los hombres”, lo que determina “el castigo de las cualidades masculinas”, tales como “la competencia, las matemáticas, las asignaturas de ciencias materiales”.
Según esa arbitraria línea de análisis, “la valoración de los atributos masculinos como menos importantes, puede causar problemas mentales y de comportamiento en los varones, que, así, no pueden desarrollar de forma óptima sus capacidades especiales”.
Por si esos señalamientos fuesen poco, la oficina vaticinó, en el documento citado por medios de comunicación, que “la sobrerrepresentación de mujeres en la educación superior también puede causar problemas demográficos, dificultar la búsqueda de pareja y reducir las tasas de natalidad”.
En ese sentido, advirtió que “la alta presencia de las mujeres en la enseñanza superior, puede causar problemas demográficos, dificultando la búsqueda de pareja”, ya que ello “podría conducir a una disminución de la fertilidad”.
De acuerdo con los autores, la base el estudio -que no presenta fundamento científico alguno- fue la realización de encuestas de opinión entre 700 docentes y padres de estudiantes -en un país cuya población es casi 10 millones-.
Durante el muestro se solicitó, a los participantes, que indicaran “si el sistema educativo brinda igualdad de oportunidades para hombres y mujeres”.
Entre las numerosas críticas formuladas al estudio, medios de comunicación independientes lo describieron como sexista, además de alineado con la misógina política que, en materia de sociedad y de familia, es implementada por el régimen del ultraderechista y populista primer ministro (1998-2002, y desde 2010) Viktor Orban.
En tal contexto, la Constitución establece -desde una reforma introducida en 2011, que, como base de la sociedad, la familia se origina en la unión de un hombre y una mujer.
Sumado a ello, Hungría presenta altos niveles de desigualdad de género, al igual que legislación violatoria de los derechos de la población sexualmente diversa, todo lo cual genera preocupación -y crítica- en la Unión Europea (UE), además acciones por parte del bloque integracionista.
De acuerdo con las versiones periodísticas, la Comisión Europea -el Poder Ejecutivo de la UE- ha emprendido, contra Hungría, acciones legales respecto a la legislación nacional violatoria de los derechos de la población sexualmente diversa.
En este caso, el escenario es el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, según las mismas fuentes.
Al informar sobre el estudio de la oficina auditora, medios de comunicación locales no alineados con el régimen de Orban recordaron que, luego de haber visitado, en 2019, el país centroeuropeo, la comisionada del Consejo de Europa para Derechos Humanos, la bosnia Dunja Mijatovic, advirtió que Hungría presenta un retroceso en materia de derechos de las mujeres, y en lo que se refiere a igualdad de género.
Fundado en 1949, el consejo tiene la misión de defender, en ese continente, las garantías fundamentales, la democracia, y el Estado de derecho.
Respecto a la falta de oportunidades para las húngaras, los medios señalaron que las parlamentarias constituyen aproximadamente 12 por ciento del organismo legislativo.
Al citar un informe del Banco Mundial (BM), indicaron que, entre otras ventajas, las mujeres con los más altos niveles educativos poseen mayor información respecto a salud y nutrición.
Además, “las oportunidades educativas limitadas para las niñas y las barreras para completar 12 años de educación cuestan a los países unos 15 billones de dólares”, según la misma fuente.
Anna Komjathy, dirigente del Sindicato Democrático de Docentes, denunció, en declaraciones reproducidas el 26 de agosto por Bloomberg -medio de comunicación especializado en economía y política-, que “la peor parte de la desigualdad, en Hungría, la soportan las mujeres”.
También aseguró que “la noción de que el acceso de los hombres a la educación superior se ve obstaculizado por las mujeres es, francamente, una broma”.
Foto: Simon Ly