El fortalecimiento del papel que desempeñan las organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres, constituye un elemento clave en materia de esfuerzos para erradicar la violencia de género
Ello, a su vez, requiere financiamiento de esas estructuras, como lo planteó recientemente el secretario general de Naciones Unidas, el portugués António Guterres.
Exponente de esta línea de análisis, la representante de la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres) en Colombia, la española Bibiana Aida Almagro, considera que, en este país sudamericano, esas oenegés son protagonistas en la promoción de las garantías fundamentales de la población femenina.
En declaraciones reproducidas, el 26 de noviembre, por el diario colombiano El Tiempo, la experta planteó que “es urgente continuar trabajando en fortalecer los mecanismos para terminar con el círculo vicioso, que va desde la impunidad de los agresores, hasta la culpabilización de las mujeres víctimas”.
Para ello, “fortalecer el rol de las organizaciones de mujeres es fundamental”, subrayó.
“Los países con fuertes movimientos feministas adoptaron, en promedio, tres veces más medidas que abordan la violencia contra las mujeres y niñas, que los que no lo hacen”, informó, a manera de ilustración. Los Estados tienen, una responsabilidad en ese sentido.
“Especialmente, se requiere que las instituciones asignen presupuestos reales para prevenir, atender, y sancionar esta vulneración”, agregó, en referencia a la revictimización de quienes padecen violencia machista.
Respecto a las oenegés especializadas locales, Almagro señaló que, “en Colombia, las organizaciones de mujeres han tenido un rol protagónico en el avance de los derechos de las mujeres, pero aún se encuentran su financiadas”.
“Por esto, desde ONU Mujeres, queremos insistir en el llamado que ha hecho el secretario general de las Naciones Unidas (…) para que los gobiernos, de aquí a 2026, aumenten, en un 50 por ciento, la financiación que destinan a las organizaciones y los movimientos que defienden los derechos de las mujeres”, expresó.
En términos mundiales, “la violencia contra las mujeres es la violación de derechos humanos más extendida del mundo”, indicó.
Muestra de ello, datos de Naciones Unidas señalan que, “a lo largo de su vida, una de cada tres mujeres es víctima de violencia física o sexual por parte de su pareja o expareja”, comenzó a precisar.
“Además, los datos permanecen invariables durante la última década”, puntualizó, a continuación.
En este sentido, informó que “ya estamos hablando de que una mujer sufre violencia cada 18 segundos, una es asesinada cada 11 minutos a manos de su pareja o de algún miembro de su familia”.
Y, en el caso de Colombia, “lamentablemente (…) la situación no es mucho más alentadora”.
Al respecto, citó números del estatal Instituto Nacional de Medicina legal y Ciencia Forenses.
De acuerdo con esos datos, “993 mujeres fueron víctimas de homicidio, en 2021, y, si hablamos de la violencia sexual (…) en 2021 hubo más de 22,000 exámenes por delitos sexuales, y dos de cada tres se hicieron en niñas menores de 15 años”, informó, a manera de denuncia. “Es una situación totalmente dramática”, reflexionó.
En lo que tiene que ver con igualdad de género, la especialista hizo referencia al hecho de que “hay informes que nos hablan de que, para alcanzar la igualdad real, tardaríamos como 300 años”.
“Eso significa que, a este ritmo, solo las tataranietas de las niñas que nazcan en 2022 podrían vivir en un mundo con igualdad de género”, advirtió.
Por lo tanto, “es hora de poner en marcha más políticas públicas, y convertir las leyes en realidad, porque Colombia tiene un marco normativo muy robusto, pero hace falta que la igualdad legal se convierta en igualdad real”, señaló, en calidad de recomendación.
Al respecto, mencionó la Ley 1257, aprobada en 2008, que “fue impulsada por más de 12 organizaciones de mujeres”.
“Creo que, realmente, los avances legales y de políticas públicas alcanzados -para la prevención, atención y la judicialización de la violencia basada en género en Colombia- han tenido como grandes protagonistas a las organizaciones”, aseguró.
Por otra parte, “hace falta trabajar en prevención, en transformación cultural, mejorar las rutas de atención y los protocolos de atención a las víctimas”, agregó.
En opinión de Almagro, “son muchos factores de un problema que hay que abordar desde una perspectiva muy amplia y comprensiva”.
La experta subrayó que “eso implica a muchísimas entidades del Estado, pero también al conjunto de la población y de la sociedad”, para que sea posible “hacer algo para avanzar en la eliminación de esta violencia”.
Foto: Alexander Suhorucov