El uso morboso de imágenes y videos que hicieron dos medios de comunicación el pasado jueves sobre la violencia brutal que sufrieron unas adolescentes, donde se expone la forma en que fueron torturadas y humilladas por un grupo de hombres, nos debe llamar a una seria reflexión. Esto se denomina violencia mediática y es una de las formas de violencia más cotidianas e impunes.
Este manejo de las noticias es peligroso, revictimiza y pone en mayor riesgo a las mujeres víctimas, exponiéndolas de manera irresponsable e irrespetuosa. Forma parte de la estrategia que utilizan algunos medios de convertir en espectáculo la violencia para atraer la atención del público y aumentar sus niveles de audiencia, sin tener ningún reparo en el sufrimiento y la humillación que han vivido tanto las víctimas como sus familias. Publicar estas imágenes aumenta el impacto negativo de los hechos violentos y convierte a quien las publica en cómplice de la reproducción y perpetuación de la violencia.
Este ejercicio periodístico riñe de manera flagrante con los principios básicos de la ética profesional, que llama a mantener un compromiso ineludible no solamente con la verdad, sino también con el respeto de los derechos y la dignidad humana. Los medios de comunicación más bien pueden contribuir de manera decisiva en los procesos educativos y de cambio cultural, llamando a la población a denunciar la violencia y a proteger a nuestras niñas y adolescentes. Exponerlas sin misericordia no es el camino.
El INAMU hace un llamado a toda la ciudadanía y a las diversas instituciones a manifestar una solidaridad activa con las víctimas de violencia y a exigir el respeto de los medios de comunicación. Hacemos también un llamado urgente para que periódicos, televisoras, emisoras de radio, medios electrónicos y demás medios de comunicación reflexionen sobre esto y abran espacios de debate que permitan generar un cambio en el manejo periodístico de la violencia contra las mujeres.