El Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu) repudió la agresión sufrida esta semana por dos mujeres trans, en un sector del centro de la capital costarricense donde desarrollan trabajo sexual.

Las autoridades pertinentes deben investigar el caso, para la plena implementación de justicia, agregó el instituto, en un comunicado de cuatro párrafos, que tituló “Inamu repudia la violencia contra las mujeres y los crímenes de odio”, y emitió el 3 de marzo.

Por su parte, la ministra de la Condición de la Mujer y presidenta ejecutiva del Inamu, Patricia Mora, citada en el texto, señaló que las mujeres trans son, recurrentemente, víctimas de violencia de género.

La agresión fue grabada, por los atacantes, en un breve video que fue difundido por algunos medios locales.

“Tras la divulgación de un evidente acto de odio contra dos mujeres trans ocurrido días atrás en las cercanías de Barrio Amón en el centro de San José, el Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU) hace público su repudio hacia esta manifestación de violencia de género y exige a las autoridades policiales y judiciales que se investigue este caso y se aplique la justicia en todos sus extremos”, indicó la entidad, en el texto de su Unidad de Comunicación.

“Esta no es la primera vez que ocurren situaciones de acoso y agresión contra mujeres trans, por lo que hacemos un llamado para que las autoridades estatales registren y atiendan estas agresiones contra mujeres trans como lo que son: crímenes de odio y violencia machista”, precisó la ministra.

“Es de vital importancia que la sociedad comprenda y el Estado garantice el respeto a la dignidad humana de todas las personas y erradique de una vez por todas cualquier acto de discriminación por orientación sexual o identidad de género”, agregó.

Mora planteó, asimismo, que “reiteramos el compromiso con la promoción de los derechos de todas las mujeres en su diversidad, y una vez más colocamos sobre el tapete la necesidad de una mayor articulación interinstitucional para asegurar que las mujeres puedan vivir libres de violencia y discriminación en todos los ámbitos”.

Entretanto, el diario electrónico local El Periodicocr.com, uno de los medios que difundió el video, identificó a dos de los atacantes, cuyas respectivas fotografías, junto con el nombre de uno de ellos, publicó poco después de conocida la reacción del Inamu.

En una nota informativa titulada “Estos fueron los sujetos que agredieron a dos mujeres trans en San José”, el medio indicó que “un sujeto identificado como Walter Rivera, conocido como “Wally”, sería uno de los responsables de la agresión contra dos mujeres trans la madrugada del lunes 2 de marzo en Barrio Amón, en el centro de San José”, y aclaró que “su acompañante aún no identificado”.

En el video, al parecer tomado desde el interior de un vehículo estacionado en una esquina de Barrio Amón, se escucha a algunos hombres proferir fuertes insultos contra dos trabajadoras sexuales trans, en medio de risas.

“Péguele, Wally, péguele!”, gruita uno de los participantes en la agresión, cuya voz es la que más se oye.

“Wally: sáquele la Makarov, Wally!”, sigue gritando además, en alusión a la pistola semiautomática de fabricación rusa.

Una de las dos agredidas, procura evitar el ataque, y explica, en vano –sin alterarse, no obstante los recurrentes insultos-, que “nosotras estamos trabajando, mae”, pero otro atacante –al parecer, Wally-, grita, riéndose, que “las reviento, a todas!”.

El otro agresor insiste en que “Wally” agreda físicamente a esa mujer, indicándole: “Wally: péguele unos pichazos (golpes) a ese mae, Wally! Péguele, Wally, a ese hijueputa!”.

Instantes después, y tras oírse lo que parecen ser golpes, se observa a uno de los atacantes –un hombre corpulento, quien supuestamente es “Wally”- habiendo derribado a una de las dos mujeres, mientras se oye risas de otros hombres.

De acuerdo con lo denunciado por diversas organizaciones locales que defienden los derechos de las personas sexualmente diversas, la violencia de género, en sus diversas manifestaciones –incluidos los crímenes de odio- contra este sector de la población es una persistente realidad.

En un informe que dio a conocer en 2015, una de esas organizaciones –el Frente por los Derechos Igualitarios (FDI), indicó que “podemos concluir que en Costa Rica se han desarrollado progresivamente avances para la garantía de derechos de las lesbianas, las mujeres bisexuales, los hombres bisexuales, los homosexuales, las mujeres trans, los hombres trans y las personas intersex, sin embargo estos no permiten garantizar a plenitud la igualdad y no discriminación de todas estas personas”.

“La mayor parte de de normas y políticas contenidas en nuestro ordenamiento jurídico han sido creadas por normativa de rango inferior -decretos ejecutivos y directrices- y a pesar de tener todo el sustento de rango supraconstitucional de los derechos humanos, no garantizan la seguridad jurídica en un país en el cual se prefiere aplicar normativa inconstitucional discriminatoria a derogarla”, denunció.

“Esta problemática trasciende lo legal, tiene su base en aspectos políticos y estructurales en relación con la vivencia en una sociedad patriarcal y heteronormativa”, explicó.

“En muchas de las temáticas todavía son necesarias acciones afirmativas que permitan garantizar la igualdad de facto de todas las personas, no solo es garantizar el cumplimiento de los derechos que todavía no se han garantizado sino acciones afirmativas contra la discriminación, persisten identidades invisibilizadas y sobre las que no se ha trabajado al respecto”, planteó, además.

El FDI sugirió, asimismo, que las diferentes instituciones relacionadas con este tema, cuenten con datos estadísticos que ayuden a desarrollar políticas públicas en este campo.

En ese sentido, señaló la necesidad de que “se recolecten datos de casos de violencia por discriminación, con tal de establecer la clara necesidad de tipificar el tipo penal de crímenes de odio”.