Un juez en el estado costero de Karnataka, en el sur de India, afirmó esta semana, en un caso de violación, que, al haberse dormido después de sufrir la agresión, la víctima no reaccionó como lo hacen las mujeres del país ubicado en el sureste asiático.
Al cuestionar los planteamientos de la agredida, en la denuncia penal, el juez Krishna Dixit, de la Alta Corte de Karnataka otorgó, al acusado, el beneficio del pago de fianza, en lugar de aplicarle la medida cautelar de prisión preventiva, de acuerdo con lo informado por medios indios.
El incidente ocurrió una noche de mayo, cuando el acusado -a quien se identificó como Rakesh B- acompañó a la víctima -su empleadora, cuyo nombre no fue proporcionado- a la oficina de la mujer, donde la violó, según las mismas fuentes.
“La explicación ofrecida por la demandante, de que, después de la perpetración del acto, se sintió cansada, y se durmió, es impropia de una mujer india”, aseguró Dixit, el 22 de junio, para agregar que “esta no es la manera en que nuestras mujeres reaccionan cuando son violadas”.
El juez no explicó el fundamento de la misógina categorización de la población femenina de India, en general, como “nuestras mujeres”, ni de la implícita justificación, como un hecho socialmente aceptable, de que las mujeres sean violadas.
Al respecto, y en alusión a la absolución, en 2016, de los acusados en un caso de violación en grupo, por parte de la Corte Suprema de Justicia de India -que aplicó similar razonamiento-, la abogada Flavia Agnes declaró que “la corte, claramente, cree que hay una cierta apariencia que hay que tener después de una violación, y esto desempeñó un papel muy importante en su mente (de los magistrados)”.
“Encuentro que esto es extremadamente problemático”, expresó la jurista, citada entonces por el periódico indio The Wire.
En el caso ocurrido el mes pasado, Dixit expresó varias reservas adicionales, en cuanto a lo planteado por la denunciante, describiendo como poco creíble la mención de que el acusado le había prometido matrimonio, además de afirmar que la mujer aceptó beber alcohol con el acusado, y que omitió gestionar, “lo más temprano posible”, una demanda a causa de que el querellado la “obligó a (concederle) favores sexuales”, sino que lo hizo hasta la mañana siguiente.
“La versión, de la demandante, de que fue sometida a violación bajo la falsa promesa de matrimonio, dadas las circunstancias del caso, es un tanto difícil de creer, en este momento”, afirmó el juez.
“La versión de la demandante, de que había estado cenando”, en un hotel, y de que el hombre, “habiendo consumido alcohol, se sentó en el automóvil (de la mujer), aun si se la supone como veraz, no explica por qué no se alertó a la policía, o a personas en el lugar, sobre la conducta del acusado”, afirmó Dixit.
Siguiendo su línea de razonamiento, el juez también aseveró que la demandante no logró explicar el motivo por el cual estuvo, avanzada la noche, en su oficina.
“No se menciona nada, por parte de la demandante, respecto a por qué fue a su oficina, por la noche -por ejemplo, a las 11 PM-“, planteó, para agregar que “tampoco objetó consumir alcohol con el acusado ni permanecer, con ella, hasta la mañana”.
Al cuestionar la conducta del juez, el fiscal estatal encargado del caso expresó fuerte oposición a la solicitud de fianza -de 100 mil rupias (algo más de 1,300 dólares)-, advirtiendo que los cargios formulados contra el acusado “son considerablemente serios”, además de que “es inseguro, para la sociedad, que tales delincuentes obtengan el beneficio de la fianza”.
Sin embargo, al refutar ese planteamiento, el juez consideró, además de haber puesto en duda la acusación de la mujer, que “la sola seriedad (de los cargos) no constituye criterio para negar la libertad, a un ciudadano, cuando no hay un caso prima facie (con prueba suficiente) de parte de la policía”.
En el caso de Octubre de 2016, similar razonamiento machista, que desacreditó la denuncia de la víctima, determinó la absolución de los acusadois por el delito de violación en grupo.
La Corfte Suprema de Justicia determinó entonces que “su conducta (de la agredida) durante el supuesto calvario también es contraria a (la de) una víctima de violación forzosa, y delata una disposición un tanto sumisa y consensual”.
También estableció que “por la naturaleza de los intercambios entre ella y las personas acusadas, según lo narrado por ella, los mismos no son, en lo absoluto, consistentes con los de una involuntaria, aterrorizada, y angustiada víctima de una relación sexual forzosa, si se la juzga por la conducta humana normal”.
De acuerdo con los más recientes datos sobre el delito de violación en India, el Servicio Policial Indio (Indian Police Service, IPS) -la policía nacional-, 32,500 casos de violación -casi 90 por día- fueron registrados en 2017.
Entretanto, en cuanto a incidentes de violencia de género, la gubernamental Oficina Nacional de Registros Delictivos (National Crime Records Bureau, NCRB), indicó, en el informe que emitió al final del año pasado, que 359,849 casos fueron contabilizados también para 2017.