Foto por aljazeera.com / Thoufeeq K.

Una aplicación electrónica que, en India, permitía acceso a una subasta virtual de mujeres musulmanas, generó la condena de unas ochocientas organizaciones feministas y de líderes preocupadas.

A raíz del escándalo generado, la app, conectada a la plataforma GitHub, fue rápidamente removida, no obstante lo cual, la indignación, y el temor, de las afectadas, persiste, de acuerdo con lo informado, esta semana, por medios de comunicación indios e internacionales.

La aplicación, se denominaba, además, “Sulli Deals” (“Ofertas Sulli”), usando una insultante expresión que, en hindi -idioma oficial de India, junto con el inglés-, hace alusión a las fieles del Islam.

En el sitio, se mostró, el 4 de julio, arbitrariamente -y sin autorización-, fotos de las víctimas, cuyos rasgos comunes consisten en que son artistas, profesionales, estudiantes, periodistas, investigadoras, y que expresan, públicamente, opinión en el campo sociopolítico.

Estallada la masiva crítica a la app, un portavoz de GitHub indicó, a la agencia informativa qatarí Al Jazeera, que “suspendimos cuentas de usuarios luego de la investigación de informes sobre tal actividad, la que viola nuestras políticas”.

“GitHub tiene políticas de larga data contra contenido y conducta que involucran hostigamiento, discriminación, e incitación a la violencia”, agregó la agencia, en nota informativa que difundió el 12 de julio.

Por su parte, el periódico Indiatimes (IT) informó, un día después, que “esta no es la primera vez que mujeres musulmanas han sido hostigadas, o amenazas de violación”.

El portal noticioso indio señaló que, en mayo, en un canal de la red social YouTube, se difundió fotografías de musulmanas participando en un festival religioso, imágenes acompañadas por una afirmación, en hindi, en el sentido de que “hoy, acecharemos mujeres, con nuestros ojos llenos de lujuria”.

IT agregó que, “durante la transmisión en vivo, las mujeres fueron tratadas como objetos sexuales, y se ofertó por cada una”.

El medio precisó que, en ese caso, también se utilizó imágenes de musulmanas del limítrofe Paquistán.

El portal indicó que, en el caso de India, las víctimas “se sintieron traumadas, después de encontrar sus nombres y fotografías, para ser subastadas en una app móvil”.

“Una vez abierta, la app solicitaba a cada usuario, que hiciera click en ‘Encuentre su Oferta Sulli del Día”, tras lo cual, “mostraba, al azar, una foto de una mujer musulmana india, probablemente de su cuenta en su red social”, precisó.

“La repulsiva app salió a luz, cuando estos hombre empezaron a compartir, en Twitter, su ‘oferta del día’, y, a partir de ello, fue removida por GitHub”, agregó.

En fuerte reacción, más de 800 organizaciones de derechos de la población femenina, lo mismo que preocupadas adherentes individuales, emitieron una severa declaración, de acuerdo con versiones periodísticas locales.

“Estamos indignadas por la reprochable focalización de mujeres musulmanas”, indicaron, además de denunciar que las fotografías fueron exhibidas “con el explícito objetivo de dirigir odio y daño sexual a estas mujeres”.

“Los perfiles y las imágenes de más de 80 mujeres fueron buscados para ser ‘subastadas’ mediante la solicitud, a los usuarios, de que eligieran su ‘oferta del día’”, puntualizaron.

“Esto es una conspiración para convertir, a mujeres, en objetivos, mediante la creación de una base de datos de aquellas musulmanas periodistas, profesionales, y estudiantes quienes activamente han levantado su voz, en redes sociales, contra el (movimiento) derechista Hindutva”, señalaron, a continuación.

“Esta es una centrada campaña de odio contra mujeres musulmanas, en India y en el exterior, (que) equivale a hostigamiento sexual, intimidación criminal, y ciberacecho”, todo lo cual “viola su derecho a la privacidad (…) y es un acto de censura”, que, además, “pone su vida y su libertad en peligro”, aseguraron las firmantes de la extensa declaración.

“Nos preocupa, profundamente, que, todos los días, se permite que nuevas formas de intimidación y odio sean inventadas (…) para normalizar la violencia contra las comunidades musulmanas”, agregaron.

“Este delictivo uso de medios sociales utiliza un discurso abiertamente misógino contra comunidades minoritarias, y celebra la cultura de violación contra las mujeres musulmanas señaladas por su identidad religiosa, y, por lo tanto, impacta la dignidad de todas las mujeres”, advirtieron.

“Tal enfoque masivo sobre las mujeres musulmanas en espacios públicos, ya sea en línea o no, que las trata como objetos (…) es, sencillamente, inaceptable”, además de que “no es abstracto” sino que constituye “la vida real para las mujeres, una violación de sus derechos humanos, un ataque a la dignidad, la autonomía, y la integridad corporal”, plantearon.

“Expresamos nuestro dolor y nuestra indignación, a todas las mujeres musulmanas dañadas por esta misógina campaña de odio”, además de que “nos unimos, en solidaridad, a cada una de estas mujeres”, y “les juramos nuestro apoyo”, subrayaron.

En declaraciones en esa línea, reproducidas por Al Jazeera, el 12 de julio, Hana Mohsin Khan -una de las víctimas-, dijo que creó, en la red social WhatsApp, un grupo denominado “Solidarity” (“Solidaridad”), que incluye, de momento, a más de una veintena de “subastadas”.

“Todas, estamos apoyándonos mutuamente”, aseguró Khan, quien pilotea aviones de una aureolina nacional, a la agencia.

“Todas, estamos trabajando juntas, casi no dormimos”, señaló, para asegurar que “no nos callaremos, y no dejaremos que eso quede así”.

También en diálogo con la agencia, la estudiante y activista Afreen Fatima -otra víctima de la venta electrónica-, expresó preocupación por las consecuencias de este acto de agresión de género.

“Qué pasa si alguno viene y, sencillamente, reclama su oferta del día?”, reflexionó, al hablar con Al Jazeera.

“No veo que haya nada que les impida hacerlo”, dijo, a continuación.

No obstante esa posibilidad, Fatima se declaró opuesta a que violencia machista, como la implícita en la realización de la subasta virtual, intimide a las agredidas.

“No creo que me callaría, a causa de esto”, expresó.

A continuación, advirtió: “seguiremos ocupando cada espacio público que haya, sea Twitter, Instagram, Facebook, en línea, fuera de línea, en todo lugar”.