“Gracias al trabajo que realizo con el Programa para el Desarrollo de la Mujer Empresaria de la Cámara de Comercio de Costa Rica, he podido conocer ejemplos de vida de mujeres muy valiosas en todos los campos y cómo la gestión que hacemos desde aquí, les ha ayudado a salir adelante y convertirse en las mujeres que merecen ser”.
Graduada en Administración de Empresas Hoteleras y Turismo en el Colegio Universitario de Cartago, con una especialidad en Imagen Física por el Colegio de Consultores en Imagen Pública de México-DF, Irene Jara Ocampo ha dedicado los últimos seis años de su vida profesional al empoderamiento de la mujer en el área laboral y empresarial.
Dejó a un lado el ámbito turístico para ingresar a la Cámara de Comercio de Costa Rica como Coordinadora del Programa para el Desarrollo de la Mujer Empresaria, PDME, en donde es responsable de implementar acciones que impulsen el empoderamiento femenino y la igualdad de género.
“Empecé a trabajar en la CCCR el día de mi cumpleaños hace 6 años, algo que siempre consideré como una señal de mucha bendición. Hoy, mis labores se dividen entre otras cosas en proyectar, organizar, evaluar y controlar la agenda de reuniones y actividades especiales que lleva a cabo el Comité Coordinador del PDME a través del año”, afirma Jara Ocampo.
Para esta profesional, ayudar a las mujeres en la igualdad de género requiere de muchas acciones, iniciando los primeros pasos en el hogar, con actividades sencillas como educar a las niñas a jugar los mismos juegos de los niños, para que aprendan a ser competitivas y a obtener resultados a partir de ellos.
“La empresa y la sociedad deben ser solidarias en apoyar las redes de cuido para que las madres salgan a trabajar tranquilas, y que tanto la pareja como los familiares aporten tiempo y esfuerzo en la atención de los hijos. Hay que fortalecer las diversas competencias de las mujeres trabajadoras para que aprendamos a establecer prioridades, seamos más visionarias y sigamos aspirando por la excelencia, asumamos riesgos y no temamos al fracaso”, comenta Jara.
Esta profesional, que ha tenido a su cargo la imagen de distintas figuras públicas del campo empresarial, político y de la televisión, tanto en México como en Costa Rica, considera que las claves del éxito profesional en las mujeres se encuentran en los siguientes cuatro puntos:
a. Planear bien su vida para saber tomar decisiones profesionales y personales, saber escoger una pareja que verdaderamente aporte a sus intereses futuros.
b. Aprender a pedir ayuda en toda actividad personal y profesional.
c. Fortalecer día a día su autoestima con el objetivo de mejorar la percepción personal y la de sus públicos objetivo, como mujer, esposa, madre, amiga y ejecutiva exitosa.
d. Aprender a hacer networking más agresivo y más profesional para destacar en los campos laborales
Miembros del Programa para el Desarrollo de la Mujer Empresaria, PDME
En cuanto a los principales retos de las mujeres en este siglo, considera Jara Ocampo que el entusiasmo y deseo de ser productivas y destacar en los campos que se han preparado, ha exigido el aumento de responsabilidades y compromisos adquirimos ante la sociedad, la familia y la empresa. Por esa razón, considera que todavía hay un “techo de cristal”, que la mujer se auto-impone por temor a asumir riesgos, a fracasar “o a terminar solas”, porque no se sienten respaldadas. Por esta situación, afirma que hay que seguir luchando en los siguientes puntos:
• Fortalecer las acciones afirmativas a nivel empresarial y social para que todos los habitantes de este país comprendan la necesidad de que todos los ciudadanos (hombre-mujer) necesitamos y merecemos trabajar para mejorar la economía nacional.
• Seguir estudiando y preparándonos para superar barreras de conocimientos, “información es poder”. Sólo de esta manera podremos sentirnos más seguras y confiadas ante los retos laborales y no ser tan aprensivas deseando ser perfeccionistas o controladoras.
• Fortalecer los centros de cuido tanto infantil como para adultos mayores, con el fin de lograr más tranquilidad a la hora de salir a trabajar y cosechar los éxitos laborales y personales esperados.
Para que la mujer pueda conciliar los tiempos del trabajo con los tiempos de la familia, Jara Ocampo cita al Papa Francisco, quien recientemente manifestó que quiere unir su voz a la de tantos trabajadores y empresarios para pedir que se realice un pacto para el trabajo. “Definitivamente hay que tomar decisiones país para la buena marcha de las empresas y los valores familiares, ya que vivimos en una era en donde la mayoría de las parejas trabajan fuera de casa y por lo tanto gozan de un doble ingreso. Por esa razón, deberían papá y mamá tener las mismas responsabilidades dentro del hogar y ante la atención de sus hijos, para esto, es necesario una política que permita a ambos, opciones de teletrabajo u horarios escalonados, para poder estar presentes en diferentes momentos familiares y fortalecer la educación, la confianza y el afecto entre los miembros. Por otra parte, siempre he considerado la importancia de acercarnos a personas exitosas y escuchar de ellas(os), cuáles han sido sus prácticas para mejorar sus empresas y cómo manejan sus diferentes estructuras familiares”, apuntó la ejecutiva de la Cámara de Comercio.
En la vida profesional de Irene existen mujeres que ha aprendido a admirar a través de su vida, como las que le han enseñado que no importa estudiar una carrera y desempeñarse en otra actividad con éxito y seguridad; las que con simpatía y optimismo comparten sus angustias y problemas, sabiendo que son capaces de solucionar cada una de ellas y las que no dejan de estudiar y prepararse en diferentes campos para estar actualizadas y dirigir mejor sus empresas y sus familias.
Concluye afirmando: “Admiro a las mujeres que se levantan temprano y se acuestan tarde porque el giro de sus negocios así lo amerita. Aprendo de las que sacan tiempo para todo: están activas en el gimnasio, son sanas espiritualmente, tienen su empresa, salen a cenar por la noche con su pareja o amigas, asisten al concierto de sus hijos, almuerzan un día a la semana en casa de su mamá, son mentoras de otras mujeres y siempre tienen una sonrisa en sus rostros…cada una de estas mujeres tienen nombre y apellido y tengo el honor de conocerlas”
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