Kamala Harris hizo historia al aceptar la candidatura a la vicepresidencia de Estados Unidos por el Partido Demócrata.

En la tercera y penúltima noche de la Convención Nacional Demócrata -realizada virtualmente, a causa de la pandemia mundial del nuevo coronavirus-, en un hecho sin precedente, una mujer mestiza, hija de inmigrantes, dijo, a sus correligionarios: “acepto su nominación para vicepresidente de los Estados Unidos de América”.

Su discurso de aceptación, el 19 de agosto, se constituyó en un homenaje a la histórica lucha de mujeres estadounidenses -incluidas afrodescendientes- que, por generaciones, ha procurado la igualdad de oportunidades sin perjuicio de género, esfuerzo que, entre otros éxitos, logró, hace 100 años, la 19 Enmienda a la Constitución, reforma que establece el derecho al voto para ese históricamente discriminado sector de la población.

También destacó la influencia de su madre, nacida en India, una científica y activista por los derechos de las mujeres -y también de su padre, un economista oriundo de Jamaica-, además de reafirmar, implícitamente, el empoderamiento femenino que tiene lugar en la política estadounidense.

“Que yo esté aquí, esta noche, es un testimonio de la dedicación de las generaciones antes de mí. Mujeres y hombres quienes creyeron tan fuertemente en la promesa de igualdad, libertad, y justicia para todos”, expresó.

Como ejemplo de ese esfuerzo colectivo, dijo que “esta semana marca el centésimo aniversario de la 19 Enmienda, y celebramos a las mujeres quienes lucharon por ese derecho”.

“Sin embargo, a tantas de las mujeres negras quienes ayudaron a asegurar esa victoria aún se les prohibía votar, mucho tiempo después de la ratificación, pero no se desalentaron. Sin fanfarria ni reconocimiento, se organizaron, testificaron, se reunieron, marcharon, y lucharon, no solamente por el voto sino por un asiento a la mesa”, subrayó.

“Esas mujeres, y las generaciones que siguieron, trabajaron para hacer, de la democracia y la oportunidad, una realidad en las vidas de todos nosotros, quienes las seguimos”, señaló, pada agregar que “abrieron el camino para el pionero liderazgo de Barack Obama y Hillary Clinton”.

Harris aludió así, respectivamente, al primer presidente afrodescendiente (2009-2013, 2013-2017) que ha tenido Estados Unidos, y a la primera candidata presidencial (2016) por el Partido Demócrata.

“Y esas mujeres nos inspiraron para levantar la antorcha, y seguir luchando”, agregó, para cuestionar el hecho de que “no es frecuente que se nos cuente sus historia”, además de reflexionar que, “como estadounidenses, todos nosotros nos apoyamos sobre sus hombros”.

“Hay otra mujer, cuyo nombre no es conocido, cuya historia no es compartida, otra mujer sobre cuyos hombros me apoyo, y es mi madre, Shyamala Gopalan Harris”, agregó.

La candidata destacó, a continuación, lo que mostró como la fortaleza de carácter de su madre, y la dedicación que puso en la crianza, la mayor parte del tiempo en solitario, de Kamala y su hermana menor, Maya.

“Cuando yo tenía cinco años, mis ladres se separaron, y mi madre nos crió, principalmente, sola”, comenzó a narrar.

“Al igual que tantas madres, trabajaba permanentemente para que eso funcionara: preparando almuerzo antes de que nos despertáramos, y pagando las cuentas después de que nos acostábamos, ayudándonos con las tareas escolares a la mesa de la cocina, y llevándonos a la iglesia para práctica de coro”, continuó relatando, y destacó que su madre “hacía que todo pareciera fácil, pero yo sé que nunca lo fue”.

“Mi madre inculcó, en mi hermana Maya y en mí, los valores que trazaron el curso de nuestras vidas”, aseguró.

“Nos crió para ser orgullosas, fuertes mujeres negras, y nos crió para que conociéramos y sintiéramos orgullo de nuestra herencia india, nos enseñó a poner, primero, a la familia
-la familia en la que uno nace y la familia que uno elige-”, dijo a continuación.

Tras reflexionar respecto al significado personal de la familia, en su caso, Harris aclaró que su madre enseñó, a ambas hermanas, a trascender de sí mismas.

“Aun cuando nos enseñó a mantener a nuestra familia en el centro de nuestro mundo, nos empujó a ver un mundo más allá de nosotras, nos enseñó a ser conscientes y compasivas hacia las luchas de todas las personas, a creer que el servicio público es una causa noble, y que la lucha por la justicia es una responsabilidad compartida”, precisó.

Al referirse a la fórmula presidencial demócrata para los comicios generales estadounidenses del 3 de noviembre -encabezada por el ex vicepresidente (2009-2013, 2013-2017) y actual senador Joe Biden-, presentó un esbozo de la presente crisis social, económica y sanitaria que enfrenta Estados Unidos, y fue crítica del actual presidente, Donald Trump.

En ese sentido, expresó que, al asumir la candidatura, lo hizo, entre otros compromisos, con el de una visión de país transmitida por generaciones de estadounidenses -y que, aseguró, Biden comparte-.

“Una visión de nuestro país como una comunidad amada, en la cual todos somos bienvenidos, sin importar nuestro aspecto, de dónde venimos, o a quién amamos”, planteó.

“Un país donde podemos no estar de acuerdo en cada detalle, pero estamos unidos por la creencia fundamental de que cada ser humano es de infinito valor, merecedor de compasión, dignidad, y respeto”, agregó.

“Un país donde nos cuidamos mutuamente, donde nos levantamos y caemos como uno solo, donde enfrentamos nuestros retos, y celebramos nuestros triunfos”, sigue expresando.

Pero la situación del país no es, actualmente, esa, por causa de Trump, denunció la senadora -quien ha sido insultada públicamente por el misógino y racista mandatario-, y subrayó que la situación requiere cambio.

“Hoy, ese país se siente distante”, aseguró, para señalar que “el fracaso de liderazgo de Donald Trump ha costado vidas y medios de vida”.

Harris aludió así, esencialmente, al criticado manejo omiso que Trump ha dado a la pandemia, habiendo perdido valioso tiempo inicial descartándola -en su habitual negacionismo anticientífico-, en las primeras semanas, como “una gripe” que pasaría rápidamente.

Igualmente aludió a la escasa importancia asignada por el gobierno de Trump al golpe económico que la pandemia ha infligido, por ejemplo, en micro, pequeñas y medianas empresas -en alto número, emprendimientos familiares-.

El mandatario ha llegado, en su permanente estado de desinformación sobre temas clave, a irresponsablemente recomendar el uso preventivo de algún medicamento, no obstante el hecho de que la comunidad científica lo considera nocivo y recomienda, precisamente, no insumirlo.

“Somos una nación que está de luto (…) por la pérdida de vida, la pérdida de empleos, la pérdida de oportunidades, y -seamos honestos-, (el virus) no es un agresor igualitario de oportunidades: las personas negras, latinas, e indígenas están sufriendo y muriendo desproporcionadamente”, advirtió.

La candidata puntualizó que tal contexto obedece al racismo y a la inequidad de género, a la represión policial discriminatoria, y a la desigualdad imperante en el sistema judicial estadounidense.

“Esto no es una coincidencia: es el efecto del racismo estructural, de inequidades en educación y tecnología, asistencia médica y vivienda, seguridad laboral y transporte, la injusticia en la asistencia médica reproductiva y materna, en el uso excesivo de fuerza por parte de la policía, y en nuestro más amplio sistema de justicia”, precisó.

“Este virus no tiene ojos, pero sabe, exactamente, cómo nos vemos unos a otros, y cómo nos tratamos unos a otros”, reflexionó, como advertencia, para agregar: “no hay vacuna contra el racismo”.

Al mencionar personas negras asesinadas más recientemente por efectivos policiales -específicamente George Floyd y Breonna Taylor –, aseguró que, “por las vidas de muchos otros a nombrar”, y “por nuestros niños”, además de “todos nosotros”, y que “tenemos que hacer el trabajo”.

Se trata de la tarea de “cumplir esa promesa de justicia igual bajo la ley, porque ninguno de nosotros será libre hasta que todos seamos libres”, subrayó, para, a continuación, advertir que “estamos en un unto de inflexión”.

En opinión de Harris, por ello es necesario corregir la dramática situación nacional, lo que será posible si se cambia de presidente.

“El caos constante nos deja a la deriva, la incompetencia nos hace sentir temerosos, la insensibilidad nos hace sentir solos”, planteó, al enumerar algunas características de Trump, resumiendo: “es mucho”.

“Y esta es la cosa: podemos hacer algo mejor, y merecemos tanto mejor”, razón por la cual “tenemos que elegir a un residente que nos traiga algo diferente, algo mejor, y que haga el trabajo importante, un presidente quien nos una a todos -negros, blancos, latinos, asiáticos, indígenas- para lograr el futuro que, colectivamente, queremos”, planteó.

“Tenemos que elegir a Joe Biden”, agregó, porque, “en esta elección, tenemos la oportunidad de cambiar el curso de la historia”.