La jueza Ketanji Brown es la primera afroestadounidense candidata a incorporarse a la Corte Suprema de Estados Unidos (Supreme Court of the United States, Scotus).

La jurista -quien, desde 2013, se ha desempeñado como jueza federal en Washington-, fue postulada, el 23 de febrero, por el presidente Joe Biden, para reemplazar al magistrado Stephen Breyer, de 83 años -integrante de la minoría de tres liberales frente a seis conservadores-, quien tiene previsto jubilarse a mediados de este año.

Biden está, así, dando cumplimiento a una promesa de campaña electoral.

Durante un debate por la candidatura del entonces opositor Partido Demócrata, Biden se comprometió promover la candidatura de una mujer negra, si, durante su mandato, se generaba alguna vacante en la en el principal tribunal de Estados Unidos.

La nominación de Brown debe pasar al Comité del Senado sobre lo Judicial, organismo que bene analizar la postulación, además de llevar a cabo audiencias de confirmación.

Si es aprobada en esa instancia, la candidatura pasa a votación definitiva en el plenario de la cámara alta legislativa.

Durante la presentación de Brown, en la Casa Blanca, el presidente destacó aspectos profesionales y personales de la aspirante a magistrada.

La jurista es “constructora de consenso, comprobada”, expresó Biden.

Además de que “se esfuerza por ser justa, por hacerlo bien, por hacer justicia”, la candidata es poseedora de “una comprensión pragmática de que la ley debe funcionar para el pueblo estadounidense”.

Brown demostró, precisamente esto, cuando el entonces derechista presidente Donald Trump (2017-2021), en una de sus características acciones autoritarias, trató de impedir que uno de sus asesores fuese citado a declarar, a una comisión parlamentaria.

“La principal enseñanza de 250 años de historia estadounidense es que los presidentes no son reyes”, fueron las palabras escritas con las cuales la jueza ubicó en la realidad al arbitrario y misógino gobernante.

Si bien, de concretarse, no alteraría la correlación de fuerzas de mayoría conservadora
-seis a tres-, Brown se convertiría en la segunda persona afroestadounidense actualmente en la Scotus, conjuntamente con el conservador magistrado Clarence Thomas, y la tercera después de Thurgood Marshall (1967-1991) -quien, al igual que, ahora, Breyer, se jubiló-.

Durante los 180 años que siguieron a la creación de la corte, en 1789, los magistrados fueron, casi invariablemente, hombres blancos, protestantes, anglodescendientes o de genealogía europea noroccidental.

Por otra parte, la confirmación de la nominación de Brown elevaría a cuatro el total de mujeres en el tribunal superior estadounidense.

Las actuales son Amy Coney Barrett, Elena Kagan, Sonia Sotomayor -la tercera, de ascendencia puertorriqueña-.