La primera magistrada afrodescendiente y la cuarta mujer de nueve miembros, en el máximo tribunal judicial de ese país, al ser juramentada, se comprometió a desempeñar su cargo con imparcialidad
Al ser juramentada como integrante de la Corte Suprema de Estados Unidos (United States Supreme Court, Scotus), aseguró, asimismo, que, en el ejercicio de la magistratura, tendrá presente, constantemente, el deber de promover el Estado de Derecho.
Además de ser protagonista de un hecho sin precedente en el sistema de justicia del país norteamericano, Brown trajo un considerable balance de género, al tribunal, ya que elevó a cuatro el número de mujeres integrantes de ese foro -frente a cinco hombres-.
“Con emoción, acepto la solemne responsabilidad de apoyar y defender la Constitución de Estados Unidos, y de administrar justicia sin temor ni favoritismo, con la ayuda de Dios”, aseguró la nueva alta jueza, en una declaración que leyó durante la ceremonia que se llevó a cabo el 30 de junio, en la sede de la Scotus, en Washington.
En alusión al magistrado Stephen Breyer -a quien reemplaza, y quien le tomó el juramento-, expresó que, “teniendo en cuenta su ejemplar servicio, con el apoyo de mi familia y amigos, y consciente del deber de promover el Estado de Derecho, estoy bien posicionada para servir al pueblo estadounidense”.
“El magistrado Breyer ha sido un amigo personal y mi mentor durante las pasadas dos décadas, además de ser parte del acto oficial de hoy”, agregó, respecto al juez ahora en retiro.
Habiendo juramentado a su sucesora, Breyer -quien cumplió, así, su último acto como integrante del tribunal- se refirió a la trayectoria de la nueva magistrada.
“Su trabajo intenso, su integridad, y su inteligencia la hicieron merecedora de un lugar en esta corte”, dijo.
“Ketanji interpretará, con sabiduría y con justicia, la ley, ayudando a que esa ley trabaje mejor para el pueblo estadounidense, al que sirve”, aseguró, a manera de vaticinio.
De modo que los magistrados “ganan una colega quien es empática, considerada, y compañera”, reflexionó.
Por su parte, el presidente de la corte, John Roberts, dio la bienvenida, a la nueva integrante del tribunal, “en nombre de todos los miembros de la corte”.
La incorporación de Brown ocurre en un momento de agitación política, a causa de polémicas acciones que la mayoría conservadora del tribunal está empezando a llevar a cabo.
En la de mayor impacto -hasta ahora-, en una votación dividida 6-3, ese bloque logró, el 24 de junio, la anulación del fallo mediante el cual, en 1973, la mayoría progresista de entonces -7 a 2- determinó que el derecho al aborto es, en Estados Unidos, una garantía constitucional.
Durante la presentación de Brown, en febrero, en la Casa Blanca, como nominada para incorporarse a la Scotus, el presidente destacó aspectos profesionales y personales de la jurista.
Se trata de una “constructora de consenso, comprobada”, expresó Biden, quien aseguró que, además, “se esfuerza por ser justa, por hacerlo bien, por hacer justicia”, y que se caracteriza por ser poseedora de “una comprensión pragmática de que la ley debe funcionar para el pueblo estadounidense”.
Brown demostró, precisamente esto, cuando Trump, en una de las acciones autoritarias que caracterizaron su presidencia, trató de impedir que uno de sus asesores fuese citado, por una comisión parlamentaria, a declarar.
“La principal enseñanza de 250 años de historia estadounidense es que los presidentes no son reyes”, fueron las palabras escritas con las cuales la jueza ubicó en la realidad al autócrata.
Aunque no alterará -al menos, de momento-, la correlación de fuerzas, Brown se convirtió en la segunda persona afroestadounidense actualmente en la Scotus -conjuntamente con el conservador Thomas-, y la tercera después de Thurgood Marshall (1967-1991) -quien se jubiló, al igual que, ahora, Breyer-.
Durante los 180 años que siguieron a la creación de la corte, en 1789, los magistrados han sido, casi invariablemente, hombres blancos, protestantes, anglodescendientes o de genealogía europea noroccidental.