El exceso de sal, azúcar, carne procesada y consumo insuficiente de cereales enteros, vegetales y frutas, puede llevarnos a la muerte
Lastimosamente en nuestra sociedad una de cada cinco muertes en el mundo, unos 11 millones, está relacionada con la mala alimentación o nutrición según datos del 2017. La causa: exceso de sal, azúcar o carne procesada y consumo insuficiente de cereales enteros, vegetales y frutas, según un estudio científico publicado en la revista The Lancet el 3 de Abril de 2019.
Precisamente para alertar acerca de la necesidad de mantener una buena nutrición la Organización Mundial de la Salud, OMS, celebra desde el 2022, el Día Mundial de la Nutrición el 28 de mayo, esperando generar conciencia acerca de la importancia de alimentarse adecuadamente para nutrir el cuerpo y tener buena salud.
De acuerdo a este organismo internacional, la nutrición es “la ingesta de alimentos en relación con las necesidades dietéticas del organismo”. Una buena nutrición (una dieta suficiente y equilibrada combinada con el ejercicio físico regular), es un elemento fundamental de la buena salud. Por otra parte, una mala nutrición puede reducir la inmunidad del individuo, aumentar su vulnerabilidad a enfermedades, alterar el desarrollo físico y mental, y reducir la productividad laboral.
Pero continuamos con conductas, comportamientos y actitudes en la vida cotidiana, que afectan la alimentación al punto de incidir en la muerte de 11 millones de personas en el mundo.
El informe publicado en 2019 afirmaba que casi todas estas muertes, atribuidas a la alimentación, fueron causadas por enfermedades cardiovasculares, y el resto por cáncer y diabetes tipo 2, a menudo asociadas con la obesidad y estilos de vida (dieta sedentaria y desequilibrada).
Podemos imaginarnos que sucedería si la mayoría de la población realizará ejercicio físico, supiera como gestionar el estrés, no fumará ni bebiera (alcohol en exceso) y tuviera unos hábitos alimentarios adecuados. Posiblemente seríamos una sociedad más longeva, y no solo eso, sino más longeva con una calidad de vida como es debido.
Lamentablemente hoy en día es la primera generación que vivirá peor que sus padres. O hacemos cambios o bien estamos destinados a vivir en dependencia a los fármacos.
Foto: Maksim Goncharenok