La decisión de agrandamiento de senos, o de cualquier otra cirugía plástica, debe tomarse en estricta comunión con una misma
Desde finales del siglo anterior, el tamaño de los senos y la decisión de optar por una cirugía de agrandamiento mamario pasó de ser un asunto íntimo y personal a convertirse en un tópico en el que opinan, intervienen y hasta presionan otras personas.
La tendencia en moda de senos grandes que vemos en estrellas del cine e influencer, han incidido en la preferencia por la mamoplastia, que es la cirugía que se realiza para aumentar el tamaño de los senos, colocando implantes mamarios debajo del tejido mamario o los músculos del tórax.
La decisión del aumento de senos muchas veces proviene del deseo de gustarle más a los hombres o de ser más atractiva para la pareja, y no por satisfacción propia de sentirse mejor con su anatomía.
Resulta fácil de comprender que tomar decisiones que son estrictamente personales basados en criterios de terceros, suele generar problemas con el tiempo, sobre todo cuando el círculo de amistades cambia, o se rompe el vínculo de pareja, como suele suceder en nuestra cultura donde abundan las relaciones efímeras.
Además, según la Clínica Mayo, algunos pacientes que recibieron implantes de seno han reportado una variedad de síntomas sistémicos como dolor en las articulaciones, dolores musculares, confusión, fatiga crónica, enfermedades autoinmunes y otros. El riesgo individual de las pacientes de desarrollar estos síntomas no ha sido bien establecido
Por eso, las decisiones que tienen que ver con la salud deben tomarse en estricta comunión con una misma. Se puede tomar en cuenta juicios y opiniones de personas, pero recordando que ante todo es una decisión íntima, donde deben prevalecer los criterios personales y donde nunca debe imponerse el deseo de complacer o congraciarse con otros.
Nota: Vidal Balielo Jr.