Los uniformes y otros componentes del equipamiento militar que usan las tropas femeninas ucranianas son diseñados solamente para hombres
El ejército de Ucrania -enfrentado, hace casi un año, a su contraparte rusa- está constituido por algo más de doscientos mil efectivos, de los cuales alrededor de cuarenta mil son mujeres, con unas cinco mil de ellas movilizadas en los frentes de batalla.
La incorporación femenina a las Fuerzas Armadas de Ucrania es posible desde junio de 2016, cuando la Orden Número 292 del Ministerio de Defensa del oriental país europeo autorizó el servicio de mujeres como integrantes de unidades de combate.
La guerra Ucrania-Rusia estalló el 24 de febrero de 2022, cuando fuerzas rusas cruzaron la binacional frontera terrestre de 1944 kilómetros, invadiendo el territorio ucraniano y dando inicio al enfrentamiento bélico aun en desarrollo.
Desde el inicio del conflicto, las mujeres de la nación agredida han constituido un componente destacado en la defensa armada -además de un número considerable desempeñándose en el también estratégico sector paramédico-.
No obstante, las proporciones como consecuencia del machismo intrínseco al militarismo universal, los uniformes y otros componentes del equipamiento militar que usan las tropas femeninas ucranianas son diseñados solamente para hombres.
Al informar sobre este aspecto de las Fuerzas Armadas de Ucrania en el marco de la guerra on Rusia, la estatal Corporación de Radio y Televisión Española (Rtve) indicó que una diseñadora de moda ucraniana, identificada como Suvorkina, decidió aportar a resolver esa específica manifestación de desigualdad de género.
Según la versión periodística, “cuando empezó la guerra buscó la manera de ayudar” respecto a “los problemas de las mujeres soldados con los uniformes militares”.
Citada en la nota informativa que Rtve difundió el 4 de febrero, Suvorkina dijo que “estaban pensados sólo para los hombres, y eran demasiado grandes y pesados, lo que dificultaba sus movimientos en el frente o en las labores humanitarias, poniendo en riesgo su vida”.
Por lo tanto, “ahora, diseño patrones de diseños militares, para ellas”, precisó.
La modista, dijo que, en colaboración con una oenegé de mujeres veteranas militares, lleva a cabo este nuevo aspecto de su profesión.
Se trata de una asociación que “trabaja por los derechos de las mujeres, en el ejército, mucho antes de la guerra” actual, indicó.
Según lo informado por Rtve, citando a algunas trabajadoras de la agrupación, “en la asociación se juntan varias generaciones”.
En ese contexto, “las más veteranas elaboran redes de camuflaje para el frente: blancas para mimetizarse con la nieve y verdes para diluirse entre la vegetación”, señaló.
Simultáneamente, “las más jóvenes han hecho sudaderas (camisetas) con (imágenes de) balas reales y (estampado de) frases de los soldados en el frente”, agregó, a continuación.
El medio de comunicación español informó, asimismo, que, “con ello, buscan recaudar dinero para conseguir materiales más específicos que faciliten su tarea (de las combatientes) en el campo de batalla”.
En cuanto a la versión femenina de los uniformes, la diseñadora explicó que “trabajo la estructura: hombros más estrechos y cintura marcada”, además de puntualizar que “necesitan, también, un cuello distinto”.
Suvorkina reveló, al respecto, que, “por supuesto, he buscado materiales más ligeros”.
Señaló, por otra parte, que, “los que más escasean son chalecos antibalas más ligeros, para las mujeres, así como kits médicos específicos, productos de higiene femenina, o, incluso, medicamentos para el dolor menstrual”.
En similar nota informativa que difundió el 5 de noviembre de 2022 -poco más de ocho meses después de estallada la guerra-, y que tituló “Las necesidades de las mujeres ucranianas en el frente: ‘No teníamos uniformes para nosotras’”, Rtve informó sobre esas dificultades derivadas de la desigualdad de género en el sector militar ucraniano.
Citada entonces por el medio de comunicación, Emerald Evgeniya, francotiradora del ejército -cuyo nombre de combate es Juana de Arco, y lo luce en su uniforme- dijo que, si bien participo en combate, desde el inicio del enfrentamiento armado, debió abandonar la actividad a causa de estar embarazada.
Rtve informó que, resultado de ello, y como parte de su sostenido aporte a la defensa nacional, creó, junto a una compañera de armas identificada como Senya -a quien conoció en la red social Instagram-, una oenegé para ayudar a equipar a sus colegas mujeres combatientes.
Senya subrayó que “tienen necesidades diferentes a las de los hombres”.
“Cuando todo empezó, les dieron uniformes a los hombres”, comenzó a relatar.
Pero “las mujeres no teníamos uniformes para nosotras, y me dieron uno de hombre, que era tres tallas más grandes que la mía”, siguió narrando, a manera de denuncia.
“Para mí, era muy difícil combatir así”, explicó, de inmediato.
En ese sentido, Rtve destacó que, “además de no contar con uniformes adaptado a su talla y estatura, también se dieron cuenta de que tenían problemas con los chalecos antibalas y que escaseaban lo productos como los de higiene femenina e incluso medicamentos como pastillas para el dolor menstrual”.
Senya reflexionó en el sentido de que “mujeres y hombres son completamente diferentes”, y que “las mujeres tienen su propia fisiología y anatomía”.
A manera de ejemplo, puntualizó que “los uniformes de hombre no sirven para las mujeres, porque tenemos caderas más anchas, cinturas más estrechas, y las placas de los chalecos deben ser más ligeras porque las espaldas de las mujeres no son tan fuertes”.
Según el medio de comunicación, “ambas están de acuerdo en que mujeres y hombres tienen el mismo valor y son iguales en el frente”, razón por la cual, las combatientes, “como todos, necesitan contar con un equipamiento adecuado”.
En el contexto de esa guerra -como históricamente ocurre en cualquier conflicto armado-, la situación es crítica para población femenina, que es víctima de una ola de violencia y mayor inseguridad.
La agresión de género -particularmente cruel en escenarios bélicos- es un fenómeno que, mundialmente, afecta a mujeres y a niñas, pero en el contexto de la guerra en Ucrania, la situación es específicamente crítica para población femenina -lo mismo adultas que menores de edad-.
Los casos de violencia machista enmarcados en el ámbito de combate -que, entre otros brutales componentes, incluyen diversas formas de tortura sexual-, se suman a la enraizada violencia contra mujeres y niñas, contexto en el cual, para atender -con miras a corregir- tal situación, es necesario restaurar el sistema de justicia.
Al analizar el dramático cuadro de situación que presenta Ucrania, la abogada local Hrystyna Kit planteó, Noticias ONU -la agencia informativa de Naciones Unidas-, que el combate esta manifestación de machismo agresor se dificulta, en este caso, por el caos que la confrontación armada está causando.
La crítica situación generada por la guerra, obliga, en particular a las mujeres, a esforzarse, cotidianamente, por sobrevivir junto con sus hijos, aseguró Kit, en declaraciones que el medio de comunicación internacional reprodujo el 6 de diciembre de 2022.
“Tras la invasión de Rusia (a Ucrania), se ha desatado una ola de violencia de género, especialmente de carácter sexual, contra las mujeres”, indicó Noticias ONU, en la nota informativa que, publicada en esa fecha, tituló “Luchar contra la violencia sexual en la guerra de Ucrania”.
Y agregó que “la invasión de Rusia en Ucrania se ha descrito como una crisis para las mujeres y las niñas, con el aumento de los casos de violencia sexual relacionados con los conflictos”.