Para superar los escollos derivados del género, se ha concentrado con convicción para alcanzar metas, en la fuerza que emana de lo correcto y conveniente para su país, haciendo valer sus puntos de vista.

Desde el año 2016 Guiselle Mejía Chavarría, economista y especialista en comunicaciones, ocupa el cargo de directora del Sistema de Emergencias 9-1-1, cuya principal responsabilidad es velar por el funcionamiento y la administración eficiente del Sistema y  salvaguardar el nivel de especialización y capacitación del personal.  

“En palabras menos técnicas, yo diría que como directora del 9-1-1 me corresponde ser la líder (¡o pretendo serlo cada día!) de personas que ayudan a personas en momentos de alta vulnerabilidad, en los que la integridad física y los bienes de las personas están en riesgo!”, explica Mejía Chavarría.

Entre todos los retos profesionales que enfrentó la Directora  al ocupar este cargo, se encontraba uno prioritario, la estabilización económica del Sistema, un desafío que bajo su gestión superó, al lograr que la utilidad del periodo 2015 pasara de menos de ₡811 millones a ₡780 millones, al cierre del 2019.

En sus cuatro años de liderazgo en esta institución es palpable la mejora al sistema de control interno, la introducción de una cultura de rendición de cuentas y alto rendimiento, significativas mejoras tecnológicas que soportan la entrega del servicio 9-1-1 y la exitosa resolución de procedimientos de resolución contractuales a favor de la institución.

Actualmente Mejía Chavarría tiene en su agenda varios proyectos a desarrollar. A corto plazo se encuentra el APP9-1-1 CR, que es un medio adicional para que las personas puedan solicitar la ayuda mediante mensajes de texto. A largo plazo trabaja en el Proyecto de Transformación Digital del Sistema de Emergencias 9-1-1 que ya inició, pero requiere más recursos y tiempo para madurar.

“Esta APP permite esa alerta silenciosa que muchas víctimas de violencia, en especial niños y mujeres sufren, y que de otra manera no podrían solicitar y un aspecto muy importante es que nos brinda la oportunidad de servir de mejor forma a la comunidad de personas con discapacidad auditiva” afirma la Directora.

Ser mujer líder

Al ser la primera mujer en ocupar el más alto mando en el 9-1-1, además de vivir en una sociedad en donde la representación femenina en cargos de presidencia, dirección ejecutiva y gerencia general, es menos de un 10%, Guiselle Mejía Chavarría confirma a Revista Petra que  no ha estado exenta de la discriminación de género. 

“La vida entera de una mujer, por lo menos de mi generación, ha estado llena de escollos, nos ha resultado muy difícil no solo llegar a la cima por llamarlo de alguna forma, sino sostenernos, porque a cada momento se nos exige demostrar que somos las personas correctas para ocupar los puestos que nos han confiado, sin importar el exitoso resultado que gracias a Dios se ha obtenido en cada paso de mi vida profesional”, comenta la líder institucional.

Mejía Chavarría explica que para superar los escollos derivados del género, se ha concentrado  con fuerza y convicción para alcanzar metas, en la fuerza que emana de lo correcto y conveniente para su país, haciendo valer sus puntos de vista.

Aconseja a las mujeres líderes de organizaciones que se preparen lo mejor que puedan en sus habilidades blandas, y no solo en las técnicas, y que en cada momento, en cada oportunidad por mínima que sea, abran espacios y puertas a mujeres que no han tenido las mismas oportunidades o fuerzas.

Como la acción vale más que miles de palabras, un ejemplo fehaciente de sororidad en su liderazgo es que en el 2016, solo había 12 supervisores varones, hoy ha crecido, y hay 6 mujeres en la supervisión del Centro de Operaciones 9-1-1.

Al concluir la entrevista, Mejía Chavarría, comparte con las lectoras de Revista Petra, un fragmento del libro A La Sombra de Einstein, Narración de Marie Bennedict, sobre los pensamientos de Mileva Maric,  esposa del científico,  al entrar en su primera clase de físico matemática, en el Instituto Politécnico de Zurich.

 “…Gire el pomo y la puerta se abrió de par en par, seis rostros me miraron, cinco estudiantes en traje oscuro y un profesor con toga negra.  Detecté sorpresa y desdén en sus caras pálidas, nada, ni siquiera los rumores había preparado a estos hombres para ver a una mujer en sus filas… casi se veían tontos con los ojos saltones y las mandíbulas desencajadas, pero yo sabía lo suficiente como para atreverme a reír…

“Este libro y esa lección me la enseñó recientemente la Sra. Gloria Valerín en una entrevista que le hice con propósitos académicos.  Debo confesarme… no he podido leerlo completamente, pero de esa narración solo cambiaría el lugar y diría, siete rostros me miraron, todos hombres en traje oscuro ¡Lo demás podría dejarlo intacto!!  ¡Así me he sentido en dos ocasiones como mínimo. Aun puedo recordarlo y reírme!, concluyó Guiselle Mejía Chavarría.