
La abogada costarricense Ángela Acuña Braun (1888-1983), la primera jurista de Centroamérica, fue una inclaudicable feminista quien participó activamente en las luchas de su tiempo a favor de la equidad de género –incluido el sufragismo–.
Nacida en la conservadora ciudad de Cartago, y cumplidos, en Costa Rica, sus estudios de enseñanza primaria y secundaria, Ángela se trasladó, en 1906, a Europa –habiendo residido en Bélgica, Francia, e Inglaterra – , donde continuó estudiando, al tiempo que tuvo contacto directo con el movimiento sufragista continental.
De regreso en el país centroamericano, en 1912, su intención de ampliar sus estudios se vio inicialmente obstruida por la negativa que recibió su solicitud de ingreso a la universidad escollo que superó cuando logró que se le permitiera ingresar a la Escuela de Derecho, donde obtuvo, con honores, el título de abogada –el primero entregado a una centroamericana-.
Mientras estudiaba, fundó la revista El Fígaro y el periódico Mujer y Hoy, ambos constituidos en los primeros medios de periodismo feminista en Costa Rica.
Las dos publicaciones se constituyeron en instrumentos de su activismo en la promoción de la igualdad derechos y oportunidades para las mujeres, labor que fue clave en lograr, en 1916, una reforma a la Ley Orgánica de los Tribunales que permitió, para las mujeres, el ejercicio del notariado.
Tres años después, fue nuevamente pionera, cuando se convirtió en la primera mujer que ingresó a trabajar en el Ministerio de Educación.
Todavía era el tiempo de la dictadura costarricense (1911-1919) del general Federico Tinoco, y Ángela organizó una huelga magisterial opositora, en la que participaron varias docentes quienes, en ese contexto, se incorporaron al movimiento sufragista.
Ese año, tras la caída de Tinoco, el movimiento sufrió una derrota, cuando el Congreso rechazó una propuesta que apuntaba a permitir que las costarricenses por nacimiento o naturalizadas, de por lo menos 20 años de edad, votasen y se postulasen como candidatas en elecciones municipales.
El éxito de la lucha sufragista costarricense llegaría en 1950, cuando las mujeres lograron el derecho a votar.
Entretanto, en 1921, Ángela se dirigió, por razones de salud, a Estados Unidos, donde participó, en 1922, en la nororiental ciudad de Baltimore, en la convención de la National League of Women Voters (Liga Nacional de Mujeres Votantes), y, en la también nororiental ciudad de Nueva York, fue parte de la Pan-American Conference of Women (Conferencia Panamericana de Mujeres).
En la segunda actividad, fue planteada la necesidad de que las mujeres, a nivel continental, se organizaran, lo que derivó en la constitución de la Pan American Association for de Advancement of Women (Asociación Panamericana para el Avance de las Mujeres), organización que dio lugar al Pan American International Women’s Committee (Comité Internacional Panamericano de Mujeres) y, más adelante, a la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM), de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
La organización continental –fundada en 1948- fue el entorno en el cual Ángela desarrolló su actividad como diplomática, ya que, tras haber sido la delegada costarricense en la CIM, fue la primera mujer quien se desempeñó como embajadora en la OEA, tras lo cual se convirtió en integrante inaugural de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), entidad establecida en 1959 y en la cual la costarricense se desempeñó hasta 1972.
Su especialidad, en el contexto diplomático continental, fue el derecho internacional humanitario, con enfoque en la protección de las mujeres y los niños.
El activismo feminista de Ángela está reconocido, en Costa Rica, en un premio que el Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu) entrega, anualmente, desde 1983.
Se trata del Premio Nacional por la Igualdad y la Equidad de Género “Ángela Acuña Braun”, que destaca materiales periodísticos, en radio y televisión, lo mismo que trabajos de investigación social, cuyos contenidos promueven la eliminación de estereotipos de género y conceptos sexistas, además de impulsar la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres.
