Las mujeres están igualmente calificadas y motivadas, como los hombres, para apoyar las expectativas de liderazgo.
En pleno siglo XXI, las empresas ya están empezando a reconocer que la mujer tiene las mismas habilidades humanas y profesionales que los hombres, para desempeñarse en cualquier puesto, ya sea en manufactura, mecánica, gastronomía, tecnología o en puestos gerenciales, así las cosas, ya es el momento de que les sean reconocidos los mismos derechos laborales y permitamos abrir más espacios para que más mujeres se atrevan a ir más allá.
Por ejemplo, en mi caso, en el 2008, me uní a un equipo directivo de una empresa de logística, en Estados Unidos. No solo era la única mujer, sino también una de las integrantes más jóvenes del equipo. El reto más importante fue encontrar mi propia voz en un grupo liderado por hombres, aun así, fueron mis logros los que hablaron por sí solos y me ayudaron a cambiar los paradigmas para que el equipo aceptara tener una mujer, con capacidad de opinión y decisión.
Desde mi experiencia, considero que hay dos barreras principales para las mujeres: La primera es cultural y social. Estamos desafiando el orden establecido durante décadas, donde la mujer no tenía un asiento en la mesa gerencial y las decisiones eran tomadas por hombres.
La segunda barrera es cómo nosotros, mujeres y hombres, definimos nuestro papel y equilibramos nuestra vida personal con la profesional. ¿Cómo podemos tener un alto cargo y también «dirigir» a nuestras familias en un mundo donde predominan las expectativas de género tradicionales?
Es importante recordar que el 50% de la población mundial es masculina y la otra femenina. La diversidad nos hace mejores y más fuertes, se requiere coraje y determinación para que las mujeres construyan su camino dentro de la sociedad y dentro de las empresas donde laboran. Por suerte, el panorama empresarial está cambiando gracias a compañías como Cargill, que reconocen los desafíos a los que se enfrentan las mujeres y se centran en impulsar el cambio.
En Cargill Centroamérica, una compañía donde estamos trabajando para lograr el 50/50 de participación, discutimos abiertamente cómo equilibrar el trabajo y el hogar, nos interesamos por desarrollar un trabajo incluyente.
Dentro de los esfuerzos por estimular espacios de género en la compañía, Cargill integra la Coalición de Organizaciones Comprometidas con la Equidad de Género, una iniciativa que integra compañías comprometidas en lograr la paridad de colaboradores al 2030. Actualmente, en la región tenemos una representación femenina de un 25% aproximadamente (en un equipo de más de 10 mil colaboradores).
A lo interno, contamos con una Red de Apoyo, integrada por un grupo de líderes y colaboradores comprometidos a impulsar acciones en Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, para incentivar el desarrollo de las mujeres en la organización. Llevamos a cabo programas de mentoría, en donde más de 60 compañeras, en los 4 países, han sido beneficiadas con esta posibilidad. Además, realizamos charlas y talleres en diferentes temas, por ejemplo, finanzas y autoestima, en donde hemos impactado a más de 800 colaboradoras, en la región.
Estamos convencidos que integrar hombres y mujeres en un mismo centro de trabajo resulta muy productivo, además que esto promueve líneas de aprendizaje mutuo y la sinergia correcta para que los resultados de toda una compañía se alcancen y hasta se superen.
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Mathilde Morgan, Gerente General de Cargill Business Services Costa Rica