La mayoría de las mujeres seleccionadas para formar parte de la experimentación eran pobres y escasamente educadas.
El génesis de la pastilla anticonceptiva se dio en 1951 como producto de una conversación entre el doctor Gregory Goodwin Pincus, investigador en el área de la fertilización, y Margaret Sanger, activista de la anticoncepción, quien fundó la primera clínica de control de natalidad que pasaría a llamarse la Federación de Planificación de la Familia (Planned Parenthood Federation of America).
La investigación para desarrollar el primer anticonceptivo oral se extendió hasta 1955, cuando nace la pastilla Enovid. El primer experimento en humanos con ella se llevó a cabo ese mismo año con mujeres de Massachusetts, mostrando aparente efectividad.
Posteriormente decidieron trasladar los experimentos a Puerto Rico, promovido por la farmacéutica Searle (actual subsidiaria de Pfizer). La elección de este país era conveniente pues desde años atrás se había aplicado una ley para controlar el crecimiento de la población, creando muchas clínicas de “planificación familiar”; esta ley había dado como resultado la esterilización de un gran número de mujeres puertorriqueñas (Operación Manos a la Obra). La mayoría de las mujeres seleccionadas para formar parte de la experimentación eran pobres y escasamente educadas, además que “de manera antiética e inmoral, a las mujeres puertorriqueñas que participaron en estas pruebas no se les informó que eran parte de una prueba clínica o de posibles efectos secundarios de estas píldoras experimentales”. (Colón-Ramos, 2010) Cabe destacar que estos casos no fueron ni los primeros ni los últimos en que se utiliza tierra puertorriqueña para hacer experimentos.
La continuación del proceso de investigación de la pastilla anticonceptiva en puerto Rico se llevó a cabo bajo la supervisión de la doctora Edris Rice-Wray, quien le comunicó al doctor Goodwin que el producto daba 100% de efectividad en prevenir el embarazo, pero que por el otro lado también produjo efectos secundarios en varias mujeres.
“Las puertorriqueñas que se sometieron al estudio sufrieron de múltiples efectos secundarios, tales como náuseas, irritabilidad o problemas para volver a concebir. Una práctica ética cuestionable, sin duda”. (García, s.f.)
Sin embargo eso no detuvo a Goodwin y sus colaboradores, alegando que los resultados obtenidos por los experimentos en Massachusetts fueron exitosos.
“Fue en Puerto Rico donde se notaron efectos negativos de importancia entre las mujeres que participaron en los diferentes experimentos. Ello no fue suficiente para detener la fuerza de la propaganda, que lanzó a la prensa la idea de que la píldora Enovid era un anticonceptivo eficaz y seguro”. (Sánchez, 2010)
En 1957 la “Food and Drug Administration” aprobó la comercialización de la Enovid como un regulador de la menstruación, debido a las polémicas suscitadas; hasta que en 1960 se aprueba como anticonceptivo.
Cabe señalar que la doctora Edris Rice-Wray continuó buscando la manera de fortalecer la efectividad de la píldora, ya que creía en que la misma podría mejorar la vida de muchas mujeres. Enovid fue descontinuada en 1988, desplazada por productos actualmente mucho más eficaces.
A pesar de las prácticas antiéticas del proceso, la pastilla anticonceptiva hoy en día es considerada una revolución de los sistemas de salud, pero tampoco se debe olvidar que el mayor precio de su producción lo pagaron otras.
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Referencias
Colón Ramos, A. (2010). La Píldora Anticonceptiva y Puerto Rico. Ciencia Puerto Rico. Recuperado de: https://www.cienciapr.org/es/external-news/la-pildora-anticonceptiva-y-puerto-rico
García, M. (s.f.). Edris Rice-Wray: la mujer que ayudó a otras a decidir. guddi.com. Recuperado de: https://guddi.com/historia-de-las-pildoras-anticonceptivas/
Sánchez, R. (2010). Medio siglo de la píldora anticonceptiva: todo comenzó en Puerto Rico. Masslive. Recuperado de: http://blog.masslive.com/elpueblolatino/2010/06/medio_siglo_de_la_pldora_antic.html