Los extremos irreales llenos de clichés que presenta la película han molestado a algunas feministas, pero otras apoyan la forma creativa de exponer el machismo, el patriarcado y la deconstrucción de mitos de género
La taquilleramente exitosa película “Barbie”, estrenada en julio -recaudó, apenas en los días iniciales, algo más de 160 millones de dólares solamente en Estados Unidos-, ha generado una irreconciliable polarización de opiniones.
En un bando, la obra de la estadounidense Greta Gerwing, es considerada como portadora de un favorable mensaje feminista -lo mismo para niñas que para mujeres, mientras que en el otro, el extremismo misógino ha llegado a calificarla como propaganda comunista.
En el primer grupo, la biotecnóloga Azucena Martín escribió, el 7 de agosto, en el digital medio de comunicación español Hipertextual -especializado en temas de ciencia, cultura digital, entretenimiento, y tecnología-, sobre lo que definió como la “clara intención feminista” de la obra, respecto a la cual también precisó que “no es una película infantil sobre una muñeca”.
Martín señaló que, habiendo generado “opiniones mayormente positivas”, que “no ha dejado de arrasar en taquilla”, y aunque hay quienes consideran que “hay miles de películas mucho más feministas”, lo cierto es que “en Barbie se exponen los problemas del patriarcado mediante algo similar a una reducción al absurdo”.
En opinión de la articulista, “se muestran los extremos: por un lado, el mundo inicial de Barbie, en el que el poder reside en las mujeres, y por otro, el nuevo modelo impuesto por Ken tras viajar a la vida real”.
“Puede que no serán extremos reales, y eso es lo que ha molestado a algunas feministas, pero también es cierto que es una forma curiosa de exponer el problema, sobre todo a las niñas y adolescentes ´pensando que sólo van a ver la vida de una muñeca”, expresó.
“Algunas personas también han criticado Barbie por ser una película llena de clichés”, siguió planteando, para agregar que, “en mi opinión, este es un problema cuando se cae en el cliché, por accidente”.
“Pero, en el caso de Barbie, los clichés se acumulan, uno detrás de otro, de forma totalmente deliberada y con una intención clara: que las niñas, adolescentes y mujeres que vean la película se sientan identificadas”, explicó.
“Y, con suerte, que algunos hombres también lo hagan”, reflexionó, a continuación.
Martín precisó que “las mujeres estamos empezando a hablar sobre estos temas, en los años recientes”, ya que, “antes, como mucho, los comentábamos entre nosotras, pero no los compartíamos públicamente”.
Y “ese es un problema, ya que, si algo no se cuenta, parece que no existe”, advirtió, para precisar que “Barbie hace una reducción al absurdo, pero todo lo que muestra es real”.
A manera de ejemplo, indicó que, al poner en evidencia diferentes características del machismo, “se describe a la perfección el mansplaining” -expresión que combina las palabras inglesas man (hombre) y explaning (explicación), lo que puede traducirse como “explicación masculina”-.
“Este término se utiliza para describir a los hombres que disfrutan explicando, a las mujeres, cuestiones que ellas entienden a la perfección, incluso si insisten en que no necesitan saberlo”, puntualizó, para agregar que “casi cualquier mujer ha pasado alguna vez por esa situación”.
La evolución de Barbie
Como ejemplo de ello, relató que “la periodista (y escritora estadounidense) Rebecca Solnit, lo cuenta muy bien en su libro Los hombres me explican cosas (Men explain things to me), en el que comienza relatando el día que un hombre trató de explicarle un libro que ella misma había escrito”.
Respecto al progreso igualitario que la muñeca -lanzada en 1959 al mercado, en Estados Unidos- viene presentando, en particular, más recientemente.
“Barbie ha evolucionado mucho desde sus orígenes”, ya que, “inicialmente, mostraba un cuerpo imposible, con el que las niñas se comparaban, llegando a menospreciar el suyo”, escribió.
“Por eso, con el tiempo, se han ido añadiendo Barbies con tallas muy variadas, colores de piel diferentes y todo tipo de ´profesiones”, explicó, además de indicar que, “con esto también se intentaba mostrar que, como ella, una niña puede ser lo que quiera ser: desde veterinaria hasta astronauta”.
La película también deconstruye mitos de género, según lo planteado por Martín, en el extenso artículo de opinión.
Al respecto, destacó que “hay un problema que también se muestra en Barbie: ¿qué hay de malo en no ser excepcional?”.
“Uno de los momentos más reivindicativos de la película es el discurso motivacional de Gloria, la trabajadora de Mattel (la empresa fabricante de la muñeca), que le habla, a Barbie, sobre lo que es ser mujer en el mundo real”, comenzó a señalar, precisando que “le habla sobre la importancia de la perfección”.
En ese sentido, la autora del texto señaló que, “aún en la actualidad, las mujeres intentan ser perfectas para que se las tome en serio en su profesión: perfectas estéticamente para sentirse integradas en los cánones de la sociedad, estudiantes perfectas, madres perfectas, hijas perfectas”.
Martín agregó, a modo de ejemplo, que, socialmente, “a las mujeres se les marca un sendero del que no deben salir”, lo que significa que, por ejemplo, “si un hombre ha tenido muchas parejas, es un don Juan”, pero, “si una mujer se ha salido de la senda y ha tenido varias parejas, es una fresca o una persona inestable que no sabe mantener a un hombre a su lado”.
Además, “si un hombre habla de sexo, es una persona abierta, pero, si una mujer hace lo mismo, es una desesperada”, y, “así, con multitud de cuestiones”, siguió puntualizando.
“Los límites del sendero de los hombres están muy bien difuminados, mientras que los de las mujeres parecen estar hechos con alambre de espino”, denunció.
En tal contexto, “a los hombres se les premia la normalidad, pero a las mujeres se les penaliza, incluso la propia Barbie lo hace, de ahí que en la película intenten resarcirse, hablando de la que sería la Barbie normal”, agregó.
Martín reflexionó que, “por todo esto, en mi opinión, Barbie sí que hace un favor al feminismo”.
“Puede que las niñas y adolescentes que hayan visto la película simplemente se hayan divertido (…) pero, quizás, en su mente se haya sembrado una semilla que germinará cuando les hagan un primer mansplaining, o cuando les pregunten en una entrevista de trabajo si tienen intención de ser madres, quizás cuando un hombre las trate como si fuesen de su propiedad, bajo el falso pretexto del amor”, planteó.
En reflexión de Martín, “si esa semilla germina en el momento adecuado, Barbie habrá cumplido su función. Yo creo que puede hacerlo”.
En términos coincidentes en general, la periodista Noemí López, evaluó la película, a la que atribuyó contenido feminista.
En el artículo de opinión difundido el 27 de julio por el medio de comunicación electrónico español Newtral, López escribió el mensaje que constituye “una de las fortalezas de la narrativa de la película Barbie”, plantea que “si los hombres piensan que eres una tonta, aprovéchate de ello”.
En la obra de Gerwing, las protagonistas “usan la simpleza que les presupone a ellas para distraerles (a los varones), trazar un plan y arrebatarles el poder”, aseguró.
En opinión de la periodista, “la campaña de marketing ha hecho algo parecido, al usar la frivolidad como excusa para engatusar a miles de hombres (…) para que vayan al cine (…) y, una vez están ahí, explicarles cómo funciona el patriarcado, y por qué la masculinidad hegemónica es una cosa muy desagradable”.
“Querido: tú creías que acompañabas a tu novia a una simple fiesta de pijamas, y acabaste en una asamblea feminista”, ironizó, a continuación.
Los políticos hablan de Barbie
Las opiniones misóginas, en diversas expresiones de agresión machista, incluida la descalificación de la película, fueron, también inmediatas.
En declaraciones reproducidas el 25 de agosto, por la cadena estadounidense de televisión informativa Cable News Network (CNN), representantes del pensamiento patriarcal estadounidense, fueron ofensivos en sus expresiones.
El comentarista Ben Shapiro -un ex colaborador del ex presidente estadounidense (2017-2021) Donald Trump- afirmó, en un video, que “esta es una de las peores películas que he visto. A continuación, Shapiro es visto cuando quema una muñeca Barbie a bordo de un automóvil rosado.
En afirmaciones por separado, Ted Cruz, senador republicano por el sureño estado de Texas -un ex agresivo adversario de Trump, pero luego simpatizante del ex mandatario-, no calibró la ridiculez de que estaba afirmando -algo frecuente, en el legislador-, cuando trato de descalificar la película, aseverando: “esto es propaganda comunista china”.
Pero Alexandria Ocasio-Cortez, la representante demócrata de origen puertorriqueño quien se caracteriza por ser tenazmente feminista y defensora de los derechos humanos -particularmente de los trabajadores-, devastó a la misoginia republicana en el Congreso estadunidense.
La legisladora escribió, en redes sociales: “amo, cómo los Congresistas Republicanos están, justo ahora, odiando a Barbie porque es ‘demasiado alerta’…como que, hola: este fue un juguete hecho para niñas quien fue DOCTORA y ASTRONAUTA antes de que las mujeres en Estados Unidos tuviesen autorización para tener tarjetas de crédito sin el permiso de sus esposos. ¡Por supuesto que están furiosos! Quieren que vuelvan lo viejos tiempos”.