El desarrollo tecnológico global constituye un elemento que puede aportar al combate contra la desigualdad de género, o contrariamente, incidir en la ampliación y la profundización de la brecha entre hombres y mujeres

La población femenina es por lo general menospreciada como actor creativo en el área tecnológica, según la directora regional de la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres), la uruguaya María Noel Vaeza.

El desequilibrio trasciende el ámbito de la tecnología, ya que se interrelaciona con inequidades en campos tales como el laboral, el salarial, el social, entre otros, advirtió Vaeza, en un artículo de opinión que, titulado “Revolución digital: una encrucijada para los derechos de mujeres y niñas”, la representación regional de ONU Mujeres difundió, el 9 de marzo, en su sitio en Internet.

“Estamos ante dos caminos opuestos: la revolución digital puede contribuir a generar condiciones para que las mujeres disfruten de plena igualdad política, económica y social, o bien pueden simplemente ampliar las brechas de género preexistentes y generar nuevas desigualdades”, reflexionó.

“Y en este contexto, nosotras, las mujeres, rara vez somos consideradas y empoderadas como creadoras en materia de tecnología”, precisó, a continuación.

“O, dicho de otra forma, la brecha no es solo digital”, pasó a explicar, para agregar que “las disparidades en el acceso al uso y aprendizaje de la tecnología es a la vez expresión y resultado de las brechas laborales, salariales, educativas y sociales que debemos seguir trabajando en superar”.

“No las podemos considerar por separado, sino como diferentes aspectos en el camino a lograr la igualdad de género”, puntualizó.

En ese sentido, citó datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) -organismo de Naciones Unidas con sede en Santiago, la capital chilena-, según los cuales, de los casi 655 millones de habitantes de esta región, alrededor de 244 millones son “personas sin acceso a servicios de internet, la mayoría de ellas mujeres, especialmente en áreas rurales”.

“¿Cómo resolvemos estas disparidades? ¿Cómo garantizamos que el desarrollo de las nuevas tecnologías tome en cuenta a las mujeres y contribuya a reducir los sesgos? ¿Cómo hacemos para que esta revolución sirva para superar la brecha digital, pero también la laboral, la educativa y la social?”, preguntó.

Entre las soluciones propuestas por ONU Mujeres, se trata, en primer lugar, de “integrar a las mujeres en los sectores digitales”, algo que “genera empleo de calidad con múltiples beneficios”, comenzó a responder.

Al respecto, señaló que “las transiciones hacia la sostenibilidad y la digitalización tienen el potencial de crear millones de puestos de trabajo decentes en la región”, por lo que “es importante que la población femenina se beneficie en igualdad con los hombres”.

Igualmente, planteó la necesidad de que la sociedad, como actor que puede aportar en ese sentido, tenga incidencia mediante lo que describió como incentivos financieros estratégicos, un papel que puede desempeñar el sector privado.

También recomendó que “promovamos la planificación e innovación”.

En ese sentido, escribió, en calidad de exhortación, que, “desde América Latina y el Caribe, debemos alzar la voz para promover la participación, el empleo y el liderazgo de las mujeres en la tecnología y la innovación”.

Esto requiere una planificación para anticiparse a las futuras necesidades de empleo y competencias, incluida la reforma de los currículos educativos y la formación en habilidades tecnológicas a lo largo del ciclo de vida.

Foto: Ali Pazani