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La valentía femenina es necesaria para la concientización de la protección de la biodiversidad

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En Indonesia, bajo el proyecto Perempuan Inspuratif Mitra Polhurt (Inspirar a las mujeres para que se asocien con los Guardabosques), un grupo de mujeres alzan la  voz para hacer del planeta un lugar mejor

Las mujeres tienen un papel clave a desempeñar en cuanto a incidir en la conservación ambiental planetaria. Las habitantes en la región Asia-Pacífico son parte de ese componente sensibilizador sobre la globalizada emergencia ecológica.

La valentía femenina es necesaria para que esa necesaria tarea de concientización resulte exitosa.

Al presentar este cuadro de situación, la joven guardabosques indonesia Fadlun Arrayan Bonde -popularmente conocida como Ega-, asegura que las mujeres en su línea de labor, también cumplen, en ese campo de actividad, tareas que ayudan a mejorar la seguridad de Indonesia, el isleño país -consistente en algo más de 17 mil islas- ubicado entre el Sureste Asiático y Oceanía.

En declaraciones reproducidas, el 27 de marzo, por Noticias ONU -la agencia informativa de Naciones Unidas-, Ega aseguró que “las mujeres podemos”.

“Tengo un mensaje para las mujeres jóvenes: sean valientes, no tengan miedo de empezar a trabajar por la conservación”, agregó, a continuación.

“Necesitan motivase, para dar el primer paso, porque el primer paso es muy importante, no da tanto miedo como crees”, aseguró Ega, de 27 años.

La indonesia es una de las 15 integrantes del proyecto Perempuan Inspuratif Mitra Polhurt (), iniciativa impulsada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud).

El grupo de trabajo de Ega se desempeña en el Parque Nacional Bogani Nani Wartabone, ubicado en el sector norte -una de las cuatro penínsulas- de la isla Sulawesi -también conocida como Celebes-, a su vez, la undécima entre las mayores islas a nivel mundial.

Se trata de una de las 50 áreas protegidas a nivel nacional -cubre casi tres mil kilómetros cuadrados-, y uno de los cuatro parques nacionales indonesios declarado Patrimonio de la Humanidad.

Establecido, en 1991, como Parque Nacional Dumoga Bone, adquirió su nombre actual en homenaje a Nani Wartabone, un héroe indonesio de la Segunda Guerra Mundial (1936-1945), integrante de la resistencia contra la ocupación militar japonesa (1942-1945).

“A pesar de que las mujeres desempeñan un papel vital en la gestión de los recursos naturales y se ven desproporcionadamente afectadas por la pérdida de la biodiversidad, a menudo, se les excluye de la toma de decisiones y de las oportunidades de liderazgo”, reflexionó, en calidad de denuncia.

“Por eso, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo puso en práctica una serie de proyectos innovadores en la región de Asia y el Pacífico, para cambiar esta situación”, explicó.

“Desde el bachillerato he participado en movimientos medioambientales, y estudié relaciones internacionales en la universidad para mantener mi mente abierta a lo que ocurre en el mundo”, comenzó a relatar, además de subrayar que, “siempre, quise regresar a mi pueblo natal, después de graduarme”.

“Mi vida cambió en noviembre del 2020, cuando me uní a la iniciativa (del Pnud), la primera de su tipo en Indonesia”, aseguró.

“Recibimos entrenamiento policial básico, educación en comunicación, y capacitación en negocios y emprendimiento”, además de que “fuimos capacitados para entrenar a los habitantes locales para buscar alternativas sostenibles sobre los sustentos de vida, y a trabajar, más de cerca, con autoridades del parque nacional”, continuó explicando.

“Aprendí lo que hacen los guardabosques, y me apasioné, aún más, por su trabajo”, señaló, para plantear que, “ahora, me siento muy orgullosa de servir a la comunidad”.

Al detallar la labor de esta fuerza de tarea ambiental, Ega señaló que “los guardabosques comunitarios ayudan a proteger las especies en peligro”, y precisó que, “en el parque, viven mamíferos, reptiles, y más de 100 especies de aves”.

La guardabosques hizo, así, alusión, al hecho de que Indonesia es considerada como uno de los países con mayor diversidad, a nivel mundial.

“En colaboración con los guardas forestales de los parques nacionales, también desempeñamos un papel en la erradicación de la delincuencia, en el (combate al) comercio ilegal de especies silvestres, y en la lucha contra el mercado ilícito de fauna y flora”, puntualizó.

Ega también expresó que, “compartir el conocimiento sobre la flora y fauna silvestre, con las generaciones más jóvenes, me hace sentir útil”.

Al respecto, aseguró que “lo más principal e importante de mi trabajo es concienciar sobre la conservación, y la importancia de la vida salvaje”.

En ese sentido, y en materia de fauna, explicó que, “si hablamos de los árboles, no nos estamos refiriendo sólo a la hojas sino también a la raíz”.

“Si ellos (las personas sensibilizadas) están bien preparados desde pequeños, llevarán con ellos el conocimiento sobre la conservación y la vida silvestre en el futuro”, señaló.

Asimismo, destacó el esfuerzo de sus colegas, a nivel global.

“Las mujeres guardabosques también trabajan para proteger la tierra, y empoderar a sus comunidades, en China, India, Vietnam, y otros países”.

En lo que tiene que ver con su participación en la labor ambientalista que cumplen los guardabosques, indicó que “trabajo al menos 10 días al mes, pero, en realidad, debido a la naturaleza del trabajo, se necesita invertir más tiempo para cumplir el compromiso con la comunidad”.

“Es muy satisfactorio saber que nuestro esfuerzo puede cambiar la vida de alguien, para mejor”, agregó.

“Como cuando podemos facilitar, a los grupos comunitarios, una certificación que les permita el acceso a mercados sostenibles para sus productos”, precisó, a manera de ejemplo.

“Creo que puedo hacer mucho más por la naturaleza, pero también por mejorar yo -y mi comunidad- para tener mejores oportunidades”, dijo, a continuación.

“Me siento inspirada para hablar acerca de la conservación, y a comprometerme más con mi comunidad, me siento alentada a hablar con las personas”, aseguró.

En ese sentido, planteó que “es chistoso, pero, ahora, para la gente de mi pueblo, no sólo soy Ega sino que piensan en mi como la ‘dama de la conservación’ o la persona a la que hay que contactar cuando se percatan actividades sospechosas de comercio ilegal de las especies silvestres”, y aseguró que “me siento muy orgullosa sobre ello”.

Foto: Tom Fisk

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