Una emprendedora con mucho talento ofrece a sus clientes un concepto consciente y amigable con el ambiente por medio de prendas únicas, duraderas y hechas a mano

Dicen que la crisis saca lo mejor de cada persona, y es que el COVID-19 obligó a mucha gente a reinventarse y redireccionar el rumbo de su vida. Ese fue el caso de Jenssie Chacón Quirós, una licenciada en Enfermería, master trainer fitness y diseñadora de modas que luego de quedar sin empleo por la pandemia decidió darle paso al resurgimiento y la creatividad.

De la mano de esta emprendedora nació el proyecto Lalo Clothing, una tienda de moda sostenible que se basa en la creación de prendas únicas elaboradas a mano en donde esta artista interviene las prendas y les da un toque personalizado. A este concepto se le conoce como el supra reciclaje o upcycling, que es la capacidad de realizar algo nuevo y estéticamente bello desde piezas textiles ya descartadas.

“Le quise poner Lalo Clothing porque esto fue una locura, además recuerdo que a veces algunas personas me vacilaban y me decían “la loca”, y a todas las mujeres en algún momento nos dicen locas, especialmente cuando queremos hacer las cosas diferentes, cuando pensamos diferente, cuando nos vestimos diferente, entonces yo lo que quise fue dignificar a la loca que vive dentro de nosotras mismas”, comentó la diseñadora.

Ella aseguró que un trabajo hecho con las manos es un regalo muy especial, por eso con orgullo confirma que cada pieza tiene mucho de su inspiración. La artista compra prendas que nunca se vendieron en tiendas o adquiere ropa de segunda y las conjuga con retazos de tela, accesorios y otros detalles. Además, pasa las prendas por un proceso de desinfección y selección.

“Lo que hago es darle mayor valor a la prenda original, agregándole un toque personal al diseño y mejorando la calidad del material mediante arreglos, limpieza y complementos que elevan la pieza a otro nivel, considero que es ropa con mucho carácter”, afirmó.

Chacón comentó que le está haciendo la guerra a la moda rápida, esa moda que según la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), es la segunda más contaminante del mundo y responsable del 20% del desperdicio total de agua a nivel global.

“Esto me apasiona mucho, porque paso inspirada todo el día, cada prenda que hago lo hago con mucho cariño. Tenemos como misión crear nuevos productos desde la reutilización de forma creativa, esto es un proceso de transformación, ofrecemos productos con valor artístico y responsablemente sostenible.

Nuestro público va desde los 25 hasta los 65, sin embargo, hace poco recibimos a una clienta de 12 años que ve en estas piezas una forma de expresión personal”, mencionó la emprendedora.
Para esta tenaz mujer es imperante expresarse sólidamente, pero desde una visión fuerte sobre la responsabilidad social y el ambiente. Para ella más que una tienda es un movimiento que demuestra que es posible consumir prendas que pertenezcan a la moda circular.

“Tenemos la capacidad de reinventarnos muchas veces, porque definitivamente la fuerza femenina es una fuerza muy creadora, hacemos las cosas con amor. Afrontamos las cosas porque existe una fuerza ancestral femenina que nos empuja a salir adelante”, concluyó.