Esta semana por sorpresa me encontré en internet la “Guía de la Arpía. Como reconocer Arpías allá donde vayan”. Su escritor advierte en el manifiesto (y copio textualmente) “que no todas las arpías son mujeres, pero que todas las arpías son mujeres”.

Ante este trivial planteamiento pseudo filosófico, conmocionada por la idiotez suprema del atolondrado escritor, caigo en la siniestra tentación de preguntarme ¿Por qué solo a las mujeres nos llaman arpías cuando se quiere describir, definir y resumir en una sola palabra toda la maldad posible de un ser humano?

Intentando buscar la respuesta me dirijo al diccionario, que me remiten a textos de la mitología griega en donde las Harpías o Arpías -que en el griego significa ‘que vuela y saquea’- eran hermosas mujeres con alas, que robaban continuamente la comida a otros.

A lo largo de la historia este ser alegórico fue mutado hasta convertirlo en un monstruo maléfico, con cuerpo de ave de rapiña y afiladas garras que llevaba consigo calamidades e infortunio.

Y así, durante siglos, hasta la actualidad ha sido la palabra “arpía” la que reúne magistralmente los calificativos de maléfica, bruja, insidiosa, pécora, víbora y pérfida.

Esta palabra trascendió las fronteras prosaicas cuando el célebre escritor español Lope de Vega, en su poesía “Es la mujer del hombre”, sostiene que “ella nos da su sangre, ella nos cría; no ha hecho el Cielo cosa más ingrata; es un ángel y a veces una arpía”.

De López de Vega a la era de la informática digital han pasado más de 450 años, y todavía el pensamiento impregnado de prejuicios abate la imagen de la mujer,  aunque distante de las metáforas del insigne poeta madrileño.

La suscitada “Guía de la arpía”, menciona siete características que identifican a las también llamadas “bitch”; Estas son, 1. Mentalidad Enjaulada (piensan continuamente que están oprimidas por los hombres, únicamente porque ella son mujeres), 2. Nunca ayudan, 3. Increíble ego sexual (la mayoría de ellas se creen que son avatares de miss universo). 4. Un ego personal muy grande, 5. Narcisistas, 6. Vanidosas y 7. Insensibilidad.

Finalmente mi búsqueda de ¿por qué a las mujeres nos llaman arpías?, culminó con optimismo y diversión cuando encontré “Las 10 razones por las que una mujer es una “bitch”: 1. Sabe ser independiente, 2. Es inteligente y astuta, 3. Dice lo que opina, sin hipocresía y reprimirse, 4. Disfruta de ella misma y de su tiempo a solas, 5. Sabe que no necesita de alguien más para estar completa, 6. Es la única dueña de su vida, de su imagen y de sus orgasmos, 7. Tiene principios y lucha en base a ellos, 8. Se plantea metas y las alcanza, 9. Sabe que la mujer es más que madre y esposa, 10. Es ella misma.

Con artillería cibernética sofisticada, como misil balístico intercontinental, una fémina contra ataca la “Guía de la Arpía” y responde: “¿Porque convertirse en arpía es la única manera de ser una mujer feliz del siglo XXI?”… porque eso de ser una Martha Stewart, esclava de la cocina, lavandera profesional, amamantadora sin salario, barbie de tiempo completo, y sobre todo una romántica solitaria sin remedio, ya no funciona, no con los hombres actuales.

Así las cosas, apreciadas lectoras, no nos ofendamos cuando alguno susurre -o quizás grite- la palabra ¡arpía! Ciertamente, como dijo López de Vega, “es la mujer, en fin, como sangría, que a veces da salud y a veces mata”.

Favicon

mbatistapetra@gmail.com