
No obstante la creciente incursión femenina en altos cargos de la estructura vaticana, los casos de religiosas quienes son víctimas de actitudes machistas de jerarcas católicos es motivo de cuestionamientos.
Las condiciones en que estas mujeres deben desempeñarse fueron señaladas, en una nota informativa, el 18 de enero, por la agencia argentina de noticias Télam.
En el texto que tituló “Más mujeres en altos cargos de la Curia pero también quejas por las condiciones laborales de religiosas”, el medio sudamericano contrastó ambas situaciones.
“El papa Francisco impulsó desde su arribo en 2013 la participación femenina en altos cargos de la Curia romana, con mujeres (…) que lo acompañan en puestos de responsabilidad, aunque persisten los reclamos por las condiciones laborales que afrontan religiosas como personal doméstico de obispos”, denunció.
“Sin embargo, junto a su mayor presencia también son
visibles las resistencias a cambiar algunos roles establecidos, como la
naturalización de que las religiosas continúen sirviendo como personal
doméstico de los obispos y cardenales que viven en propiedades del Vaticano”,
agregó.
La agencia citó, como una de las fuentes iniciales de la información sobre el tema,
a una publicación vaticana.
“Esta problemática fue especialmente puesta de relieve incluso por «Mujer Iglesia Mundo», revista mensual del Vaticano, que en marzo de 2018 denunció que existen monjas que son tratadas como sirvientas por cardenales y obispos en condiciones de precariedad laboral”, señaló.
“’El trabajo (casi) gratuito de las monjas’, fue el título del artículo publicado en el suplemento mensual del periódico vaticano L’Osservatore Romano, que reflejó los contratiempos que persisten dentro del pequeño Estado para modificar el rol dado a esas mujeres”, agregó.
Al respecto, en una información que difundió en julio del año pasado, la publicación católica en línea Aleteia, con sede en Roma, planteó la posibilidad de que el impulso papal por promover esas designaciones incida favorablemente para dar solución a la denunciada situación.
“Francisco ya ha aclarado que las mujeres no pueden ser ordenadas sacerdotes. Sin embargo, con estos últimos nombramientos, el Vaticano prosigue su labor de integrar el género femenino cada vez más en las estructuras de poder y de decisión”, señaló el medio, cuyo nombre es la palabra griega que significa “revelación” o “verdad”.
“Todo ello ayudará a prevenir la cultura de los abusos igualmente contra las religiosas, denunciada por la Unión Internacional de las Superioras Generales (UISG) al mismo Papa y quien ha admitido este mal y su voluntad de erradicarlo”, agregó.