Actualmente vivimos un momento histórico, en donde necesitamos hacer un cambio de paradigma, ya que en el mundo el 51% de la población es femenina, sin embargo, aún no logramos tener la equidad de oportunidades en cuanto al acceso y participación en la economía.
Desde que nacemos, el cambio es lo único que tenemos seguro en nuestras vidas. Esta es una variable constante y la manera en que vivimos y la forma como nos educan hace que nos cueste aceptarlo. Lo cierto es que el cambio es parte de la vida y depende de nosotros si queremos fluir con él o resistirnos.
Actualmente vivimos un momento histórico, en donde necesitamos hacer un cambio de paradigma, ya que en el mundo el 51% de la población es femenina, sin embargo, aún no logramos tener la equidad de oportunidades en cuanto al acceso y participación en la economía.
Con el establecimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas vienen grandes retos para la humanidad, entre los cuales está lograr un planeta 50-50, con equidad de género para el 2030. No obstante; según el “Reporte Global de la Brecha de Género” del Foro Económico Mundial, al paso que vamos nos tomará 170 años alcanzar este cambio.
¿Qué podríamos hacer para acelerar la transformación que el mundo necesita para hacer posible este objetivo?
Podríamos pensar en varios aspectos a tomar en cuenta:
Comunicar para concientizar
Construir o crear campañas que nos permitan sensibilizar a la sociedad sobre el tema de género utilizando anuncios e imágenes que rompan con los estereotipos y nos permitan comprender mejor lo que se requiere para generar un ambiente más inclusivo. Un ejemplo de estos ha sido Unilever en su campaña #SeeHer que utiliza los medios y la tecnología para visibilizar los diferentes roles que las mujeres y niñas tienen en nuestra sociedad. (https://www.youtube.com/watch?time_continue=31&v=OOcV7Y_b-6Y)
Trabajar con los estereotipos:
A nivel familiar:
Es fundamental empezar con la familia y los roles que los padres asignan a sus hijos e hijas durante la crianza.
En un día típico, las mujeres en América Latina dedican en promedio más del doble de horas al trabajo del hogar que los hombres.
Una encuesta por Harvard Business Review y Bain & Company muestra como el 77% de los hombres todavía piensan que sus parejas deberían de ser las que hacen los sacrificios de carrera. Es necesario fomentar una visión femenina con miras a su desarrollo profesional y con una ejecución de la responsabilidad familiar compartida con su pareja de forma más equitativa.
Del mismo modo es necesario apoyar la construcción de una nueva forma de mirar la masculinidad, que le permita al hombre observarse a sí mismo con libertad para cuestionar, transgredir y romper las concepciones tradicionales sobre el rol masculino. Frases como “los niños no lloran” “tenés que ser fuerte” “sea hombre”, genera cada vez más hombres frustrados e inseguros con carencias afectivas y dificultades para relacionarse.
A nivel personal:
Analizar nuestros propios juicios
Como parte de nuestra condición humana existen los juicios. Los seres humanos debemos de reconocer que el cambio está en nosotros y nuestros juicios influyen gran parte de nuestra realidad social
A nivel laboral:
Trabajar con los equipos:
Para lograr la equidad de género debemos de trabajar a lo interno de las organizaciones transformando la cultura empresarial. Las empresas deben de buscar transformar los estereotipos de género:
- Empezando por las evaluaciones de desempeño para que sean equitativas y que no penalicen aquellas personas que buscan la flexibilidad por razones de responsabilidades domésticas.
- Facilitar redes de cuido, mantener una comunicación abierta y promover el teletrabajo, entre otras iniciativas.
- Cerrar la brecha salarial, y fomentar la paridad de trabajo
Trabajar los estereotipos sobre género para transformar la equidad de géneroparidad en el mundo laboral, solo será posible, si las empresas empiezan a priorizar el tema como objetivo estratégico. Esta sin duda, es una realidad que debe verse y tratarse como un tema transversal en nuestras vidas, ya que solo así lograremos el cambio necesario para alcanzar un mundo 50-50 para el 2030.