Según datos del Ministerio de Salud, 2326 mujeres y 3760 niños han muerto en la Franja de Gaza, lo que supone el 67% de todas las víctimas, mientras que miles más han resultado heridos

La brutal crisis humanitaria que el conflicto bélico en la Franja de Gaza está imponiendo a la población civil palestina, golpea principalmente a las mujeres y a los recién nacidos, lo mismo en cuanto al número víctimas fatales y heridos, lo mismo que por la dramática reducción de acceso a servicios de salud.

En ese contexto, casi doscientas mujeres, en promedio, dan a luz en condiciones de precariedad extrema, a causa del cierre -por destrucción a causa de los constantes bombardeos israelíes, o por falta de insumos básicos- de decenas de hospitales y otros centros de salud.

Al denunciar la crítica situación, cuatro agencias especializadas de Naciones Unidas formularon una exhortación, a los actores de la confrontación armada, a implementar lo que describieron como una pausa humanitaria, para evitar una catástrofe.

Las partes deben cumplir las obligaciones que les impone el Derecho Internacional Humanitario, aseguraron, asimismo, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (United Nations Relief and Works Agency for Palestine Refugees in the Near East, Unrwa), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (United Nations Population Fund, Unfpa), y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

“Las mujeres, los niños, y los recién nacidos de Gaza son los que sufren, de una manera desproporcionada, las consecuencias del aumento de las hostilidades en el territorio palestino ocupado, tanto en calidad de víctimas como en términos de un menor acceso a servicios de salud”, plantearon los cuatro organismos, en la declaración que emitieron el 3 de noviembre.

Las organizaciones internacionales hicieron así alusión a la confrontación bélica que las Fuerzas de Defensa de Israel (Israel Defense Forces, IDF) y el movimiento Harakat al-Muqawama al-Islamiya -transliteración del árabe, que significa Movimiento de Resistencia Islámica- (Hamas) protagonizan desde la mañana del 7 de octubre.

A esa fecha, “según datos del Ministerio de Salud, 2326 mujeres y 3760 niños han muerto en la Franja de Gaza, lo que supone el 67% de todas las víctimas, mientras que miles más han resultado heridos”, siguieron revelando, en el texto conjunto de doce extensos párrafos.

“Esto significa que, cada día, 420 niños, algunos de ellos de solo unos meses de edad, mueren o resultan heridos”, precisaron.

“Los bombardeos, los establecimientos de salud dañados o que no funcionan, los desplazamientos en masa, el colapso de los suministros de agua y electricidad, y el acceso restringido a alimentos y a medicamentos están causando graves perturbaciones en los servicios de salud materna, neonatal e infantil”, aseguraron.

Por otra parte, “se estima que en Gaza hay unas 50 000 mujeres embarazadas, y que todos los días más de 180 dan a luz”, informaron, a continuación, para agregar que “es probable que el 15% de ellas experimenten complicaciones relacionadas con el embarazo o el parto y necesiten atención médica adicional”.

“Estas mujeres no pueden acceder a los servicios obstétricos de emergencia que necesitan para dar a luz de manera segura y cuidar de sus recién nacidos”, puntualizaron.

Ello implica que, “con 14 hospitales y 45 centros de atención primaria de salud cerrados, algunas mujeres tienen que dar a luz en refugios, en sus propios hogares, en las calles entre escombros o en unos establecimientos de salud que están desbordados”, revelaron.

Se trata de lugares “donde el saneamiento es cada vez peor, y el riesgo de infecciones y de complicaciones médicas va en aumento”.

Respecto a los masivos e indiscriminados bombardeos -terrestres, aéreos, y navales- que las IDF están, incesantemente, lanzando contra Gaza, las agencias de Naciones Unidas también denunciaron que “los establecimientos de salud también son objeto de ataques: el 1 de noviembre fue bombardeado el hospital Al Hilo, una maternidad clave”.

La occidental Franja de Gaza -también conocida como Gaza-, y la oriental Cisjordania -también conocida como la Margen Occidental (West Bank)-, constituyen -separadas, ambas, por territorio israelí-, el Estado de Palestina. Cisjordania, que cubre 5,640 kilómetros cuadrados, es el área mayor, mientras Gaza se extiende sobre 365 kilómetros cuadrados.

Pero las respectivas dimensiones territoriales presentan diametralmente inversas realidades poblacionales, ya que la Margen Occidental es habitada por algo menos de 3.2 millones de personas, mientras la población de Gaza llega a casi 2.1 millones.

Esto convierte, a Gaza, en una de las zonas de mayor densidad poblacional, a nivel planetario, y, dado el bloqueo impuesto por Israel, la aislada franja presenta algunos de los más críticos índices socioeconómicos.

Ambas extensiones territoriales están bajo ocupación por parte de las IDF -Gaza, en el contexto de la presente guerra, y Cisjordania, en más de 90 por ciento-.

Como parte del dramático cuadro de situación que registra Gaza, es altamente probable que, en esa zona, “las muertes maternas aumenten, dada la falta de acceso a una atención adecuada”, pronosticaron, además, en modo de advertencia, las entidades especializadas de la organización mundial.

Sumado a todo lo anterior, “el costo psicológico de las hostilidades también tiene consecuencias directas, y en ocasiones mortales, en la salud reproductiva”, aseguraron, para, de inmediato, plantear que, en ese factor, está “incluido un aumento de los abortos espontáneos inducidos por el estrés, las muertes prenatales, y los nacimientos prematuros”.

“Antes de la escalada, la malnutrición ya era elevada entre las mujeres embarazadas, lo que tenía repercusiones en la supervivencia y el desarrollo infantiles”, revelaron.

Sin embargo, “conforme empeora el acceso a los alimentos y al agua, las madres luchan por dar de comer a sus familias y cuidar de ellas, lo que aumenta el riesgo de malnutrición, enfermedades y muerte”, señalaron.

Respecto a la situación en la que se encuentra el segmento poblacional de los neonatos, aseguraron que “la vida de los recién nacidos también pende de un hilo”, lo que incluye a “unos 130 bebés prematuros que dependen de los servicios neonatales y de cuidados intensivos”.

Al citar datos de la agencia para los refugiados palestinos, informaron que “más de la mitad de la población de Gaza se refugia actualmente en instalaciones del UNRWA en unas condiciones terribles, con unos suministros insuficientes de agua y de alimentos”.

Eso “causa hambre y malnutrición, deshidratación y la propagación de enfermedades transmitidas por el agua”, explicaron, para agregar, a continuación, que, “según las evaluaciones iniciales del UNRWA, 4600 mujeres embarazadas desplazadas y alrededor de 380 recién nacidos que viven en esas instalaciones requieren atención médica”.

“Ya se han notificado más de 22 500 casos de infecciones respiratorias agudas y 12 000 casos de diarrea, lo que resulta especialmente preocupante dadas las elevadas tasas de malnutrición”, precisaron, asimismo.

Ante la marcada perspectivas de intensificación del choque bélico, “se necesita una pausa humanitaria inmediata, para aliviar el sufrimiento y evitar que una situación desesperada se transforme en catastrófica”, señalaron, en calidad de exhortación.

“Todas las partes en el conflicto deben cumplir con las obligaciones que les incumben en virtud del derecho internacional humanitario de proteger a los civiles y la infraestructura civil, incluida la atención de la salud”, plantearon, además de reafirmar que “todos los civiles, incluidos los rehenes actualmente retenidos en Gaza, tienen derecho a la atención de la salud”.

“Todos los rehenes deben ser liberados sin demora ni condiciones”, exigieron.

Las agencias de Naciones Unidas hicieron, así, alusión al hecho de que, en el marco de rápida incursión armada, la mañana del 7 de octubre, a territorio israelí fronterizo con Gaza, las fuerzas de Hamas capturaron a más de doscientas personas, habitantes de varios kubitzim (unidades agroproductoras), entre ellas, ciudadanos de diferentes países -en algunos casos, latinoamericanos-, un extremadamente bajo número de los cuales fue liberado. “En particular, todas las partes deben proteger, a los niños, de cualquier daño y brindarles la protección especial a la que tienen derecho en virtud del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos”, puntualizaron.

De acuerdo con datos difundidos el 17 de octubre -10 días después de estallado el conflicto bélico-, por Unfpa, de aproximadamente 540,000 mujeres en edad de procrear residentes en la Franja de Gaza, unas 50,000 estaban embarazadas, y alrededor de 10 por ciento de este grupo -unas 5,500- daría a luz en noviembre.

En un extenso y testimonialmente documentado texto, la agencia de Naciones Unidas especializada en salud sexual y reproductiva denunció que “el bloqueo (israelí a Gaza) plantea graves dificultades a estas mujeres”.

Ello, “al privarlas no solo de acceso a servicios que garanticen un parto seguro y existencias de suministros vitales, sino también, como todos los civiles de Gaza, de un lugar donde refugiarse de los bombardeos y donde dispongan de alimentos y agua”, planteó.