Natalia Kanem

Las niñas, a nivel mundial, nacen con una serie de capacidades que las encaminarían a ser mujeres con incidencia, pero en las sociedades patriarcales en las que se desarrollan, muchas de ellas ven coartadas las oportunidades.

De modo que es necesario apoyarlas, para que puedan explotar su potencial, en particular, estableciendo igualdad de género en materia tecnológica.

Al plantear esa conceptualización, en la declaración que, por el Día Internacional de la Niña, dio a conocer, la directora ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), la médica panameña Natalia Kanem, aseguró que el ejercicio de numerosos derechos de las mujeres y las niñas, se apoya, con frecuencia creciente, en el acceso digital.

La pandemia del nuevo coronavirus ha puesto en evidencia la velocidad a la cual, en el caso de las menores, se multiplican las desigualdades de género, principalmente en los casos de las que no están en condiciones de acceder a Internet, planteó Kanem, en el texto de doce párrafos difundido, el 11 de octubre, por el Unfpa.

“Las niñas nacen con poder”, aseguró la profesional quien es responsable de la agencia de Naciones Unidas especializada en la salud sexual y reproductiva de la población mundial.

“Todas las niñas tienen capacidades intrínsecas que deben florecer a medida que avanzan hacia la edad adulta, dando forma a su futuro y, a su vez, al mundo”, señaló, a continuación.

“Sin embargo, muchísimas niñas de todo el mundo no pueden explotar ese poder inherente”, denunció, para, de inmediato, agregar que “se les niegan sus derechos, se socavan sus decisiones y oportunidades de prosperar”.

“Por consiguiente, todos nos perdemos los posibles logros de estas niñas, así como lo que su visión, ingenio y pasión podrían ofrecer al mundo”, continuó escribiendo, a manera, simultáneamente, de reflexión y como advertencia.

“Hoy, con motivo del Día Internacional de la Niña, homenajeamos a las niñas de la generación digital que aprovechan el poder de las nuevas tecnologías para forjar un futuro mejor para todos”, expresó.

“Sin embargo, también debemos llamar urgentemente la atención sobre aquellas niñas que se están quedando atrás por la discriminación de género que las limita sistemáticamente, tanto en la actualidad como a lo largo de su vida”, aclaró.

“Estas desigualdades también llegan a Internet, una herramienta que las niñas siguen utilizando menos que los niños, hasta cuatro veces menos en algunos países”, informó.

“Esta brecha digital agrava las históricas disparidades de género”, precisó Kanem.

La jerarca de Naciones Unidas explicó que, en materia de inequidad, la emergencia sanitaria global estallada al inicio de 2020 reveló la facilidad con la cual las brechas de género se ensanchan y profundizan.

La pandemia, “ha demostrado lo rápido que pueden multiplicarse las desigualdades”, planteó.

En el marco de las medidas gubernamentales implementadas en la amplia mayoría de países afectados, para tratar de encapsular el virus, “con el cierre de las escuelas, las niñas que carecen de acceso a Internet han sufrido pérdidas en cuanto a educación, información y servicios de salud”, indicó.

Además, “en muchos lugares, las niñas a las que se niega una educación corren un mayor riesgo de verse obligadas a casarse en contra de su voluntad”, agregó.

En tal contexto mundial, “cada vez más a menudo, el ejercicio de muchos derechos se basa en el acceso digital”, aseguró.

Ello “puede ayudar a las niñas a encontrar información, estar en contacto con sus compañeros, establecer movimientos sociales, explorar su identidad, llevar un seguimiento de su menstruación y encontrar ayuda en caso de acoso o violencia”, explicó.

“Sin este acceso, las niñas se enfrentan a grandes obstáculos para gozar de salud y derechos sexuales y reproductivos y autonomía corporal”, continuó precisando.

A manera de ejemplo, Kanem se refirió a situaciones extremas que enfrentan, principalmente, las menores en fuga de conflictos bélicos, o las agobiadas por contextos de alta vulnerabilidad socioeconómica.

“Aquellas que viven en campos de refugiados o en comunidades pobres tal vez no dispongan de servicios locales que respondan con amabilidad y comprensión a sus necesidades en lo que respecta a la salud sexual y reproductiva”, puntualizó.

Por lo tanto, “la vergüenza o el pudor que pueden sentir al realizar preguntas sobre las relaciones sexuales o la identidad de género es más fácil de sobrellevar con el anonimato que proporciona el mundo virtual”, escribió.

Al mismo tiempo que alabó aspectos de la virtualidad, la jerarca del Unfpa formuló algunas advertencias, en materia de potencial peligrosidad para las menores que pueden acceder a esa herramienta.

Al aclarar que, “por supuesto, la tecnología digital también tiene sus inconvenientes”, Kanem señaló que, “las niñas con acceso a estas tecnologías, corren mayor riesgo de sufrir distintas formas de violencia digital”.

Tales problemas, “también reflejan los perjudiciales desequilibrios de poder entre los géneros”, aseguró.

En ese sentido, la funcionaria internacional formuló una exhortación a que ese instrumento no magnifique la inequidad que afecta a las menores sino que sirva, en realidad, para eliminarla.

“No debemos tolerar un mundo digital que refuerce las desigualdades”, planteó, al lanzar el llamado.

“En cambio, debemos utilizar estas herramientas para cerrar la brecha de poder de género para las niñas”, recomendó, además de proponer que “debemos aplicar estas tecnologías para ayudar a las niñas a ejercer sus derechos y garantizar su autonomía física”.

“Esto es precisamente lo que ocurrió cuando una joven en la India utilizó la información facilitada por un servicio móvil de entretenimiento educativo apoyado por el UNFPA para salvar a una amiga del matrimonio infantil”, agregó, para ilustrar sus planteamientos.

“Las niñas no solo utilizan estas herramientas, sino que las crean, apoyémoslas”, reafirmó.

Igualmente, invitó a que “creemos juntos un mundo digital que sea accesible y seguro para todos y todas, y forjemos un futuro en el que todas las niñas puedan desarrollar todo su poder y potencial”.

Por otra parte, en el prólogo del informe anual que el Unfpa dio a conocer, mundialmente, el 14 de abril, Kanem aseguró que el hecho de que una alta proporción de la población femenina mundial se ubique en contextos sociales machistas, que no permiten la autonomía corporal de las mujeres, debe erradicarse.

El beneficio de que mujeres y niñas puedan decidir libremente respecto a sus propios cuerpos es universal, aseguró en las páginas de inicio del documento que el fondo tituló, este año, “Mi cuerpo me pertenece. Reclamar el derecho a la autonomía y la autodeterminación”.

Allí, Kanem reveló que 26 por ciento de la población femenina regional en el rango etario de 15 a 49 años, no ejerce tal derecho.

Ello incluye decisiones referidas a aspectos tan esenciales como acceso a sistemas de salud, uso de anticonceptivos, maternidad, matrimonio, relaciones sexuales, según lo señalado en el estudio.

Respecto al tema general, Kanem planteó, en la introducción al análisis: “Mi cuerpo me pertenece. ¿Cuántas mujeres y niñas pueden afirmarlo libremente?”.