Se define como una enfermedad hipócrita, sus víctimas son mujeres en edad fértil, se desconoce su causa, sus síntomas confunden fácilmente y hay poca información al respecto

Mónica Valverde es una joven de 31 años, amante de los animales, llena de vida y convive con un enemigo ingrato que poco a poco está dominando: el lupus.

Hace unos cinco años ella desarrolló fibromas, se sometió a un tratamiento pero al no presentar mejoría los médicos le realizaron otros análisis para determinar la causa, por un momento pensaron que era cáncer, pero dieron con el lupus, por lo que de inmediato se enfocaron en apaciguar a  este “lobo”, como ella le llama, para que no causara daños irreversibles a su organismo o incluso su muerte.

Enemigo desconocido

El lupus es una enfermedad sistémica, crónica, inflamatoria, autoinmune y que afecta principalmente a las mujeres en edad reproductiva, su causa sigue siendo un misterio para la ciencia.

Erick Molina, Reumatólogo del Hospital México, comentó que el rango de edad va después de la primera menstruación, es decir 11 años a los 40 años, tanto niñas como adolescentes pueden ser víctimas del “lobo”.

“Su causa es desconocida, hay varios factores que pueden contribuir como las características genéticas, el sexo femenino, exposiciones ambientales como la luz ultravioleta y en algunos casos se puede relacionar con infecciones virales como megalovirus”, expresó Molina.

Asimismo hay un factor hereditario, ya que los pacientes con enfermedades inmunológicas tienen un mayor riesgo de desarrollarlo, pero esto no es una regla.

El principal síntoma es el enrojecimiento de la piel como en forma de alas de mariposa, en especial de las mejillas, caída de cabello, úlceras en la boca, principalmente en el paladar duro, dolor en pies y manos tipo artritis y se presenta en horas de la mañana, lesiones en pies, cambio de color en las manos cuando hace frío, anemias persistentes, bajo conteo de plaquetas y glóbulos blancos.

De acuerdo con el médico, al tener una sintomatología tan variada, el lupus puede confundirse con cualquier otra enfermedad, él la cataloga como hipócrita, por lo que el doctor siempre tiene que tenerla presente a la hora de revisar los resultados.

Más allá del tratamiento, es importante que la paciente se eduque, que conozca lo que tiene y lo que puede o no hacer, el tratamiento varía según el grado de enfermedad y los síntomas que presente, se usan esteroides y drogas modificadoras de la enfermedad o inmunosupresores.

El lupus es una enfermedad que no se cura y para colmo impredecible, una paciente la puede tener controlada durante mucho tiempo y de repente presentar una crisis, el lupus hay que aprender a leerlo, además siempre tiene que ir a las citas.

La concepción es una de las mayores complicaciones que tienen las pacientes, aumenta el riesgo de abortos espontáneos, muerte del bebé dentro del vientre, partos prematuros y al final del embarazo la madre puede sufrir preclampsia o eclampsia (convulsiones o estado de coma en la semana 20).

“En una paciente con lupus el control tiene que ser más estricto, ese tiene que ser un embarazo planeado, se tiene que buscar una ventana de la enfermedad donde por lo menos exista un periodo de seis meses de inactividad o  ausencia de crisis severas, además de otro estudio que garantice que el embarazo pueda llegar a término”, explicó Molina. Gracias a los tratamientos, cada vez más se logran embarazos exitosos.

De acuerdo con datos del Área de Estadística en Salud de la Caja Costarricense del Seguro Social, en 2015 se registraron 324 egresos por esta enfermedad, 48 hombres y 276 mujeres, 172 casos fueron de damas entre los 20 y 44 años.

Aunque ataca a un caballero por cada 12 damas, el lupus se ensaña más con ellos ya que entre más jóvenes es peor el pronóstico.

Educación como herramienta

Aunque en nuestro país existen casos, el lupus tiene una incidencia muy baja, sin embargo es una de las principales enfermedades que afecta a la mujer en edades tempranas, por ello la educación es fundamental y no solo a nivel de pacientes, también a nivel de la facultad de medicina.

Molina comentó que ellos en el México sí estudian los casos porque son un centro de referencia nacional, sin embargo otros colegas no están tan “expuestos”, por ello tienen que tenerla presente a la hora de examinar una paciente y no dar con la causa de su afección.

En el país existe una asociación de pacientes con enfermedades inmunológicas y otro de pacientes con lupus donde ellos cuentan su experiencia y realizan charlas donde invitan a expertos, la página de la Asociación Costarricense de Reumatología tiene mucha información al respecto.

Mónica conoce su enfermedad, una muy ingrata que la obliga a tomar entre 12 y 13 comprimidos al día: “el lupus nos vuelve un lobo y muy solitario, es destructora para nosotras pero no tenemos otra opción y nos toca proteger a quienes amamos de la devastación que esta enfermedad conlleva. No hay tiempo de auto compasiones, o luchás o te vas en la tira, hay que tener señor carácter y si no lo tenés, a ponerle huevos entonces”, expresó.

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Mónica Valverde tiene cinco años conviviendo con el lupus, pero eso no mina su amor por la vida

 

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