El cuestionado presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ordenó una misión, machista e imposible, a las mujeres de ese país: tener, cada una, seis hijos, para engrandecer a la nación.

Maduro formuló el planteamiento, durante un acto público de promoción del Plan Nacional de Parto Humanizado y Lactancia Materna, sin tener en cuenta la aguda crisis humanitaria que, hace años, afecta al caribeño país sudamericano, y que ha generado el masivo éxodo de millones de personas, principalmente a países de esa región.

En el marco dela actividad, el mandatario, acompañado por su esposa, Cilia Flores, dio, además, una explicación patriarcal respecto a las mujeres y la maternidad.

“La mujer fue hecha para parir, verdad?”, afirmó, para agregar, a continuación, que “tiene la condición, completa, física, de esta creación, mágica, perfecta, que es el ser humano”.

Durante el acto público, en el que se hizo acompañar además, en el estrado, por numerosas mujeres de estratos poblacionales populares, Maduro, usando micrófono, dialogó con una de ellas, embarazada, a quien preguntó cuántos hijos tenía.

A la respuesta de la mujer, en el sentido de que es madre de cinco niños, y espera el nacimiento del sexto, el gobernante expresó, poniendo su mano izquierda sobre la cabeza de su interlocutora: “que Dios te bendiga, por haberle dado, a la Patria, seis muchachitos y muchachitas”.

A continuación, se dirigió a las mujeres en el público, y gritó la orden: “a parir, pues, a parir, todas las mujeres, a tener seis hijos, todas!”.

“Que crezca la Patria!”, agregó, dicho lo cual, ordenó a un conjunto musical que amenizaba la actividad: “música!”.

De acuerdo con cifras de diversas organizaciones, lo mismo locales que internacionales –incluidas agencias especializadas tales como el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)- alrededor de 30 por ciento de los niños venezolanos en el grupo etario de 7 a 12años en por lo menos cuatros de los 23 estados del país padece desnutrición, condición que, a nivel de población general, afecta a aproximadamente 6.8 millones, de los algo más de 28.6 millones de habitantes.

Los más recientes informes de organizaciones locales indican que la escasez de suministros médicos y las precarias condiciones que presentan los hospitales venezolanos son factores que inciden en los elevados niveles de mortalidad materna y neonatal.

Asimismo, esos análisis indican que una de cada tres personas, en Venezuela, enfrenta dificultad para obtener alimentos, mientras alrededor de 9.3millones está en situación de inseguridad alimentaria.

Maduro formuló las afirmaciones cuatro días antes de la conmemoración, el 8 de marzo, del Día Internacional de la Mujer, fecha a la cual, no obstante el contenido machista de su mensaje, hizo alusión.

“Quiero que el pueblo me escuche en esta semana de la mujer”, comenzó diciendo.

“Es la semana de la mujer, y yo hago un llamado a todos los hombres, al respeto y al amor hacia la mujer, hacia la madre, hacia la abuela, hacia la hija, y hacia la compañera, hacia la pareja, hacia la esposa”, agregó.

“A la mujer no se le toca ni con el pétalo de una rosa”, afirmó, usando el patriarcal lugar común que procura ocultar la generalizada violencia de género, para también ordenar: “respeto absoluto a la mujer! No a la violencia de género! Que cese la violencia!”.

Venezuela es escenario, hace algo más de cuatro años, de una creciente crisis humanitaria, política y de seguridad, situación que ha obligado –hasta el momento- a casi cinco millones de personas a desplazarse, vía terrestre, a países sudamericanos, en particular hacia los limítrofes Brasil y Colombia, además de Ecuador y Perú, así como los más sureños Argentina y Chile.

Las causas expresadas por quienes han emprendido el masivo éxodo, son, entre otras, la persistente represión antiopositora, las constantes violaciones a los derechos humanos, lo mismo que la escasez general de alimentos, medicinas, y otros productos de consumo básico, y el notoriamente debilitado poder adquisitivo de los salarios, a todo lo cual se suma la extendida falta de oportunidades.