La brecha entre incidencia y denuncia ante casos de violencia contra la mujer es bastante alta
Más de veinte por ciento de la población femenina de Chile ha sufrido algún tipo de agresión de género, según los más recientes números dados a conocer la estatal Universidad de Chile.
Se trata de una de las revelaciones contenidas en el estudio que, respecto al tema, realizaron la investigadora Camila Trujillo y el docente universitario Damian Clarke, indicó la principal casa de estudios superiores del andino país sudamericano, al informar, el 26 de abril, en su sitio en Internet, sobre el análisis de la Violencia Intrafamiliar (Vif) a nivel nacional.
Datos de la Encuesta Nacional de Violencia Intrafamiliar (Envif), citados por la universidad, revelaron que 23.3 por ciento de las mujeres -que, según el Banco Mundial (BM), constituyen 50.4 por ciento de los algo más de 18.5 millones de habitantes- fue, en 2022, “víctima de algún tipo de violencia, lo que se traduce en que cerca de una de cada cuatro mujeres fue víctima de VIF el año pasado”.
“De acuerdo a datos de la Encuesta y del sondeo de seguimiento, el análisis arrojó que en el caso de la ‘Prevalencia Vida’ -que se refiere a mujeres que han sufrido algún tipo de violencia durante su vida-, hubo un aumento desde 32.6% en 2012 hasta 44% en 2022”, señaló la universidad, en la nota informativa.
Ello, “muestra un alza de 11.4 puntos porcentuales en sólo 10 años”, precisó.
Al mismo tiempo, en lo que tiene que ver con “la ‘Prevalencia Año -referida a mujeres que en los últimos 12 meses han sido víctimas de algún tipo de violencia, la cifra pasó de 18.2% en 2021 a 23.3% en 2022”, puntualizó, a continuación.
El centro de estudios superiores indicó, asimismo, que Trujillo y Clarke “realizaron una
investigación con el objetivo de proporcionar un diagnóstico basado en diversos indicadores asociados a VIF en Chile”.
Ello, en el contexto de la marcada tendencia, que muestran las víctimas, a no dar a conocer los incidentes de agresión machista.
En ese sentido, los dos expertos consideran que “la brecha entre incidencia y denuncia ante casos de violencia contra la mujer es bastante alta”, señaló la universidad.
“De acuerdo a la Encuesta y al sondeo de seguimiento, las denuncias en sucesos de violencia en espacios laborales cayeron de 30,8% en 2017 a 13,6% en 2022”, informó.
Asimismo, “en violencia psicológica y física, las denuncias también han caído, pasando de 27,6% en 2012 a 18,6% en 2022, y de 36% en 2012 a 28,2% en 2022, respectivamente”, agregó.
Las razones mencionadas por las agredidas, para explicar la opción por abstenerse de revelar actos de violencia de género, son variadas, de acuerdo con lo informado.
“Los principales motivos de por qué las mujeres víctimas de VIF no denuncian son: 1) porque no fue algo serio y no lo consideró necesario, 2) le daba vergüenza contar su situación, y 3) no cree que denunciar sirva, o había denunciado antes y no pasó nada”, según la misma fuente.
Al respecto, Trujillo, investigadora del Fondo de Género, Economía y Políticas Públicas del Instituto Milenio de Imperfecciones de Mercado y Políticas Públicas (MIPP) de la Universidad de Chile, citada en el artículo, señaló que los datos oficiales implican un subregistro de incidentes.
“Las cifras conocidas por policías e instituciones públicas, respecto de los delitos de VIF, difieren mucho de la realidad”, dijo.
En cambio, “las estadísticas de la Encuesta son de aquellas mujeres sondeadas que reportan haber sido víctimas de VIF (…) y, por esto, la diferencia es tan amplia”, explicó, además de reafirmar que “la realidad de cómo se manifiesta este fenómeno, lo entrega la Encuesta”.
En relación con ese contexto, la experta subrayó la necesidad de que los casos de violencia de género sean, sin excepción, revelados.
“Para conocer la real magnitud de este delito, es importante que estos hechos se denuncien”, planteó, a manera de exhortación.
“Pero ocurre que los canales y mecanismos de denuncia no son muy eficaces ni confiables, ya que las víctimas tienen miedo a denunciar, por posibles represalias del agresor, o creen que acudir a las autoridades no tendrá efecto”, señaló, a continuación.
“Además, aún existe una naturalización de la VIF, donde las mujeres creen que estos delitos no son tan graves, o que no son un problema serio que se debería denunciar”, agregó, en alusión al hecho de que, en las sociedades patriarcales, la violencia machista es tolerada.
En opinión de Trujillo, “para revertir esta situación, es importante concientizar y educar a la sociedad, en estos temas, ya que no es sólo un problema del sistema policial o judicial, sino que (lo es, también) a nivel cultural, y que requiere articulación en varias áreas”.
En materia de violencia de género a nivel regional, de acuerdo con estimaciones de la Conferencia Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el enraizado fenómeno sociocultural golpea, a la población femenina, a partir de la infancia y la adolescencia.
El dramático cuadro de situación presenta, entre otros componentes, violencia sexual, además de matrimonios infantiles, denunció el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe, de la Cepal, en un análisis que dio a conocer el 25 de noviembre.
“La violencia por razón de género es un fenómeno que se expresa de diferentes formas y afecta a las mujeres de manera transversal”, indicó.
Además, “la violencia por razones de género se inicia a temprana edad”, precisó, para revelar que los femicidios victimizaron, en 2019-2021, principalmente al grupo etario de 15 a 29 años, seguido por el segmento de niñas de 14 años.
Foto: Nataliya Vaitkevich