Al masturbarse, pocas personas piensan en sus respectivas parejas, además de que un número superior de mujeres que de hombres admite haber incursionado en el autoplacer con su compañero o compañera durmiendo al lado, según datos de una encuesta llevada a cabo por la red social sexual JOYclub.

De acuerdo con las cifras del estudio, 71 por ciento de las mujeres entrevistadas reconoció que se ha masturbado en ese contexto, frente a 61 por ciento de los hombres.

También en el ámbito del placer autoprovocado, los porcentajes son bajos en lo que tiene que ver con las personas quienes, al procurarlo en un ambiente solitario, piensan en sus respectivas parejas -18 por ciento de mujeres frete a 12 por ciento de hombres-, indican los números del muestreo citado por el medio digital español vozpópuli.

Respecto a la fantasía, se trata de un componente considerablemente destacado en esta actividad sexual -lo mismo para hombres que para mujeres-, como elemento que facilita la construcción del ambiente favorable.

En esta categoría, los tríos constituyen uno de los recursos imaginativos favoritos de ambos grupos.

Igualmente, y en proporción considerable, aparecen los recursos visuales, como estímulo facilitador de un más intenso disfrute del acto -incluidos materiales de contenido sexual explícito-.

Según el estudio de JOYclub -una plataforma alemana de cobertura mundial-, solamente 27 por ciento de las encuestadas dijo que no recurre a la pornografía, mientras que apenas cinco por ciento expresó lo mismo.

En materia de juguetes sexuales, las mujeres expresaron que se trata de accesorios de importancia destacada.

Al respecto, proporciones importantes de encuestadas se declararon asiduas usuarias de los diferentes tipos de succionador de clítoris y por los vibradores -en ese orden-.

La mayoría -44 por ciento- declaró preferencia por lo que coincidentemente describió como “succionadores modernos”, seguida por un sector, menor aunque también considerable -34 por ciento-, que se pronunció a favor de los vibradores clásicos.

De acuerdo con lo indicado por expertos citados, en una nota informativa publicada en octubre, por la edición española de la revista Women’s Health, este artículo, en sus numerosas versiones, es rápido, seguro, satisfactorio.

“El succionador de clítoris se ha convertido en número uno en ventas este último año”, además de que ofrece “eficacia, a la hora de proporcionar placer, de forma rápida y efectiva, a las mujeres”, porque “el punto G no es lo único que hay que impulsar” sino que “también es fundamental estimular el clítoris, durante el proceso sexual, para que la mujer llegue al clímax”, de acuerdo con opiniones reproducidas por el medio.

A manera de ejemplo, Women’s Health recomendó, entre otros -y en primer lugar-, Satisfyer Pro 2”, para “orgasmos múltiples e intensos”.

“Es capaz de hacerte llegar al orgasmo en repetidas ocasiones”, debido a que “la estimulación se realiza sin contacto, con ondas que provocan pulsaciones para aumentar el placer”.

También aconsejó usar el Sona 2, cuyo nuevo diseño presenta “interesantes novedades: sus ondas sónicas no solo proporcionan placer a la parte visible del clítoris, sino también al 75% de la parte interna de este órgano, algo inédito hasta la fecha”.

También destacó el “masajeador con 10 modos de vibración”, cuya característica principal consiste en que “es un dos en uno porque combina la succión en un extremo, con la vibración en el otro”, y agregó que “sus creadores aseguran que ‘emula el sexo oral’”.

Estas fuentes de placer femenino son el punto culminante actual de la evolución que ha tenido el vibrador, cuya invención data de hace casi un siglo y medio.

Este juguete fue creado en la década de 1880, como “tecnología de punta” -en ese momento- para el tratamiento médico de lo que entonces se definía como “histeria femenina” -el deseo sexual reprimido en las mujeres-.

El vibrador evolucionó, para convertirse en el actual complemento ideal lo mismo en la masturbación que en las relaciones íntimas, multiplicado en una amplia gama de juguetes sexuales que amplían las opciones de autosatisfacción, aunque el clásico, en sus actualizaciones -por ejemplo, la emisión de calor, para mayor placer- mantiene demanda.