ONU México/Luis Arroyo. Discurso de la Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka, durante la ceremonia de apertura del Foro de Igualdad de Género en Ciudad de México, marzo, 2021.

México y Naciones Unidas están impulsando una alianza mundial que apunta a lograr la igualdad de género en materia del no remunerado trabajo doméstico, puntualmente, en lo que tiene que ver con las tareas de cuidado de integrantes de las familias.

Específicamente, el mexicano Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) y la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres) lanzaron, en el marco del Foro Generación Igualdad -llevado a cabo de marzo a junio-, la Alianza Global por los Cuidados.

Organizado por ONU Mujeres, el foro se realizó, del 29 al 31 de marzo, en la capital de México, y, del 30 de junio al 2 de julio, en París.

La responsabilidad doméstica -en particular el aspecto de cuidados-, que es tradicionalmente asignada a mujeres y niñas, constituye un obstáculo en cuanto a la búsqueda de oportunidades para el componente femenino de los núcleos familiares.

Al informar sobre el lanzamiento de la alianza, la presidenta de Inmujeres, Nadine Gasman, expresó además, al diario mexicano El Universal, que, entre otras consecuencias negativas para este sector la población, la pandemia mundial del nuevo coronavirus aumentó la carga de labores en el hogar.

La iniciativa implica involucramiento multisectorial, lo mismo en el ámbito nacional de cada país que a nivel internacional, explicó Gasman.

El convenio invita “a los Estados, sector privado, academia, organizaciones de la sociedad civil, organizaciones filantrópicas, organismos internacionales, otras agencias de la ONU, y a todas las partes interesadas, a ser parte de este movimiento global, asumiendo y promoviendo compromisos, acciones concretas, financiación y colaboración alrededor de los cuidados”, puntualizó.

En ese sentido, la experta enumeró los que describió como los ocho compromisos clave contenidos en la alianza.

De inicio, mencionó que se trata de “poner en marcha acciones concretas de los Estados, las familias, las comunidades y el sector privado para desarrollar y aumentar los servicios de cuidados”.

La iniciativa también implica “promover políticas públicas de conciliación de la vida personal, familiar y laboral con flexibilidad horaria”, lo mismo que “reformas para reconocer los derechos de las personas proveedoras y receptoras de cuidados”, agregó.

Además, “impulsar acciones transformadoras, para promover la corresponsabilidad de los cuidados, como por medio de campañas de sensibilización”, y “promover la inversión en infraestructuras de atención social y física, para que los servicios de cuidado atiendan las diversas necesidades en igualdad de condiciones”, continuó explicando.

Igualmente, “promover la generación de datos y evidencia”, lo mismo que “identificar y diseminar prácticas en materia de trabajo de cuidados, a través de un banco de intercambio de experiencias”, así como “ampliar el espacio fiscal, para la financiación gradual y progresiva de un sistema de cuidados universal y sustentable”, precisó.

Gasman describió la alianza como “un esfuerzo audaz para enfrentar la carga que representa el trabajo de cuidados realizado por las mujeres, que les impide tener oportunidades económicas y que ha aumentado debido a la pandemia”.

En cuanto a los cuidados en el ámbito familiar, la jerarca de Inmujeres puntualizó que “son actividades que regeneran y promueven el bienestar físico y emocional de las personas”.

“Incluyen las tareas cotidianas de gestión y sostenimiento de la vida, como: el mantenimiento de los espacios y bienes domésticos, el cuidado de los cuerpos, la educación y formación de las personas, el mantenimiento de las relaciones sociales, o el apoyo psicológico a las y los miembros de la familia”, siguió explicando.

La funcionaria denunció, igualmente, que “la mayoría del trabajo de cuidados es realizado por las mujeres y las niñas, de manera no remunerada, en el interior de los hogares”.

“Este aporte económico, por lo general, no es reconocido en las cuentas nacionales”, agregó, a continuación.

Y, en los casos en que quienes cumplen esa tarea perciben un pago, por lo general es insuficiente, puntualizó.

“En el ámbito del trabajo de cuidados remunerados, las mujeres también están sobrerrepresentadas en estos empleos, caracterizados, en general, por una baja remuneración y condiciones laborales precarias”, dijo.

En opinión de Gasman, el cuidado constituye un derecho, cuyo ejercicio implica un cambio radical, para eliminar el injusto contexto que presenta en las sociedades patriarcales.

“El derecho al cuidado debe sustentarse en la igualdad de género, lo que implica una nueva organización entre el Estado, las familias, la comunidad y el sector privado, refiere”, expresó.

La necesaria “mayor corresponsabilidad social en torno al cuidado, aumenta las posibilidades, de las mujeres, de participar en la toma de decisiones, de trabajar, de estudiar, y de tener una mejor disposición de su tiempo, todo lo cual incide en el desarrollo de su autonomía”.

En coincidentes declaraciones difundidas el 30 de junio, por la agencia informativa española Efe, la directora regional de ONU Mujeres para América Latina y el Caribe, la uruguaya María Noel Vaeza, denunció que, mujeres y niñas, realizan estos “trabajos no remunerados, hasta cuatro veces más que el hombre”.