La reciente elección de Eugenia Zamora, como la primera presidenta en la historia del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) de Costa Rica, significa el desmantelamiento de un nuevo obstáculo de género, en los más altos círculos de toma de decisión en el país centroamericano, aseguró la ministra de la Condición de la Mujer, Marcela Guerrero.
Con Zamora, las costarricenses han logrado, en doscientos años de independencia nacional, representación en las respectivas presidencias de los Poderes del Estado -también denominados, en Costa Rica, Supremos Poderes-, de acuerdo con lo señalado por Guerrero.
“Rompemos una barrera histórica, marcada por la distinción de género en los máximos espacios de toma de decisiones”, expresó la ministra, quien también es presidenta ejecutiva del Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu), y ha sido legisladora (2014-2018)
“Felicitamos a Eugenia Zamora Chavarría, quien ayer fue nombrada, de manera unánime, presidenta del Tribunal Supremo de Elecciones, convirtiéndose así en la primera mujer en ocupar ese cargo”, dijo, además, la funcionaria, citada en un comunicado que el Inamu emitió el 17 de diciembre.
“Reconocemos su amplia trayectoria y compromiso, y deseamos que su trayecto sea pleno, y pueda llevarlo a cabo sin distingo, ni violencia, por su condición de género”, aseguró.
“Nuestro deseo es que siga liderando y defendiendo los derechos políticos que le asisten a las mujeres, que impulse la democracia paritaria sustantiva, y podamos aportar, juntas y desde cada ámbito de acción, hacia una Costa Rica más justa y que hace, de los derechos humanos, su más grande baluarte”, planteó.
La jerarca gubernamental dijo, además, que “valoramos esta decisión, de las magistradas y magistrados propietarios del TSE, como una prueba de que el cambio cultural e institucional es posible, que necesitamos una mirada desde una perspectiva distinta, y reconocer a esas mujeres valiosas que aportan al país”.
“Pero también, el atino de escuchar las voces de muchísimas mujeres, que a lo largo de la historia, y de forma individual y colectiva, hemos alzado la voz por la igualdad de derechos, la cual se concreta en actos como éste”, reflexionó.
Guerrero precisó, igualmente, que “las mujeres han logrado asumir la presidencia del Poder Ejecutivo, el Judicial, el Legislativo”, detalló.
“Y, con la elección de la primera presidenta del Tribunal Supremo de Elecciones”, se derribó, a ese nivel, otra barrera de género, destacó la ministra.
En el contexto político discriminatorio local, en el caso del desempeño de cargos de elección popular en los más altos estratos, en dos siglos de independencia nacional, Costa Rica ha tenido solamente una presidenta de la República, y apenas cuatro mujeres en la presidencia de la Asamblea Legislativa.
En el primer caso, se trata de Laura Chinchilla, una politóloga quien ejerció la primera magistratura durante el cuatrienio 2010-2014, luego de haberse desempeñado como viceministra de Seguridad, parlamentaria por el ex gobernante y socialdemócrata Partido Liberación Nacional (PLN), vicepresidenta de la República y, simultáneamente, ministra de Justicia.
Chinchilla fue la tercera presidenta en Centroamérica, luego de la nicaragüense Violeta Chamorro (1990-1997) y la panameña Mireya Moscoso (1999-2004).
En materia parlamentaria, en Costa Rica, las sucesivas titulares del Directorio de la Asamblea Legislativa han sido Rosemary Karpinsky (1989-1990) -por el PLN-, Rina Contreras (2000-2001) -por el ex gobernante Partido Unidad Social Cristiana (PUSC)-, Carolina Hidalgo (2018-2019) -por el gobernante Partido Acción Ciudadana (PAC), y la actual presidenta, la liberacionista Silvia Hernández (2021-2022).
Por otra parte, en cargos de elección interna, Zarela Villanueva desempeñó, de 2013 a 2017 la presidencia de la Corte Suprema de Justicia, y a ella, ahora, en el TSE, se suma Zamora, magistrada quien venía desempeñando, desde 2005, la vicepresidencia del Poder Electoral.
El esfuerzo de las costarricenses por superar la marginación política de género dio inicio en 1923, con la lucha sufragista, iniciativa que fue liderada por la Liga Feminista de Costa Rica.
El incipiente éxito del complejo proceso de igualdad en política ocurrió en 1949
-casi tres décadas después-, cuando, en la Constitución entrada ese año en vigencia, fue incorporado el derecho de las mujeres a votar.
Las elecciones que fueron realizadas al año siguiente, se constituyeron en el marco para el histórico primer sufragio emitido por una costarricense.
Bernarda Vásquez (1918-2013), habitante de la comunidad de La Tigra, en el norteña ciudad de San Carlos, inauguró, el 30 de julio de 1950, el ejercicio de ese derecho por parte de las costarricenses, al votar en un plebiscito municipal local.
En materia parlamentaria, las elecciones llevadas a cabo tres años después -para el quinquenio 1953-1958- determinaron la presencia, en la Asamblea Legislativa, de las dos primeras diputadas -en el total de 57 integrantes-.
Desde entonces, todos los ciclos parlamentarios -que han sido cuatrienales- han contado con legisladoras, según lo registrado por la Biblioteca del congreso.
Al igual que el primero, los dos períodos legislativos siguientes tuvieron baja presencia femenina -1958-1962 (dos diputadas), 1962-1966 (una)-.
Entre las legislaturas con mayor proporción de diputadas, figuran, más recientemente, la actual -2018-2022-, con veintiséis, además de los períodos correspondientes a, respectivamente, 2006-2010 (veinticinco parlamentarias), 2010-2014 (veintitrés), 2002-2006 (veintidós), y 2014-2018 (veinte).
Respecto a Zamora -quien es, además, una defensora de los derechos de la población femenina-, el Inamu indicó, en el comunicado, que “esta elección no solamente fue un reconocimiento a su amplia trayectoria y solidez profesional, sino también, un acto de justicia para con todas las mujeres, por hacer valer el derecho a participar en todos los espacios de toma de decisiones y asumir el poder en todos los espacios del desarrollo”.
“Desde el INAMU también se celebra la reciente conformación del TSE debido a que, en este momento, serán tres mujeres y dos hombres que conforman el grupo de magistraturas en propiedad, quienes dirijan uno de los procesos electorales más complejo de la historia”, agregó.
El instituto hizo así alusión a los comicios presidencial y legislativo programados para el 6 de febrero, para los cuales se cuenta -solamente para la votación presidencial- con 25 candidatos, la altamente variada opción para los poco más de 3.5 millones de electores.
Entre los aspirantes a desempeñar la primera magistratura se cuenta a, solamente, cuatro mujeres.