La vacante que dejó la magistrada Nancy Hernández, en la Corte Suprema de Justicia (CSJ) de Costa Rica, debe cubrirse mediante la designación de otra mujer, para evitar un retroceso en los logros en materia de igualdad de género.
Al formular el planteamiento, la ministra de la Condición de la Mujer y presidenta del Instituto nacional de las Mujeres (Inamu), Marcela Guerrero, planteó que es necesario garantizar el respeto a los derechos de la población femenina en cuanto a participar en los estamentos de toma de decisión.
Guerrero hizo así referencia al hecho de que la unicameral Asamblea Legislativa se apresta a designar a quien reemplace a Hernández, quien está por incorporarse la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), en reemplazo de la también costarricense Elizabeth Odio, quien, en enero, cumplió su período (2016-2022) en el tribunal continental.
El organismo parlamentario, tendrá ante sí, seis candidaturas, para llevar a cabo el nombramiento.
Hernández, quien se desempeñaba como magistrada en la Sala Constitucional -también conocida como Sala Cuarta- de la CSJ, fue elegida, el 12 de noviembre de 2021, en el marco de la Asamblea General (AG) de la Organización de los Estados Americanos (OEA), como integrante de la Corte IDH.
“A las puertas de la elección de una magistratura (…) se reitera el llamado a no retroceder en los logros alcanzados, y que se siga abriendo trecho para que otras mujeres puedan aportar al desarrollo de una Costa Rica más justa y democrática, donde se garantice el respeto a los derechos humanos de la mitad de la población”, indicó el Inamu, en un comunicado.
Citada en el texto que, sobre el tema, el Inamu emitió el 26 de marzo, Guerrero planteó la necesidad de “no retroceder en los logros alcanzados, y que se siga abriendo trecho para que otras mujeres puedan aportar al desarrollo de una Costa Rica más justa y democrática, donde se garantice el respeto a los derechos humanos de la mitad de la población”.
“Desde el Inamu, reiteramos la necesidad de hacer valer el derecho de las mujeres a participar en todos los espacios de toma de decisiones y asumir el poder en todos los espacios del desarrollo, en igualdad de condiciones que los hombres”, señaló la ministra, a manera de llamado a los 52 integrantes de la asamblea.
“Creemos que el cambio cultural es posible”, aseguró Guerrero, una ex legisladora (2014-2018) por el gobernante Partido Acción Ciudadana (PAC).
“Por eso, debemos reconocer a esas mujeres valiosas que aportan al país”, señaló, a continuación.
La funcionaria formuló, asimismo, una exhortación a “escuchar las voces de muchísimas mujeres, que a lo largo de la historia, y de forma individual y colectiva, hemos alzado la voz por la igualdad de derechos”.
Ello “se concreta en actos que permitan fomentar espacios paritarios en todos los ámbitos”, precisó.
“De tiempos recientes, a la fecha, tanto a nivel internacional como el nacional, ha sido noticia la elección de mujeres para ocupar puestos anteriormente vedados y que son estratégicos para el desarrollo de los países”, indicó.
“Estas noticias se han celebrado por distintas vías, porque permiten visibilizar el largo camino que las mujeres hemos transitado para llegar a estos puestos”, dijo.
De igual manera, son indicio de que “no desistimos, y seguimos transitando por esta ruta que nos lleva hacia un horizonte donde la igualdad de derechos y oportunidades, sin discriminación, debe ser la pauta de un nuevo contrato social”, reflexionó.
En declaraciones que formuló el día de su elección como jueza de la Corte IDH, Hernández se declaró “muy emocionada y agradecida por la enorme distinción”.
“Sin duda alguna, más que un reconocimiento personal, es un reconocimiento a Costa Rica y su larga trayectoria en la promoción y defensa de los derechos humanos y el estado de derecho”, planteó.
“Y, desde luego que también es un reconocimiento a la impecable trayectoria de las y los costarricenses que me han precedido en esa Corte, que han dejado el nombre de Costa Rica en lo más alto de la judicatura internacional”.
Hernández se ha desempeñado durante algo más de tres décadas en la defensa y la promoción de los derechos humanos, y en el ámbito de la justicia.
Odio, su antecesora inmediata, fue en el período 2021-2022 como presidenta del tribunal americano, tras haberse desempeñado, entre otros cargos en el ámbito judicial, como jueza del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (1993-1998), lo mismo que de la Corte Penal Internacional (2003-2012).