Ministras y otras autoridades latinoamericanas y caribeñas en el campo de la defensa de los derechos de las mujeres coincidieron en plantear la necesidad de que el componente de género debe ser parte de las iniciativas de reconstrucción, luego de la pandemia mundial del coronavirus estallada en 2020.
Representantes de la población femenina deben participar en la construcción de tales políticas, plantearon, además, las participantes en la Sexagésima Segunda Reunión de la Mesa Directiva de la Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe.
El encuentro, de naturaleza virtual, llevado a cabo del 23 al 25 de enero, fue organizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en coordinación con la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres).
El diseño de las acciones tiene que abarcar áreas tales como la estructuración de oportunidades de trabajo decente, lo mismo que la participación femenina en áreas clave de la economía, según lo establecido en los 16 acuerdos contenidos en un documento de tres páginas.
Al informar, sobre las deliberaciones, ONU Mujeres indicó, el 27 de enero, en su sitio en Internet, que “ministras y altas autoridades de los mecanismos para el adelanto de las mujeres instaron a incorporar la perspectiva de género en las políticas de respuesta y recuperación ante la pandemia (…) e incluir a las mujeres y niñas en su diseño y ejecución”.
“En los acuerdos de la cita, las delegadas reafirmaron una vez más el compromiso” de fortalecer “la institucionalidad y la arquitectura de igualdad de género”, agregó.
En el primero, las participantes en el debate decidieron “exhortar nuevamente a que las políticas de respuesta y recuperación ante la pandemia de enfermedad por coronavirus (…) incorporen la perspectiva de género, incluyan la participación de todas las mujeres y niñas en su diseño y ejecución y contribuyan a superar las múltiples e interrelacionadas formas de violencia, discriminación, exclusión y desigualdad que afectan de manera desproporcionada a las mujeres y niñas en toda su diversidad”.
Esos aspectos altamente negativos “se expresan en el aumento del desempleo y de la pobreza en la gran mayoría de los países de la región, así como en la sobrecarga de trabajo doméstico y de cuidado remunerado y no remunerado, y amenazan con ampliar las brechas existentes”, agregaron.
También coincidieron en “reafirmar una vez más el compromiso de tomar todas las medidas necesarias (…) fortaleciendo la institucionalidad y la arquitectura de igualdad de género a través de la jerarquización de los mecanismos para el adelanto de las mujeres y la transversalización de la perspectiva de género en los diferentes niveles y poderes del Estado”.
Ello, “mediante el incremento de la asignación de recursos financieros, técnicos y humanos, la presupuestación con perspectiva de género y el seguimiento y la rendición de cuentas con participación ciudadana, lo que permitirá impulsar políticas públicas de respuesta a la pandemia (…) y una recuperación transformadora y con igualdad de género”, expresaron, a continuación.
Igualmente, acordaron “reiterar el llamado a impulsar planes de recuperación con acciones afirmativas que promuevan sistemas integrales de cuidado, el trabajo decente y la plena y efectiva participación de las mujeres en sectores estratégicos de la economía para una recuperación transformadora con igualdad de género orientada a la sostenibilidad de la vida”.
En su participación en la sesión de cierre de la reunión, la directora de la División de Asuntos de Género de la Cepal, Ana Güezmes, planteó la necesidad de “hacer frente al cambio climático y a los desastres”.
Se trata de “uno de los grandes desafíos que tenemos como comunidad regional e internacional, y esto no admite demoras”, agregó, a manera de exhortación.
“Para eso, necesitamos impulsar acciones de mitigación y adaptación, pero que estén coordinadas a nivel internacional, regional, nacional y subnacional”, además de que se enfoquen en la población femenina, propuso.
A continuación, reflexionó que “estas acciones están claramente vinculadas con políticas que ubiquen el cuidado del planeta, y de las personas, en el centro del desarrollo sostenible, y esto implica vincular y desatar los nudos estructurales de la desigualdad”, incluida la inequidad de género.