La candidatura de la ex presidenta (1997) ecuatoriana Rosalía Arteaga, a la titularidad de la Secretaría General de las Naciones Unidas, está cobrando fuerza en redes sociales, según versiones periodísticas de Ecuador.
Arteaga, quien venía, desde 1996, desempeñándose como como vicepresidenta de la andina nación sudamericana, ejerció interinamente, del 9 al 11 de febrero de 1997, en el marco de una crisis política, la primera magistratura.
Superada la coyuntura, la vicepresidenta regresó al ejercicio del cargo original, hasta 1998, cuando renunció, para postularse a la presidencia, en los comicios de ese año -los que no ganó-.
La ex vicemandataria fue, ese año, candidata por el liberan y feminista Movimiento Independiente para una República Auténtica (Mira), organización política que cofundó, en 1996, con su hermana, la comunicóloga y relacionista pública Claudia Arteaga.
La candidatura de la ex presidenta es impulsada, a nivel de redes sociales, por la organización Forward World, que también apoya la postulación de la argentina Paula Bertol -ex diputada (2005-2013) y ex embajadora (2018-2019) en la Organización de los Estados Americanos (OEA)-, para el cargo de subsecretaria general de la organización mundial.
Respecto a ambas aspirantes, Colombe Cahen-Salvador, cofundadora de Forward World, dijo, en declaraciones reproducidas, el 30 de abril, por el periódico ecuatoriano El Universo, que “representan la esperanza, para las mujeres y niñas de todo el mundo, de que los lugares de poder no permanecerán fuera de su alcance por mucho más tiempo”.
“Su participación envía una fuerte señal: la igualdad de género viene con poder!”, aseguró, a continuación.
Al respecto, y al señalar el hecho de que, en los casi 76 años transcurridos desde su fundación -en octubre de 1945-, Naciones Unidas no ha tenido, todavía, una secretaria general, la columnista María Paz Jervis escribió, el 3 de mayo, en el diario ecuatoriano El Telégrafo, que “hace pocos días surgió una iniciativa de la sociedad civil”.
“En un acto sin precedente se ha propuesto de manera pública que la ex presidenta del Ecuador sea considerada para tan alta dignidad y también sea nominada a la diplomática argentina Paula Bertol como adjunta de la Dra. Arteaga”, indicó, para agregar que, “ahora, se espera que la ONU (…) se pronuncie ante esta propuesta”.
En cuanto a la ausencia de mujeres en la titularidad de la conducción de Naciones Unidas, Jervis planteó que “es incomprensible que en pleno siglo XXI la organización internacional de mayor relevancia no haya contado con una mujer como líder principal”.
“La candidata ecuatoriana, además de reunir con todas las cualificaciones de honestidad, profesionalismo y humanismo para ocupar el cargo, supone la oportunidad para la ONU de enviar un mensaje al mundo de democracia y unidad”, reflexionó.
También advirtió que la presencia femenina en niveles de toma decisiones resulta esencial, particularmente en la actual coyuntura de crisis socioeconómica y sanitaria, generada por la pandemia mundial del nuevo coronavirus.
“Es impensable un mundo sin mujeres”, aseguró, para afirmar que, “durante una época tan dramática para la humanidad, la ONU ha estado ausente”, y que “echamos en falta su liderazgo”.
“El orden mundial complejo, anacrónico y anárquico debe subirse con fuerza al tren de la igualdad, y escuchar la voz de miles de personas de la sociedad civil que apoyan esta candidatura”, escribió.
Por su parte, y en términos coincidentes, Heather Barr, codirectora interina de la División de Derechos de las Mujeres de la organización internacional Human Rights Watch (HRW), se refirió, también, al monopolio masculino de hecho sobre el ejercicio de la Secretaría General.
Barr hizo alusión al hecho de que ello es contrario a lo establecido en uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por Naciones Unidas.
Contenidos en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, aprobada, en 2015, por la Asamblea General de las Naciones Unidas, los ODS consisten en 17 metas, cuyo cumplimiento se prevé, a más tardar, para 2030.
El quinto objetivo se refiere al componente de “Igualdad de Género”, con miras a “poner fin a todas las formas de discriminación contra las mujeres y las niñas”, lo que, simultáneamente, es un derecho humano básico, además de constituir un aspecto clave en materia de desarrollo sostenible.
“Se ha demostrado una y otra vez que empoderar a las mujeres y niñas tiene un efecto multiplicador y ayuda a promover el crecimiento económico y el desarrollo a nivel mundial”, según lo indicado en ese punto.
Tras citar parcialmente ese objetivo, Barr escribió, en un artículo de opinión difundido, el 12 de marzo, por HRW, que “la ONU es responsable de ayudar a todos los países a alcanzar esa meta para 2030”.
“Ese esfuerzo debería comenzar en la propia sede de la ONU”, recomendó.
También se refirió al hecho de que el actual secretario general, el portugués António Guterres -un declarado promotor de la igualdad de género-, aspira a la reelección, en la votación a llevarse a cabo este año.
El mandato quinquenal de Guterres inició el 1 de enero de 2017.
“En 2015, los presidentes de la Asamblea General y del Consejo de Seguridad pidieron a los Estados miembros que propusieran a mujeres; este año no lo hicieron”, precisó Barr.
No obstante ello, es “probable que puedan presentarse candidatas para competir con el titular”, expresó.
En ese sentido, señalo que “una mujer que trabaja para la ONU, Arora Akanksha, anunció su candidatura en febrero, llamando nuevamente la atención sobre la ausencia de mujeres en el cargo”.
Akanksha, auditora en una de las agencias de la organización mundial, tiene la intención de reemplazar a Guterres, un ex primer ministro (1995-2002) de Portugal, quien compitió exitosamente, en la votación de 2016, con nueve rivales -incluidas cinco mujeres-.
Nacida hace 34 años en India -país al que sus padres, médicos hindúes huyeron del mayoritariamente islámico Paquistán cuando, en 1947, ambas naciones se independizaron del imperio británico-, Arora -quien creció en su país y en Arabia Saudita, nuevo destino familiar, y se estableció en Canadá- señala que conoce el Sistema de Naciones Unidas, ya que, desde 2016 se desempeña en el sector de monitoreo financiero de la entidad.
Barr escribió que “Human Rights Watch hace un llamado a la competencia y diversidad de género en el grupo de candidatos” competidores este año.
“Todos los Estados miembros de la ONU comprometidos con la equidad de género deberían considerar la posibilidad de presentar y apoyar a candidatas fuertes”, y, “con un grupo de candidatos diversos, los Estados miembros deberían seleccionar a la persona más cualificada”.
En cuanto a la emergencia sanitaria mundial, la experta en derechos de la población femenina advirtió que “nos enfrentamos a una crisis de los derechos de la mujer”.
“La pandemia (…) afecta de manera desproporcionada a las mujeres; la ONU predice que empujará a 47 millones más de mujeres y niñas a la pobreza, y provocará 13 millones de matrimonios infantiles más en los próximos 10 años”, continuó planteando.
También expresó, como advertencia, que “necesitamos que el Objetivo 5 de los ODS sea una realidad, y la capacidad de la ONU para ayudar a sacar al mundo de esta crisis se verá mermada mientras falte la equidad de género, desde la base a la cima”.
En opinión de Arteaga -en cuanto a la promoción de su candidatura-, Naciones Unidas debe avenirse “al liderazgo femenino, ser inclusiva, y demostrar que se pueden generar soluciones desde una perspectiva diferente”.