Una viróloga escocesa se convirtió en pionera en identificación, diagnosis y obtención de imágenes del coronavirus y publicó el Manual de diagnóstico rápido de virus en el laboratorio en 1979 para la Organización Mundial de la Salud.
June Almeida, viróloga escocesa, logró captar las primeras imágenes del coronavirus humano (de la familia del actual COVID-19) con su microscopio electrónico, lo que a su vez explica el porqué del nombre de este nuevo virus.
A lo largo del tiempo, se realizaron diversos estudios sobre lavados nasales en personas voluntarias, donde se descubrió que se podían obtener cultivos de virus relacionados al resfriado común.
Entre tantas muestras realizadas, hubo una que se conoció como B814, en la que se descubrió que se podía transmitir los síntomas del resfriado a los voluntarios, más no se podía obtener un cultivo celular de rutina.
Pese a esto, los estudios evidenciaron un crecimiento en cultivo de órganos, por lo que, el doctor británico de apellido Tyrell, se propuso descubrir si el virus podía observarse con un microscopio electrónico, y envió muestras a la especialista en virus, Almeida.
La doctora logró ver ciertas partículas y las describió como las de un virus de la gripe o influenza, pero no eran exactamente iguales, ya que las identificó como el primer coronavirus humano debido a la corona que las rodeaba.
Según British Medical Journal, Almeida fue pionera de un método que le permitía visualizar mejor los virus, mediante el uso de anticuerpos desarrollados en humanos y animales, que hacían que los virus se agruparan junto con ellos.