Mujeres familiares de los soldados, a quienes el régimen de Vladimir Putin envió hace dos años a pelear en Ucrania, mantienen la exigencia de que los movilizados regresen, y que no se reclute a más civiles para combatir
Los más de 300 mil reservistas desplazados en lo que Putin denomina como “operación militar especial”, han complido la misión, por lo que su traslado a Rusia es imperativo, según las integrantes del movimiento El Camino a Casa.
Vinculadas entre sí, por vía de redes sociales, algunas de estas mujeres residen en Dolgoprudny, un sector de Moscú, la capital rusa -ubicada en la zona europea del país que también se extiende en Asia-.
Un número no determinado de esas mujeres suele llevar cabo manifestaciones pacíficas, principalmente en Moscú, para apoyar el reclamo.
Para sus actividades como grupo, las activistas se identifican usando pañuelos blancos, cubriéndoles la cabeza.
Coinciden, así, con las integrantes de las organizaciones de derechos humanos Madres de Plaza de Mayo y abuelas de Plaza de Mayo, en Argentina, quienes se dedican a ubicar a personas cuyos padres fueron capturados y desaparecidos durante la última dictadura militar (1976-1983), y quienes, en su infancia fueron entregados a esposas de militares.
El secuestro de quienes entonces eran bebés y niños, cumplió, además, el particularmente cruel objetivo de que los hijos de los opositores torturados y asesinados, fuesen criados en familias de quienes mataron a sus padres.
Organizaciones de derechos humanos han determinado que más de 30 mil personas fueron desaparecidas por el corrupto y criminal régimen militar.
Las familiares de los reservistas rusos enviados, en febrero de 2022, a Ucrania, se oponen, además, a un probable segundo reclutamiento masivo para ese frente bélico.
Además, de las manifestaciones en Moscú, el grupo residente en Dolgoprudny, ha desarrollado gestiones, ante autoridades municipales, a quienes han presentado su planteamiento, en un estéril esfuerzo por sensibilizar a Putin.
Al informar sobre esas actividades, el medio de comunicación British Broadcasting Corporation (BBC) informó, el 29 de enero, que integrantes locales de El Camio a Casa, se reunió con el concejal Boris Nadezhdin, un opositor a la guerra en Ucrania quien es candidato -sin ninguna posibilidad de triunfo- en el proceso electoral con miras a la votación presidencial programada para el mes próximo en Rusia.
La guerra ha dañado la popularidad del presidente
Citado por la BBC, Nadezhdin, expresó que “la guerra ha dañado la popularidad interna” del presidente ruso, quien es candidato a la reelección, cuya victoria es considerada como un hecho.
“Putin era muy popular en Rusia, porque, después de los años 1990, trajo estabilidad y seguridad”, planteó Nadezhdin, en referencia al período inmediatamente siguiente a la disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (1922-1991).
“La estabilidad y la seguridad fueron las principales razones para apoyar a Putin”, reafirmó, para agregar que, “ahora, cada vez más personas han comprendido que la estabilidad y la seguridad se han acabado”.
En coincidentes declaraciones al medio de comunicación británico, una de las integrantes de El Camino a Casa, identificada solamente como Antonina, aseguró que, “al principio, confiábamos en nuestro gobierno”.
“Pero, ¿deberíamos confiar en ellos ahora?”, preguntó, a continuación, para subrayar que “no confío en nadie».
La mujer relató que su novio fue reclutado, no obstante el hecho de padecer de úlcera estomacal, y agregó que, una vez en Ucrania, fue incorporado a una unidad de asalto.
Antonia también relató que su novio se comunicó, telefónicamente, el 4 de diciembre de 2023, y precisó que “estaba llorando, estaba asustado”, y que “sonaba como si estuviera diciendo adiós”.
Agregó la más reciente comunicación telefónica entre ambos tuvo lugar nueve días después, y que, con posterioridad, fue informada de que, en combate, su compañero sentimental resultó herido.
La pareja del soldado se refirió a quienes se incorporan voluntariamente a las fuerzas rusas.
“Hay algunas personas que quieren luchar, se ofrecen como voluntarias, y firman contratos”, indicó, para agregar: “déjenlos pelear, pero envíennos de regreso a nuestros maridos que no quieren estar allí”.
“Cumplieron con su deber con la patria”, por lo tanto, “envíenlos a casa”, exigió.
Por su parte, María, otra integrante del movimiento, dijo que su participación en la iniciativa apunta a aportar a que los movilizados regresen a Rusia.
También cuestionó el hecho de que el régimen de Putin haya movilizado a la reserva, integrada principalmente por civiles.
Asimismo, cuestionó la conducta de los sectores que no se oponen a la guerra, a quienes formuló una advertencia en calidad de esfuerzo concientizar. “No queremos una segunda ola de movilización”, aseguró.
“Estamos en contra de que se utilice a civiles en un conflicto militar”, precisó María, quien subrayó que “queremos que todos los ciudadanos rusos comprendan que esto también podría afectarles a ellos”.
“Algunas personas, actúan como avestruces: meten la cabeza en la arena, y tratan de no pensar en lo que está pasando”, agregó.
“Puedo entenderlos”, porque “es difícil aceptar que, en tu país, el Estado no te necesita para ser feliz, simplemente te trata como material biológico”, agregó, en fuerte crítica al régimen de Putin.
“Pero, si la gente quiere sobrevivir, tarde o temprano tendrá que reconocerlo, y decir que no está de acuerdo”, planteó, a manera de exhortación a sus compatriotas en general.
Sectores nacionales afines a Putin, han formulado críticas al movimiento, y han tratado de deslegitimar las expresiones de las mujeres quienes lo integran.
En ese sentido, citado por la BBC, el legislador Andrei Kartapolov, aseguró, a una radioemisora rusa, que las exigencias de El Camino a Casa responden a “los enemigos” del país.
En ese sentido, planteó, en tono de burla, que similar movimiento bajo el régimen del dictador soviético (1941-1953) Iósif Stalin, durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), habría sido impensable.
“Te imaginas una delegación de esposas que llega al Kremlin, en el otoño de 1942, y le dice a Stalin: ‘deja que esos hombres, que fueron llamados a filas en 1941, se vayan a casa, ya llevan un año luchando’?”.
“A nadie se le habría ocurrido, jamás, hacer eso”, subrayó, a continuación.
En fuerte reacción a esos comentarios, Maria cuestionó las aseveraciones de Kartapolov.
“Se atreve a comparar, la operación militar especial, con la Segunda Guerra Mundial”, comenzó a plantear.
“En aquel entonces, el objetivo de Rusia era la supervivencia”, porque “habíamos sido atacados”, agregó, en referencia a la ofensiva militar del régimen alemán Nazi (1933-1945), y puntualizó que, en ese momento, “hubo una movilización total, y la ley marcial”.
“Es todo lo contrario de lo que está sucediendo ahora”, con Ucrania, aseguró.
María expresó que “solía tener un enorme respeto por Vladimir Putin”, pero, “ahora, soy más neutral”.
“Todavía me cuesta creer que él sepa que este tipo de cosas están sucediendo”, admitió, para, de inmediato, reflexionar en el sentido de que, “si realmente nos ve como traidoras y parias por querer que nuestros maridos regresen, no entiendo por qué tiene esta actitud hacia los ciudadanos que alguna vez votaron por él”.
Foto: Maksim Romashkin