A través de los años, las mujeres se han abierto espacio en la promoción del desarrollo de sus comunidades. Hoy más féminas forman parte de las juntas directivas de las asociaciones de desarrollo.
Las mujeres ahora son más protagónicas en las funciones propias de las asociaciones de desarrollo específicas y asociaciones integrales. Una serie de acciones promovidas en el país, como la igualdad de derechos y la equidad de género, ha logrado que las mujeres ocupen espacios de participación dentro de las juntas directivas, tradicionalmente conformadas por hombres.
Clara Loría Chaves es una mujer conocida en Vázquez de Coronado, entre otras labores que ha realizado en el cantón, por participar de manera activa en la Asociación de Desarrollo de San Antonio de Coronado desde 1993. De acuerdo con su experiencia, la mujer ha sido sumamente activa en labores comunales.
Según doña Clara, “la creación de la Ley de Equidad de Género ha permitido que haya más mujeres en las juntas directivas y que estas ocupen también el cargo en la presidencia, ya que generalmente solo se permitía a las mujeres ocupar el puesto de secretarias y otros no tan relevantes ni de toma de decisiones”.
En Costa Rica existen más de tres mil quinientas asociaciones. No se dispone de un dato exacto de cuántas mujeres están ejerciendo cargos en esas asociaciones. Sin embargo, la Ley de Equidad de Género establece que las juntas directivas deben estar integradas por cuatro hombres y tres mujeres, o viceversa, para garantizar la participación femenina en esas instancias.
En opinión del licenciado Evelio Badilla Mora, miembro del Consejo Nacional de Desarrollo de la Comunidad (Dinadeco), “las mujeres son un pilar fundamental en el movimiento comunal de Costa Rica. Sin duda, han dado un aporte de gran valor en cada una de las comunidades que han representado. Podemos ver a muchas mujeres que han emprendido luchas y cómo han sacado adelante sus comunidades”.
Clara Loría considera que las mujeres deben empoderarse en sus comunidades y postularse en los puestos de toma de decisiones vinculantes. Además, la mujer joven debe involucrarse, pues la mayoría de las que se integran son mujeres no tan jóvenes y, por ello, entre ellas mismas deben reelegirse para no perder esa cuota de participación.
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