En 2021, al menos una persona llamó cada minuto al número de emergencias de la policía nacional en Brasil para denunciar violencia doméstica

En el contexto nacional de altos índices de violencia de género, las mujeres de una comunidad indígena en el noroeste brasileño hicieron a un lado el miedo, para darle combate al fenómeno machista enraizado en las sociedades patriarcales.

Impulsora de esa conducta liberadora, la dirigente Lutana Ribeiro, integrante del pueblo kokama, comenzó, con apoyo de Naciones Unidas, la impartición de talleres para sobrevivientes de agresión.

Ribeiro es la única mujer líder de la comunidad asentada en Parque das Tribos (Parque de las Tribus), en la ciudad de Manaus, la capital del noroccidental estado brasileño de Amazonas -el de mayor superficie, segundo menos poblado a nivel nacional, y fronterizo con Colombia, Perú, y Venezuela-.

Al referirse a ese emprendimiento, Noticias ONU -la agencia informativa de Naciones

Unidas-, planteó algunos parámetros de la situación a la que numerosas mujeres -entre ellas, indígenas- enfrentan en el territorialmente mayor país latinoamericano.

“En 2021, al menos una persona llamó cada minuto al número de emergencias de la policía nacional en Brasil para denunciar violencia doméstica”,  señaló, en alusión al Departamento de Policía Federal (DPF) -la fuerza policial brasileña-.

También informó que, “de 2016 a 2021, la tasa de feminicidios -definidos como el asesinato intencionado de una mujer, motivado al menos en parte por su género- aumentó más del 44%, con una mujer muerta por feminicidio cada siete horas”.

De acuerdo con lo indicado por Noticias ONU, en la informativa nota que, titulada “No tenemos miedo: Las mujeres indígenas brasileñas plantan cara a la violencia de género”, difundió el 21 de enero, en su sitio en Internet, “en Parque das Tribos (…) la violencia contra las mujeres es frecuente”.

En términos generales, “en el estado de Amazonas, de todas las mujeres asesinadas intencionalmente, más de una de cada cinco fueron casos de feminicidio”, señaló, además de indicar que ese estado “se enfrenta a retos particulares en el acceso a los servicios públicos, incluido el apoyo a la salud sexual y reproductiva y la respuesta a la violencia de género”, precisó

Noticias ONU reveló, asimismo, que “las mujeres de las comunidades indígenas de Brasil son especialmente vulnerables a la violencia de género, pero las iniciativa respaldadas por Naciones Unidas, y un cambio en la legislación, las animan a buscar protección”, contexto en el cual se enmarca Parque das Tribos, comunidad de aproximadamente 4,500 habitantes.

Defensora de los derechos humanos -en particular, las garantías fundamentales de la población femenina- llevó a cabo los talleres -organizados por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), para abordar los diferentes tipos de violencia de género, con miras a lograr que las participantes se empoderen de sus derechos y de los mecanismos de Defensa.

Uno de los instrumentos abordados en detalle es la Ley 11.340/06 -Ley Maria da Penha-, que, tras su aprobación parlamentaria, fue puesta en vigencia el 7 de agosto de 2006, cuando Luiz Inácio Lula da Silva la firmó, en el primer de sus tres mandatos presidenciales (2003-2007, 2007-2011, y el actual, iniciado el 1 de enero de 2023, para concluir en 2027).

La legislación lleva el nombre de la brasileña Maria da Penha, a quien su esposo intentó dos veces asesinar, en 1983 -respectivamente, con arma de fuego, y por electrocución y ahogamiento-.

No obstante infructuosas, ambas agresiones generaron lesiones irreversibles, para la víctima, quien desde entonces padece paraplejia, entre otras secuelas.

A raíz de ello, Da Peña es una activista de los derechos de las mujeres, habiendo apoyado la lucha en este campo en Brasil.

Entre otros componentes, la Ley Maria da Penha define la violencia de género como una violación a los derechos humanos, además de que establece medidas de protección para las mujeres en -tales como el alejamiento, del agresor, del domicilio, y la prohibición de su aproximación física, a la mujer agredida y a los hijos.

Los talleres impartidos por Ribeiro, también apuntan a la formación de sus participantes en difusoras -entre amigas, familiares, compañeras de trabajo- de la información que reciben en esas capacitaciones

Citada en la nota informativa de la agencia internacional, la líder indígena relató que, al primer taller, asistieron apenas cincuenta mujeres de la zona de Parque das Tribos, pero que, el número rápidamente ascendió, habiendo llegado a algo más de 36 mil beneficiarias.

La dirigente indígena aclaró que, en menor número, también han participado hombres y niños.

“El primer día, pocas hablaron. Hoy, la mayoría lo han hecho”, expresó, para agregar que, “desde el segundo día del taller, las mujeres estaban deseosas de compartir sus experiencias tanto entre ellas como con el equipo del Fondo de Población”.

“Después de la primera conferencia, muchas mujeres se sintieron más fuertes”, siguió narrando.

“Al día siguiente, dijeron ‘basta’ a la violencia”, aseguró, a continuación.

“Estos hombres, ya no harán lo que quieran, con ellas, porque, ahora, las mujeres están más empoderadas”, subrayó, además.

En opinión de la líder comunitaria, “la iniciativa es muy importante, para hacernos cada vez más fuertes, y tener este apoyo a través del diálogo y la experiencia”.

También citada en la información, Débora Rodrigues, responsable de la oficina de Unfpa en Manaus, dijo que “los talleres crearon un espacio seguro para que las mujeres reflexionaran, juntas, sobre las diferentes formas de violencia que afectan a su vida cotidiana y sobre las estrategias para afrontarlo”.

La experta indicó que las estrategias “incluyen la ampliación de la oferta al acceso de los servicios que garantizan la protección y los derechos de toda la comunidad del Parque das Tribos”.

Según Ribeiro, las mujeres capacitadas se sienten, ahora, colectivamente fortalecidas, porque ya, “nosotras, como indígenas, no tenemos miedo”.

Foto: Andre Moura