Las mujeres y las niñas indígenas son, por su histórica resiliencia antes situaciones adversas, agentes naturales para generar el cambio necesario que debe seguir a la presente pandemia mundial del nuevo coronavirus.

El resto de la población debe aprender de ellas, lo que implica que se las reconozca, y se les proporcione el espacio que ameritan, como líderes influyentes en la materia.

Al conmemorar el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres), agregó, a esos conceptos, el compromiso de trabajar para que se escuche, a ese sector de la población mundial, en el proceso de recuperación que siga a la pandemia del virus causante de la Enfermedad Coronavirus 2019 (Coronavirus Disease 2019, Covid-19).

“En un momento en que la COVID-19 ha afectado a todas las facetas de la vida y todos los sectores de la sociedad, reconocemos a las mujeres y niñas indígenas como agentes de cambio indispensables ante los nuevos desafíos”, planteó la agencia especializada, en una declaración para marcar la fecha internacional, que se conmemora, anualmente, el 9 de agosto, según resolución adoptada, en diciembre de 1994, por la Asamblea General de las Naciones Unidas.

“Ha llegado el momento de que aprendamos de su resiliencia frente a la adversidad y de que los Estados les otorguen el lugar que les corresponde como líderes influyentes”, aseguró, para agregar que “ONU Mujeres seguirá trabajando con mujeres indígenas de todo el mundo para asegurar que sus voces y experiencias estén a la vanguardia de los planes de reconstrucción y recuperación tras la COVID-19”.

La pandemia -que, al 7 de agosto, había contagiado a algo más de 19.2 millones de personas, y cobrado poco más de 700 mil vidas, a nivel mundial, según datos de la estadounidense Universidad Johns Hopkins- ha agudizado las históricas desigualdades socioeconómicas que golpean a los sectores poblacionales más vulnerables en contextos de marginación, denunció ONU Mujeres.

“Y entre las personas más afectadas figuran las mujeres y las niñas indígenas”, agregó, en el texto de seis extensos párrafos titulado “Declaración de ONU Mujeres con motivo del Día Internacional de los Pueblos Indígenas”, en su versión en español.

Tal situación, resultante de violentos contextos históricos, afecta aspectos tales como el acceso a atención médica -en particular, la salud reproductiva-, o el tema de la violencia de género, precisó.

“En un momento en que los gobiernos de todo el mundo están diseñando y aplicando medidas de recuperación, debemos tener presente que, debido a las circunstancias históricas relacionadas con las políticas coloniales y neocoloniales, las mujeres indígenas cuentan con menos probabilidades de disponer de un seguro médico”, señaló la agencia internacional.

“Por lo tanto, es más probable que padezcan enfermedades preexistentes que puedan verse exacerbadas por el virus”, agregó.

“El análisis de los datos de encuestas disponibles de 16 países de ingresos bajos y medianos muestra que las mujeres y las adolescentes indígenas tienen considerablemente menos probabilidades de beneficiarse de los servicios sanitarios y presentan peores resultados en materia de salud materna”, denunció.

“En algunos contextos, las mujeres indígenas tienen el doble de probabilidades que las no indígenas de morir como consecuencia del embarazo y el parto”, puntualizó, a continuación.

“Las medidas de prevención obligatorias de la COVID-19 también han creado un entorno que puede empeorar la situación de las mujeres indígenas sometidas a relaciones abusivas”, advirtió.

ONU Mujeres hizo, así, referencia a necesarias medidas tales como el distanciamiento social -cuarentena, en algunos casos, obligatoria-, aplicadas, por la mayoría de los gobiernos, con el propósito de contener la propagación del virus en los respectivo contextos nacionales.

Sin embargo, además de la afectación a las economías de los países, el distanciamiento social implica, para mujeres víctimas de violencia de género -o en riesgo de serlo-, la convivencia 24/7 con los agresores, además de reducidas posibilidades de procurar ayuda o protección.

“Las órdenes de confinamiento en el hogar han revelado una pandemia paralela de violencia doméstica, en la que las mujeres indígenas tienen considerablemente más probabilidades de verse afectadas que las no indígenas”, señaló la entidad de Naciones Unidas.

“La restricción de la movilidad ha limitado la capacidad de las mujeres indígenas para denunciar la violencia y acceder a los servicios jurídicos”, advirtió.

La agencia informó que, al respecto, y también en el componente de inequidad económica de género, está trabajando con las mujeres de comunidades indígenas además de gobiernos nacionales.

“ONU Mujeres ha dado prioridad al empoderamiento económico de las mujeres indígenas —lo que incluye prestar apoyo financiero a sus empresas— y ha adaptado sus estrategias para la prevención de la violencia mediante actividades de colaboración entre las mujeres indígenas y los gobiernos a fin de garantizar la disponibilidad y el acceso a los servicios esenciales”, informó.

Además, “nos comprometemos a proporcionar medios para que las mujeres indígenas puedan prestar un mejor apoyo a la respuesta de sus comunidades ante la COVID-19”, aseguró.

“Nuestra iniciativa incluye campañas de comunicación en lenguas indígenas, acceso a equipos de prevención y el suministro de dispositivos móviles para permitir el acceso a información importante”, agregó.

En términos generales, la entidad planteó una reflexión respecto a lo que significa ser niña y ser mujer en las comunidades indígenas, en el marco de exclusión y discriminación que, a lo largo de la historia, esas poblaciones vienen, generacionalmente, padeciendo.

En ese sentido, planteó que “nacer como niña indígena puede ser una sentencia que condene de por vida a la pobreza, la exclusión y la discriminación, elementos en gran medida arraigados en la marginación histórica de las comunidades indígenas y agravados por la confluencia de circunstancias como la raza, la etnia, la discapacidad y el lugar en el que se vive”.