Por primera vez en cuatro décadas, fanáticas iraníes de fútbol lograron apoyar, en un estadio, a su selección nacional mayor.
Alrededor de cuatro mil empoderadas mujeres comenzaron a vencer prejuicios instalados hace cuarenta años en la sociedad de Irán, cuando la Revolución Islámica derrocó a la monarquía –que databa de 2500 años- y, entre otras medidas discriminatorias, prohibió el acceso de ese sector de la población a los partidos de fútbol masculino.
El 10 de Octubre se constituyó en una fecha triplemente histórica, ya que la devastadora victoria 14-0, de la selección mayor del fútbol de Irán sobre su contraparte de Camboya, fue presenciada por mujeres, quienes convirtieron su histórico logro en homenaje a una mártir de la lucha por vencer esa específica barrera.
La fuga del último sha (rey) de Irán (1941-1979), Mohammad Reza Pahlavi –quien falleció en 1980, en el exilio en Egipto– fue seguida por la toma del poder y la instauración del régimen religioso, inicialmente encabezado por el ayatola Ruhollah Khomeini.
Portando banderas nacionales, haciendo sonar vuvuzelas (trompetas de plástico), luciendo los colores iraníes –rojo, blanco, verde- pintados en el rostro, las fanáticas tuvieron acceso a un sector del Estadio Azadi (Libertad), luego de que la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) puso a la venta 4,500 boletos para que mujeres asistieran al partido Irán-Camboya, con miras al campeonato mundial programado para 2022 en Qatar.
Las asistentes al encuentro homenajearon, con su presencia en un área predeterminada del estadio –el principal del islámico país de Asia Occidental-, a Sahar Khodavari, una fanática del fútbol quien se inmoló después de que se le prohibió el acceso, en marzo, a un estadio en Teherán, la capital nacional.
Khodavari –identificada, en redes sociales como la “Muchacha Azul”, por el color de su equipo favorito, Esteghlal FC, un conjunto de primera división-, se vistió con ropa masculina, para tratar de ingresar a la instalación deportiva.
Según lo denunciado por la organización de derechos humanos Amnistía Internacional (AI), al ser descubierta por personal del estadio, la mujer fue detenida, tras lo cual le fueron tipificados los delitos de “comisión de un acto pecaminoso”, al “mostrarse en público sin hijab (velo que cubre cabeza y torso de las mujeres)”.
Llevada a un tribunal en Teherán, durante un receso en la sesión judicial para abordar su caso, Khodavari se echó gasolina, se prendió fuego, lo que determinó su fallecimiento, el mes pasado.
Esa acción generó presión de organizaciones de derechos humanos, sobre la FIFA y sobre la Federación de Fútbol de la República de Irán (Football Federation of the Islamic Republic of Iran, FFIRI), para que el gobierno iraní levante la prohibición.
Sobre la venta de entradas para que mujeres presenciaran el partido Irán-Camboya, el presidente de la FIFA, el italiano Gianni Infantino, emitió, tras el juego, una declaración en la que calificó la medida como un “muy positivo paso adelante”, luego del cual “no hay posibilidad de detenerse ni de volver atrás”.
También planteó que “la FIFA ahora aspira, más que nunca, a un futuro cuando TODAS las jóvenes y las mujeres quienes deseen asistir a partidos de fútbol en RI (Repúblican Islámica) Irán, sean libres de hacerlo, y en un ambiente seguro”.