
Mujeres recluidas en un centro de detención para migrantes administrado por una empresa privada son obligadas a someterse a histerectomías (extirpación del útero), de acuerdo con lo denunciado por una trabajadora de salud del lugar.
Las mujeres son engañadas o reciben información que las confunde respecto a la supuestas razones por las cuales se las somete al procedimiento quirúrgico, señaló la enfermera Dawn Wooten, cuyo testimonio fue incluido en la queja presentada por el no gubernamental Project South (Proyecto Sur) y otras tres organizaciones defensoras de derechos humanos a autoridades del gubernamental Homeland Security Department (Departamento de Seguridad Interna, HSD) y del Irwin County Detention Center (Centro de Detención del Condado de Irwing, Icdc).
Ello, en un contexto general de pésimas condiciones de salubridad imperantes en el Icdc, en articular respecto a flagrantes omisiones en materia de medidas para impedir el contagio -entre reclusos y personal- del nuevo coronavirus, causante de la Enfermedad Coronavirus 2019 (Coronavirus Disease 2019, Covid-19).
La denuncia fue incluida en el apartado sobre “Inmigrantes detenidas y enfermeras de ICDC denuncian altos niveles de histerectomías hechas a mujeres inmigrantes”, de la queja de 27 páginas.
La intervención quirúrgica puede también implicar la extirpación de las trompas de Falopio y los ovarios.
En el documento se indica que el Icdc, que se ubica en la ciudad de Irwin, en el sureño estado de Georgia, es operadio por LaSalle Corrections, una empresa privada que administra prisiones.
Asimismo, se aclara que Wooten es una whistleblower (informante) representada por dos organizaciones estadounidenses defensoras de los derechos humanos -Government Accountability Project (Proyecto de Responsabilidad Gubernamental) y Project South.
De acuerdo con lo indicado en la queja, “varias mujeres inmigrantes han denunciado a Project South su preocupación respecto a cuántas mujeres inmigrantes han recibido un histerectomía durante su detención en ICDC”.
“Una mujer dijo a Project South en 2019 que Irwin envía a muchas mujeres a ver a un ginecólogo en particular, fuera de las instalaciones pero que algunas mujeres no confían en él”, según la queja.
“También afirmó que muchas mujeres aquí pasan por una histerectomía’ en ICDC. Más recientemente, una inmigrante detenida dijo a Project South que había hablado con cinco mujeres diferentes detenidas en ICDC entre Octubre y diciembre de 2019 a quienes les fue hecha una histerectomía”, agregaron los autores del documento.
“Cuando les habló sobre la cirugía, las mujeres ‘reaccionaron confundidas al explicar por qué se las habían hecho’. Una de las mujeres dijo a Project South que parecía que las mujeres ‘trataban de decirse a sí mismas que todo va a estar OK’”, indicaron.
“Ella agregó: ‘Cuando conocí a todas estas mujeres quienes habían tenido cirugías, pensé que esto es como un campo de concentración experimental. Fue como que están experimentando con nuestros cuerpos’”, señalaron.
Wooten también expresó preocupación respecto a los altos números de mujeres inmigrantes detenidas en ICDC quienes son obligadas a someterse al procedimiento quirúrgico, según el documento.
“El útero de todas no puede estar tan mal”, reflexionó Wooten, quien agregó que “todas a las que ve tienen una histerectomía, casi todas”.
“Hasta le ha sacado el ovario equivocado a una joven (inmigrante detenida)”, siguió relatando.
“Se suponía que a ella había que removerle su ovario izquierdo porque tenía un quiste en el ovario izquierdo, él le para que le quitara el izquierdo y terminó con una histerectomía total”, agregó la enfermera.
“Ella todavía quería tener hijos, así que ahora tiene que regresar y decirle a su marido que no puede tener hijos”, aseguró, para plantear que “ella dijo que no había salido todavía de la anestesia y lo escuchó (al doctor) decirle a la enfermera que le había quitado el ovario equivocado”.
De acuerdo con lo señalado en el extenso documento, Wooten también dijo que algunas mujeres detenidas le expresaron dudas respecto a por qué someterse al procedimiento.
“Varias prisioneras me han dicho que fueron a ver al doctor y que tuvieron histerectomías y que no saben por qué fueron o van a ir”, expresó la profesional.
En la queja se indicó, además, que el ritmo al cual se lleva a cabo las histerectomías le llamó la atención, al igual que a otras enfermeras.
Al respecto, explicó que “a todas a quienes ve les quieta los úteros o les ha quitado las trompas. Qué está pasando?”.
Según Wooten, “estas mujerers inmigrantes, no creo que realmente, totalmente, del todo entienden lo que va pasar”, y que el grado de claridad “depende de quién se los explica”.
Según lo informado en el texto, “una inmigrante detenida denunció a Project South que ni el personal de ICDC ni el consultorio del doctor le explicaron correctamente a qué procedimiento se la iba a someter”.
“Ella denunció que se sintió asustada y frustrada, diciendo que pareció como que estaban tratando de meterse con mi cuerpo’. Cuando preguntó qué se le estaba haciendo a su cuerpo, recibió tres respuestas diferentes de tres personas diferentes”, plantearon los autores de la queja.
“Inicialmente el doctor le dijo que tenía un quiste ovárico y que se le aplicaría un pequeño procedimiento de veinte minutos efectuándole tres pequeñas perforaciones en el estómago para drenar el quiste”, agregaron.
“El agente quien la transportó al hospital le dijo que se sometería a una histerectomías para removerle el útero”, indicaron a continuación.
“Cuando el hospital se negó a operarla porque su prueba de COVID-19 resultó positiva para anticuerpos, fue regresada a ICDC donde la enfermera de ICDC le dijo que el procedimiento que se le aplicaría implicaba dilatarle la vagina y raspar tejido”, señalaron.
“La enfermera primero le dijo que se sometería a ese procedimiento porque tenía fuerte sangrado, pero luego le dijo que era porque ella tenía un útero grueso”, síntomas que la mujer desmintió, y dijo que el médico le había descrito un procedimiento completamente diferente, que no implicaba el raspado de su vagina, según precisaron.
La mujer dijo a Project South que, la reacción la enfermera, con ira, gritándole, confirmó “que algo no estaba bien”, siguieron relatando.
La queja también incluyó denuncias de inmigrantes detenidos -mujeres y hombres-, respecto a las pésimas condiciones inhumanas en las cuales se mantiene a los reclusos, lo que incluye negarles la asistencia médica que requieran, además, de proporcionarles las medicinas que deben tomar.
Es situación implica, asimismo, recibir alimentos en mal estado, o con insectos, de acuerdo con las denuncias reproducidas en el documento.
La situación en ese centro de detención, es una muestra de la política antinmigrante que implementa el gobierno del derechista presidente estadounidense, Donald Trump.
Esa política incluye, entre otros hechos reiteradamente denunciados por organizaciones de derechos humanos e informados por medios de comunicación, la separación de niños, de sus padres o grupo familiar, al momento de ser detenidos en la frontera sur estadounidense -el límite terrestre de 3155 con México.
La mayoría de los migrantes indocumentados quienes son detenidos tratando de ingresar a territorio de Estados Unidos llega desde el Triángulo Norte centroamericano -El Salvador, Guatemala, Honduras-, una de las zonas más violentas a nivel mundial.
Se trata de miles de personas -incluidos niños y mujeres, algunas de ellas embarazadas- quienes cubren, vía terrestre, los más de cuatro mil kilómetros entre esa zona y la frontera binacional, huyendo de los dramáticos índices de inseguridad ciudadana, pobreza, falta de oportunidades que enfrentan en sus respectivos países de origen.