El Día Internacional de la Mujer es un momento especial para reflexionar y compartir nuestros trayectos, revitalizando nuestros esfuerzos comunes

Por: Romina Seltzer

Según el Banco Mundial, las mujeres representan menos de un tercio de la fuerza laboral mundial en áreas relacionadas con la tecnología. Incluso en América Latina y el Caribe (ALC), región que se ha convertido en tierra fértil para los startups y que actualmente se destaca por tener las tasas de emprendimiento femenino más altas del mundo, aún queda mucho por hacer.

Como líderes en el espacio de la tecnología de pagos, sabemos cuán crucial es la diversidad de pensamiento para impulsar la innovación y creemos que solo puede lograrse fomentando un grupo de talentos verdaderamente inclusivo. En Visa, actualmente el 50% de la fuerza laboral total en ALC está compuesta por mujeres, y 7 de los 12 líderes de mercados en la región son mujeres.

En mi caso, Visa ha sido una plataforma para mi crecimiento profesional y personal. Ha sido el lugar donde he desarrollado mi carrera durante más de 20 años desde el comienzo: vine a EE. UU. desde mi Argentina natal para estudiar un MBA. Y fue entonces cuando obtuve una oportunidad para hacer una pasantía de verano en Visa y luego vino un empleo permanente a tiempo completo un poco después, en el 2001. El resto es historia.

A lo largo de mi trayectoria en Visa, trabajé en las áreas de consultoría y estrategia y desde hace casi dos años, lidero los equipos de Productos e Innovación en ALC, que como mencioné recientemente, ahora albergan gran parte de la innovación y las nuevas tecnologías que estamos viendo surgir en el espacio de los pagos. En todo este tiempo, ver cómo los planes se hacen realidad, implementando nuevos productos y soluciones que impulsan la inclusión digital y financiera, ha sido muy gratificante, y más aún reconociendo las infinitas oportunidades que el comercio y los pagos digitales brindan a los consumidores y a las empresas de la región.

El Día Internacional de la Mujer es un momento especial para reflexionar y compartir nuestros trayectos, revitalizando nuestros esfuerzos comunes y asegurando que las mujeres tengan igualdad de oportunidades con un lugar y una voz en la mesa. ¡Realmente es un momento para celebrarnos a nosotras mismas!

Algo que realmente valoro es crear y promover un sentido de camaradería entre las mujeres, ya sea con las que uno trabaja, con las que formas parte de una red o incluso fuera de eso. Por ejemplo, he notado que después de hablar en eventos de la industria, a menudo hay mujeres que vienen a buscarme para conversar y compartir perspectivas. Siempre me tomo el tiempo para interactuar con ellas, responder sus preguntas y conectar con ellas; es muy importante fomentar eso y animarnos mutuamente.

En mi propia trayectoria profesional, he encontrado mujeres mentoras y colegas que me han impulsado a salir de mi zona de confort y me han alentado a tomar riesgos. Recuerdo en especial un momento en que una mentora compartió una oportunidad de trabajo conmigo. Aunque mi primera respuesta fue: «No creo que cumplo todos los requisitos», su consejo fue sabio: no fijarme específicamente en eso porque tenía todas las cualidades para sobresalir en el rol. Así que me lancé y conseguí el empleo. Por ello, considero que es importante crear una red de mujeres con las que uno pueda compartir ideas, que puedan motivarnos y empujarnos a creer en nosotras mismas y tomar riesgos. Trato de ser esa persona para las aprendices y para otras mujeres en Visa y en otros ámbitos (como aquellas que tengo la oportunidad de conocer informalmente en los eventos). Los consejos o lo que podría considerarse como «unas pocas palabras de motivación» a menudo tienen un gran impacto.

A lo largo de mi carrera siempre me he esforzado por ser la persona para la que los demás querrían trabajar, porque si uno logra esa distinción significa que, como líder, has podido inspirar e involucrar a colegas, obtener buenos resultados y ser la persona con la que la gente disfruta trabajar. Invito a las mujeres más jóvenes que recién ingresan o que ya están en la fuerza laboral a soñar lo suficientemente grande, tanto personal como profesionalmente. Se trata de un paso clave en el proceso de alcanzar lo que queremos lograr, y mucho más.

En un tono más personal, mi abuela Elisa ha sido una fuente de inspiración fundamental para mí. Era hija de inmigrantes y creció en una familia trabajadora con acceso limitado a las necesidades básicas como agua o electricidad. De ella, aprendí acerca de los valores fundamentales: responsabilidad, resiliencia, determinación, fortaleza en tiempos de adversidad, amor incondicional y su admirable actitud de «sí se puede». Aspiro a ser como ella y llevo conmigo muchas de sus lecciones, las cuales espero seguir compartiendo con quienes están en caminos similares.

*Vice Presidenta  del área de Productos e Innovación Visa Latinoamérica y el Caribe