
La chica danesa, la película que relata la historia de Einar Mogens, “Lili”, la primera persona transexual registrada en pasar por un procedimiento de reasignación de género, ha elevado el debate de mujeres atrapadas en cuerpos de hombres.
Según narra la película, Gerda Wegener, la joven ilustradora destacada por sus estilizados retratos femeninos, no contaba con una modelo y quería acabar su borrador. A sugerencia de una amiga, le pidió a su marido, Einar Mogens, quien siempre había sido delgado y esbelto, que se pusiese el vestido con falda plisada, los tacones y las medias para que posara un rato para ella.
Y es así como inicia la transición de Einar, quien nunca se había sentido tan auténtico como cuando se puso esos tacones y, gradualmente, empezó a vestirse de mujer. No de una mujer cualquiera, sino de Lili, la persona que inventó y que cada vez fue pasando más tiempo con su esposa Gerda, quien la paseaba por los cafés y la presentaba como su hermana.
Unos años más tarde, en 1930, Lili se convertiría legalmente en Lili Elbe, la primera persona transexual, o por lo menos la primera registrada, en pasar por un procedimiento de reasignación de género.
Ese sensación de ser una mujer, dentro de un cuerpo biológicamente opuesto, lo experimentó Nilton, un muchacho de 29 años, vecino de Alajuela, que desde que tenía 8 años empezó a darse cuenta que él no sentía ser un hombre, que al contrario consideraba ser una mujer, porque le gustaba los vestidos y tacones.
Ese sentimiento lo ha marcado toda su vida, recuerda que cuándo su hermana Tanisha, quien es mayor que él por 5 años, se iba para la escuela, él se metía al cuarto y se colocaba los vestidos y zapatos de ella.
“En ese momento me identificaba tan bien, que hasta lloraba, no entendía por qué Dios me había creado como hombre si yo por dentro soy una mujer”, explicó con voz entrecortada Nilton.
Desde los 8 años, el joven decidió guardar silencio por temor a que su familia, amigos y conocidos lo rechazaran. En el colegio tuvo novias y jugaba bola, porque a su padre le encantaba que lo hiciera. Más tarde concluyó el colegio y entró a la Universidad y a pesar de sentir que era mujer se hacía de novias, al punto que con una tuvo un hijo que hoy tiene 4 años.
Su atracción por las mujeres era real, en ningún momento sintió deseos de un hombre, reconoció que él es mujer, pero le gustan las chicas.
Un día, recordó era una tarde soleada, estaba haciendo ejercicio en la plaza de deportes del barrio cuándo sintió que no podía más guardar el secreto que él llevaba por dentro, sacó fuerzas y se reunió con su familia en la casa.
“Fue un momento muy duro, no sabía por dónde empezar, temía la reacción de mi padre que es muy machista, pero era hora de ser quién yo sentía ser, respiré profundo y les dije con un nudo en la garganta papás y familia perdónenme, pero no puedo guardar más este secreto que día con día acaba conmigo, quiero que sepan que aunque por fuera ustedes me vean como un hombre dentro de mi soy una mujer, desde los ocho años descubrí ese sentimiento y he sufrido porque no quería defraudarlos”, relató Nilton.
Su familia guardó silencio, mientras que su madre lo abrazó y le dijo que si esa era su decisión lo apoyaba, porque era su hijo y nunca lo iba a despreciar. Su padre fue duro y no le dijo una sola palabra, solo se levantó de la silla y se fue para el cuarto. Aceptar a su hijo convertirse en mujer le costó nueve meses. El resto de la familia lo aceptó y le dio apoyo.
“Sabía que para mi papá iba a ser un golpe muy fuerte, pero ya no aguantaba guardar silencio, me estaba haciendo daño, soñaba con ser mujer todos los días, al pasar nueve meses papá me aceptó, pero sé que dentro de él hay un gran dolor y sufro por ello”, dijo Nilton.
Desde entonces, el joven se puso senos, toma hormonas, cambió de nombre -ahora se llama Amalia-, además viste como mujer. De momento no ha pensado en quitarse sus órganos sexuales porque sabe que es muy riesgoso y además muy caro, pero no niega su deseo de que algún día operarse para parecerse más a una mujer.
Para la psicóloga Dora Fallas, a este tipo de personas no se les pueden decir homosexuales, ya que su personalidad es muy distinta a la de ellos, debido a que pueden ser hombres, sentirse mujeres, enamorarse de otra chica y tener hijos o bien sentirse mujeres, ser hombres y fijarse en chicos.
“Es un tema complicado; es algo que la ciencia no sabe aún si se trae o se hace, por eso soy del criterio que debemos respetar la inclinación de estas personas”, dijo la profesional.
“Loreta” es otro joven, de 25 años, que lleva una mujer adentro, nos contó que para él la vida no ha sido nada fácil. Nacer hombre, pero sentirse una mujer es muy complicado debido a la sociedad en la que vivimos.
“Cuando tenía 15 años y veía a mis amigas con vestidos, tacones y maquilladas, sentía una sensación terrible, había momentos en que deseaba gritar a los cuatro vientos lo que realmente sentía, pero por respeto a mis padres seguí callando hasta que cumplí los 20 años y les conté la verdad, mi papá a la fecha no me habla, mi madre si, ahora visto como mujer y me siento feliz”, concluyó Loreta.
Transexuales
La transexualidad es una situación que define la convicción por la cual una persona se identifica con el sexo opuesto a su sexo biológico, por lo que desea un cuerpo acorde con su identidad y vivir y ser aceptado como una persona del sexo al que siente pertenecer. La transexualidad es característica por presentar una discordancia entre la identidad de género y el sexo biológico.
Consiste en la existencia de un conflicto con el género asignado al nacer en los casos en que la identidad de género del individuo no coincide con su sexo.
Una persona transexual es aquella que encuentra que su identidad sexual está en conflicto con su sexo biológico y genético. El deseo de modificar las características sexuales externas que no se corresponden con el género con el que se sienten identificadas lleva a estas personas a pasar por un proceso llamado de transición para adaptar su cuerpo al género al cual se sienten pertenecientes. A esto se le suele denominar «proceso transexualizador», conocido ordinariamente como operación de «cambio de sexo» pero el cambio existe previamente en la psique de la persona transexual.
Las personas transexuales experimentan una identidad de género que sea inconsistente con, o no asociado culturalmente con su sexo asignado, y el deseo de forma permanente de la transición al género con el que se identifican.
Aunque todavía es criticado y proscrito en algunas sociedades y en muchas religiones, hoy día el transexual consigue más fácilmente asistencia médica (incluyendo la terapia de reemplazo de hormonas y otras terapias de reasignación de sexo ) que les ayudan a alinear su cuerpo con el que se identificó el sexo o el género.
Un caso que ha traído a la palestra pública el tema de transexuales, es el ex medallista olímpico estadounidense Bruce Jenner, quien el año pasado confirmó en una entrevista que es transexual. Ante la mirada de millones de televidentes afirmó «Soy yo. Soy una persona. Este soy yo. No estoy atrapado en el cuerpo de nadie. Mi cerebro es mucho más femenino que masculino (…) Te ven como ese hombre macho, pero mi corazón y mi alma y todo lo que hago en la vida es parte de mí, ese lado femenino es parte de mí. Así soy. (…) Actualmente tengo todas las partes masculinas y todas esas cosas, así que en muchos aspectos somos diferentes, pero todavía nos identificamos como mujer. Y eso es muy difícil hoy en día para Bruce Jenner. ¿Por qué? No quiero decepcionar a la gente».
Lili Elbe en 1926, vivió como muchos otros hombres, el tormento de sentirse mujer, habiendo nacido hombre.