El crimen organizado que opera en el oriental y costero estado mexicano de Veracruz, explota de numerosas maneras a las mujeres a quienes secuestra, lo que incluye convertirlas en sicarias
Los datos mencionados en el diario mexicano Excélsior, en el artículo titulado “Mujeres son reclutadas para matar en Veracruz”- “desde 1964 hasta octubre de 2022 se habla de 4 mil 86 mujeres y niñas desaparecidas”, destacó la múltiple victimización de las cautivas de las estructuras delincuenciales, con la mayor incidencia concentrada en cinco ciudades.
“Las mujeres que son víctimas de desaparición ya no sólo son objeto de explotación sexual, sino que también son reclutadas, por la delincuencia organizada, para matar, cuidar (a otros) secuestrados, cocinar, entre otras actividades, para lo cual son amenazadas”, indicó
Al respecto, Anahí Palacios, activista en el área de las garantías fundamentales, “ha habido un incremento importante, desde 2017 a la fecha, en las desapariciones de mujeres en general, de cualquier edad”, denunció.
“Y lo que hemos estado documentado es que, sí, hay una diversificación con el actuar de (…) la delincuencia organizada, de los motivos o formas en los que las mujeres han sido desaparecidas”, precisó, a continuación.
En ese sentido, hizo referencia a documentación sobre “casos de adolescentes que son enganchadas a través de personas que operan, incluso afuera de los centros escolares, y que les ofrecen dinero por fotografiarse”, puntualizó, a manera de ejemplo.
“Les ofrecen mucho dinero por dejarse fotografiar desnudas, o les ofrecen empleo”, por ejemplo, mediante la difusión de anuncios, siguió explicando. Asimismo, “hay otros datos que refieren que, también, las mujeres son enganchadas y están participando en acciones ilícitas”, precisó, de inmediato.
En relación con esta particularmente peligrosa variante de explotación de las secuestradas, Palacios relató que “las vinculan en acciones de sicariato”, las incorporan “a acciones delictivas, en contra de su voluntad”.
Se trata de “una explotación delincuencial, con reclutamiento y trabajo en otros estados, para que no puedan escapar”, dijo, además.
Al analizar los datos, la especialista planteó que “la conclusión es que es más rentable explotar a una mujer que a un hombre”, y subrayó que “las mujeres son utilizadas para cuidar a las personas privadas de su libertad”.
Para ilustrar ese punto, la activista señaló que “la muestra más fehaciente es que, cuando hay cateos (policiales), son las mujeres las que (principalmente) son detenidas y procesadas, porque los hombres (por lo general,) huyen”.
Palacios también indicó a Excélsior que, el delito de trata, puntualmente, “es difícil demostrar”.
Ello, “porque las investigaciones son, en muchas ocasiones, deficientes, y, en ocasiones, depende mucho de la capacidad de quienes tienen a cargo las investigaciones, y cómo se ve el papel de las mujeres”.
Sobre el último aspecto, dijo que, “a pesar de que han buscado cambiar esa visión de actuar con perspectiva de género, siguen los prejuicios al momento de hacer juicios a priori (…) y se reproducen en lo oculto”.
En este sentido, señaló el ejemplo de que, en el contexto de investigación de casos, es frecuente “señalar que las mujeres ‘se van con los noviecitos’, sin mostrar la magnitud” del problema.
Sumado a ello, el difícil cuadro de situación en lo que tiene que ver con demostrar trata se agudiza debido a que “hay poco personal que actúe e investigue”.
Un medio para eficazmente corregir esa debilidad institucional, consistiría en “implementar los protocolos que existen, para las investigaciones por este tipo de desapariciones, pero que sólo están en papel”, sugirió.
En la visión de Palacios, una adecuada línea de pesquisa incluiría, por ejemplo, “ver lo que sucedía previo a su desaparición, el contexto social y su entorno familiar”.
En ese sentido, precisó que, “a pesar de que las familias aportan esta información, (la misma) no es analizada e investigada con el rigor que se requiere”.
Al respecto, denunció que “es más fácil responsabilizar a las mismas víctimas, que continuar con una línea que podría conducir a su probable ubicación”.
Foto: Yaroslav Shuraev