El gobierno de Finlandia sobrecumple en materia de igualdad de género: el país es gobernado por una primera ministra, más de la mitad de cuyo gabinete es femenina y representa a una alianza de partidos liderados por mujeres.
El equipo ministerial de 19 integrantes –doce mujeres, siete hombres-, provenientes de una coalición pentapartidista de conducción cien por ciento femenina, es encabezado, hace casi ocho meses, por la socialdemócrata Sanna Marin, una exministra de Transporte y Comunicaciones (6 de junio-10 de diciembre de 2019).
Designada el 8 de diciembre, por el unicameral parlamento finlandés, Marin asumió, dos días después, el cargo, a la edad de 34 años, lo que la coinvirtió en la segunda persona más joven en una jefatura de gobierno, a nivel mundial, y la más joven en la historia del país nórdico.
Precedida por el canciller de Austria, Sebastian Kurz, de 33 años, Marin está en el grupo internacional de los cuatro líderes menores de 40 años, antecediendo al líder norcoreano, Kim Jong-un, de 37, y al presidente salvadoreño, Nayib Bukele, de 39.
También es la más joven entre sus colegas mujeres, con la neozelandesa Jacinda Ardern, de 40 años, en el segundo lugar.
Marin incursionó, a los 20 años, en la arena política finlandesa, como integrante de la Juventud Socialdemócrata, desde donde avanzó, en 2012 –a la edad de 27 años- al Concejo Municipal de Tampere, en la sureña región de Pirkanmaa, la que pasó a representar, en 2015, en el parlamento nacional, con reelección en 2019, dejando el cargo, ese año, para convertirse, primero, en ministra de Transporte y Comunicaciones, y, luego, en primera ministra.
La tercera mujer quien encabeza la jefatura del gobierno de Finlandia, suele expresar que creció en un hogar “arcoiris” –en alusión a los colores que identifican, mundialmente, a la comunidad sexualmente diversa, ya que, tras la separación de sus padres, fue criada por su madre y la pareja femenina de ésta.
Sus antecesoras fueron Anneli Jäätteenmäki (17 de abril-24 de junio de 2003), y Mari Kiviniemi (22 de junio de 2010-22 de junio de 2011), ambas, de breve permanencia en el cargo.
Finlandia también cuenta con una presidenta –la decimoprimera entre los doce titulares que ha tenido, hasta ahora, la jefatura de gobierno-.
Se trata de Tarja Halonen, una abogada de 76 años, quien se desempeñó durante dos períodos consecutivos (2000-2006, 2006-2012) en la presidencia, una socialdemócrata cuya extensa trayectoria pol´pitica la llevó a ocupar cargos tales como los de parlamentaria, y titular, sucesivamente, de los ministerios Asuntos Sociales y Salud, Justicia, y Relaciones Exteriores.
Además del gabinete ministerial, el parlamento finlandés cuenta con fuerte presencia femenina, ya que 93 de los 200 escaños son ocupados por mujeres –alrededor de 47 por ciento-.
De acuerdo con los parámetros establecidos por el Banco Mundial (BM) en materia de representación parlamentaria femenina, la proporción que presenta el organismo legislativo finlandés lo ubica por encima del 25 por ciento necesario para la aprobación de legislación en materia de equidad género, específicamente referida al cuidado de menores, una de las prioridades del gobierno de Marin.
En declaraciones al diario chileno La Tercera, Ellen Marakowitz, especialista en participación política de las mujeres en Finlandia, explicó el proceso histórico de empoderamiento político femenino en el país europeo.
“Durante el movimiento por la independencia finlandesa de Rusia, a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, mujeres y hombres trabajaron juntos en el proceso, lo que se transformó en la narrativa nacional”, comenzó a plantear.
“Las mujeres fueron parte de la base para que la participación política de ellas fuera tan fuerte”, indicó, para agregar que, “después del derecho a voto, las mujeres fueron electas para casi el 10% del Parlamento nacional y en los últimos años representan más de un tercio del Eduskunta -Legislativo finlandés)-“.
En opinión de Marakowitz, quien, además, es doctora en Antropología de la estadounidense Universidad de Columbia, “es notable que el gobierno de coalición (de Marin) tenga todas las mujeres líderes, pero dada la participación histórica de las mujeres en Finlandia, no es del todo inesperado o inusual”.
Ello responde al “modelo único de bienestar social, donde cuestiones de interés para las mujeres fueron integradas en las estructuras nacionales, como la igualdad salarial, el cuidado de los niños, la asistencia de maternidad, y la violencia doméstica”, precisó.