La discriminación contra las mujeres trans, en los deportes, también persigue a las competidoras en el campo del ajedrez
Una serie de complejas disposiciones transfóbicas fue dada a conocer, el 14 de agosto, por la Federación Internacional de Ajedrez -más conocida por la sigla de su denominación en francés: Fédération Internationale des Échecs, Fide-.
De acuerdo con las “Regulaciones de FIDE sobre Registro de Jugadoras de Ajedrez Transgénero en el Directorio de FIDE” (“FIDE Regulations on Transgender Chess Players’ Registration on FIDE Directory”), se prohíbe, a ajedrecistas trans, participar en torneos mundiales, en principio, temporalmente, a la espera de decisión definitiva por la autoridad competente de la federación.
La limitación no aplica para las competencias denominadas “abiertas”, según la reglamentación, señalada en el texto de cinco puntos resolutivos contenidos en poco más de tres páginas.
Por otra parte, en los casos de ajedrecistas hombres transgénero quienes hayan obtenido, como varones, títulos en esa disciplina deportiva las distinciones serán anuladas, de acuerdo con lo señalado en el documento.
El tercer punto –“Restricciones temporales después del cambio de género” (“Temporary restrictions after change of the gender”)-, la Fide estableció que “estas regulaciones aplican a todas las competencias bajo la égida de la Comisión de Estrategia Global, Comisión de Eventos, y eventos que proporcionen espacios de calificación a la Copa Mundial y los Campeonatos Mundiales de Equipos”.
“Tal decisión tendrá que basarse sobre mayor análisis, y será tomada por el Consejo de Fide, en el tiempo más breve posible, pero no más allá de un período de 2 (dos) años”, agregó.
“No hay restricciones para que una persona quien ha cambiado de género juegue en la sección abierta”, precisó.
En materia de galardones, la Fide estableció que, “si un jugador tiene cualquier de los títulos femeninos, pero el género ha cambiado a masculino, los títulos femeninos serán abolidos”.
“(Los títulos) pueden ser renovados si la persona cambia el género, nuevamente, a femenino, y (si) puede demostrar la Identidad Fide que corresponde al título”, agregó.
Pero, “si un jugador ha cambiado el género de hombre a mujer, todos los títulos anteriores se mantienen vigentes”, planteó, sin dar explicación al respecto.
Al exponer los antecedentes de la nueva reglamentación, la Fide indicó que, con frecuencia creciente, recibe -al igual que sus federaciones miembros- “solicitudes de miembros individuales quienes se identifican como transgénero”.
“Fide y su Directorio reconocerán la identidad de género de una persona si es consistente con la identidad que mantiene en su vida no ajedrecística, y ello se ha confirmado por autoridades nacionales sobre la base del proceso legal y formal de cambio”, precisó.
“Fide reconoce que este un tema en evolución, para el ajedrez, y que, aparte de reglamentaciones técnicas sobre reglamentaciones transgénero, posiblemente se necesite la evolución de más políticas, en el futuro, en línea con evidencia investigativa”, señaló, a continuación.
En su “Definición de Trans o transgénero”, la entidad planteó que se trata de “personas cuyo sentido de género no coincide con el género que les fue asignado al nacer y cuyo cambio de género ha sido aprobado de acuerdo con las reglamentaciones legales nacionales o por decisión de Fide en casos excepcionales”.
“El cambio de género es un cambio que tiene impacto significativo en el estatus de un jugador y su futura elegibilidad para (participar en) torneos, por lo que sólo puede hacerse si hay prueba relevante de cambio realizado”, puntualizó, además.
“Al cambio de género en el sistema de Fide, el Funcionario Calificador nacional debe requerir, del jugador, prueba suficiente de cambio de género que se cumpla con las leyes y las reglamentaciones nacionales”, indicó.
La medida de la federación generó reacciones en contrario, de parte de activistas en la defensa de los derechos de las personas trans, lo mismo que de ajedrecistas, algunas de las cuales fueron reproducidas, el 17 de agosto, por la British Broadcasting Corporation (BBC).
En ese sentido, el medio de comunicación británico informó que “muchos organismos rectores del deporte han estado trabajando en políticas con respecto a atletas transgénero, pero el ajedrez no implica un nivel comparable de actividad física”.
“Sin embargo, la Fide dijo a la BBC que quería analizar el impacto de estas políticas y que no quería precipitar este proceso”, agregó.
“La legislación se está desarrollando rápidamente en muchos países y muchos organismos deportivos están adoptando sus propias políticas, declaró (la federación)”, según la versión periodística.
“La Fide hará un seguimiento de estos desarrollos y verá cómo podemos aplicarlos al mundo del ajedrez”, indicó la federación, a la BBC, y agregó que “dos años es un margen de visión que parece razonable, para analizar a fondo estos desarrollos”.
“Añadió que las jugadoras transgénero podrían seguir compitiendo en la sección abierta de sus torneos”, precisó el medio.
También citada por la BBC, Yosha Iglesias, ajedrecista profesional trans y maestra de ajedrez de la FIDE, cuestionó la medida de la federación.
Se trata de una política que generará “un daño innecesario, a las jugadoras trans y a las mujeres”, dijo, además de vaticinar que “esta terrible situación provocará depresiones e intentos de suicidio”.
Por su parte, Jennifer Shahade, gran maestra internacional, además de bicampeona estadounidense expresó oposición a la nueva reglamentación.
“Es obvio que no consultaron a ningún jugador transgénero, a la hora de elaborarla”, reflexionó Shahade, para, a continuación, expresar, en calidad de recomendación, que “insto, encarecidamente, a la Fide, a que dé marcha atrás, y empiece, de cero, con mejores consultores”.
Entretanto, Angela Eagle, parlamentaria británica y ganadora conjunta, en 1976, del campeonato británico de ajedrez femenino sub-18 señaló la ausencia de razón de la medida.
A diferencia de otros deportes, “no existe ninguna ventaja física, en el ajedrez”.
Ello, “a menos que se crea que los hombres son intrínsecamente más capaces de jugar que las mujeres”, agregó, en alusión a la disciplina calificada como deporte, por el comité Olímpico Internacional (COI).
“Yo me pasé mi carrera, en el ajedrez, escuchando que el cerebro de las mujeres era más pequeño que el de los hombres, y que ni siquiera deberíamos jugar”, relató, para agregar, categóricamente, en cuanto a la nueva reglamentación de la Fide, que “esta prohibición es ridícula y ofensiva, para las mujeres”.